Los robos de la que son objeto las parroquias de Metán encendieron la alarma en una comunidad, que no sale de su asombro y se muestra consternada al ver violado sus lugares más sagrados. El último saqueo fue perpetrado recientemente en la parroquia San José.
De acuerdo a los datos proporcionados por el sacerdote Osvaldo Climent, los malvivientes ingresaron saltando un portón que se encuentra ubicado por calle Lavalle. Luego rompieron un candado de una puerta y finalmente ingresaron al edificio parroquial, desde donde sustrajeron un equipo de audio, que era utilizado para amplificar la celebración de las misas comunitarias.
Según el relato, posteriormente los delincuentes forzaron una puerta interna enrejada, lo que les posibilitó el ingreso a un altillo desde donde sustrajeron una potencia de audio. Este artefacto también era usado en los oficios religiosos por el coro de la iglesia.
Pero no todo quedó en el robo. También cometieron destrozos. Los cacos destruyeron una placa de yeso con inscripciones propias del culto e ingresaron a oficinas de la secretaría en busca de dinero. Sin embargo no hallaron nada. Solo 50 pesos que había dejado el sacerdote en un cajón.
“Evidentemente que estas cosas hieren el sentido religioso de nuestra comunidad y tenemos que velar mucho para que no se pierda el respeto a lo sagrado. Puede sobrevenir un caos moral si con tanta facilidad se atenta contra la vida, no solo en los casos de la inseguridad y la violencia que esta genera, también con el aborto y cuando no se respetan los lugares y los signos religiosos”, dijo el padre Climent.
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Los robos de la que son objeto las parroquias de Metán encendieron la alarma en una comunidad, que no sale de su asombro y se muestra consternada al ver violado sus lugares más sagrados. El último saqueo fue perpetrado recientemente en la parroquia San José.
De acuerdo a los datos proporcionados por el sacerdote Osvaldo Climent, los malvivientes ingresaron saltando un portón que se encuentra ubicado por calle Lavalle. Luego rompieron un candado de una puerta y finalmente ingresaron al edificio parroquial, desde donde sustrajeron un equipo de audio, que era utilizado para amplificar la celebración de las misas comunitarias.
Según el relato, posteriormente los delincuentes forzaron una puerta interna enrejada, lo que les posibilitó el ingreso a un altillo desde donde sustrajeron una potencia de audio. Este artefacto también era usado en los oficios religiosos por el coro de la iglesia.
Pero no todo quedó en el robo. También cometieron destrozos. Los cacos destruyeron una placa de yeso con inscripciones propias del culto e ingresaron a oficinas de la secretaría en busca de dinero. Sin embargo no hallaron nada. Solo 50 pesos que había dejado el sacerdote en un cajón.
“Evidentemente que estas cosas hieren el sentido religioso de nuestra comunidad y tenemos que velar mucho para que no se pierda el respeto a lo sagrado. Puede sobrevenir un caos moral si con tanta facilidad se atenta contra la vida, no solo en los casos de la inseguridad y la violencia que esta genera, también con el aborto y cuando no se respetan los lugares y los signos religiosos”, dijo el padre Climent.
Los cementerios
También en los cementerios son objeto del accionar de los inadaptados. Desde hace un año, aproximadamente, que se detectan periódicamente saqueos en los campos santos. Los ladrones apuntan directamente a las placas de bronce u otros metales y objetos de valor, como las herramientas que utilizan los sepultureros.
La policía local informó que se encuentra tras la pista de una banda, que se dedicaría a este tipo de delitos.