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Solidaridad y amor, claves de la movida motoquera

Domingo, 25 de mayo de 2014 01:14

Bigote ya llegó. Jorge Díaz, el marplatense que fue contando su aventura desde la cuenta de su Facebook, recorrió en su Gilera 400 más de 2.000 kilómetros desde la Ciudad Feliz hasta el norte provincial, pero tuvo un inconveniente que derivó en la muestra de solidaridad más pura.

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Bigote ya llegó. Jorge Díaz, el marplatense que fue contando su aventura desde la cuenta de su Facebook, recorrió en su Gilera 400 más de 2.000 kilómetros desde la Ciudad Feliz hasta el norte provincial, pero tuvo un inconveniente que derivó en la muestra de solidaridad más pura.

“La moto llegó herida, así que busqué un taller durante toda la noche del viernes hasta que encontré un lavadero que también reparaba motos. Allí me atendió Gustavo, también conocido como Loquillo, quien le hizo reparación de carburación, reparación de cadena, cambios de cables, afinación de la parte eléctrica y soldó el fierro de la porta baulera. Trabajó hasta las 2 y siguió durante toda la mañana de hoy (por ayer). Cuando le pregunté cuanto era, solamente me cobró $250, como si fuese el simple service de una moto 110 cilindradas. Me dio vergenza, porque en Buenos Aires me hubiesen cobrado hasta $2.000”, se sinceró Bigote, quien fue acompañado por su amigo Gustavo Rosas.

“Me dijo que no podía cobrarme más porque sabe lo que hice para venir. Se lo agradecí y lo invité, junto a su familia, a Mar del Plata. Allá tiene todo pago, como muestra de agradecimiento”, dijo el motoquero.

En Orán, por lo menos por estos días, lo que le pasó al marplatense es uno de los tantos hechos que demuestran la famosa hermandad que pregonan los motoviajeros.

Además de esa afinidad por los fierros, el amor no se queda atrás: Carlos “Charly” Rivera llegó desde Antofagasta en su Can-an con María Ema Iratchet, su compañera de ruta y, también, de vida.

Ellos, novios desde los 16 años y hoy con 70 años de vida y casados hace varios, siguen compartiendo el amor por las motos, hecho que los motivó a llegar al primer encuentro realizado en el interior provincial.

Charly maneja desde los 12 años y si bien en una etapa de su vida tuvo que dejar las rutas por los nacimientos de sus tres hijos, a medida que estos fueron creciendo y se jubiló volvió a su primer amor. Ema no se quedó atrás y, además de acompañar al hombre de su vida una calcomanía de Elvis Presley en el frente del vehículo, la remera que viste y un pen drive con siete horas de música del cantante estadounidense, también la llevan a tener presente al culpable de su primera pasión.

De todo tipo y tamaño

El primer día, las jujeñas del grupo Las Lobas fueron la sorpresa y le dijeron a El Tribuno no sentirse discriminadas pese a su condición de mujeres y de ser las primeras damas motoqueras del NOA. Y lo mismo pasa con las máquinas, ya que las motos más chicas y menos llamativas están ahí, codeándose con las potentes Harley Davidson, BMW y otras marcas reconocidas.
A muchos de los vehículos que estuvieron durante los tres días en el Aeroclub de Orán se los puede vincular con bandas de Heavy Metal: colores oscuros, accesorios satánicos y otros objetos típicos, pero también están las otras más calmosas que portan imágenes de cristo y logos de las señales viales nacionales e internacionales seguramente recorridas. Todas compartieron lugar, fueron fotografiadas y hoy, después del mediodía, emprenderán el regreso a sus tierras junto a sus conductores que, por el momento, las dejaron solas.

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