Por orden del presidente de Aguas del Norte, Esteban Isasmendi, una ampliación de red que está prácticamente finalizada en Embarcación se ejecutó con mano de obra estatal. La obra, que beneficiará a la empresa distribuidora de maquinarias John Deere, debía ser costeada en su totalidad por la firma interesada. Así lo disponen las normas que debe cumplir la Compañía Salteña de Agua y Saneamiento (Cosaysa), cuya dirección, no obstante, sigue recayendo en incompatibilidades y abusos.
inicia sesión o regístrate.
Por orden del presidente de Aguas del Norte, Esteban Isasmendi, una ampliación de red que está prácticamente finalizada en Embarcación se ejecutó con mano de obra estatal. La obra, que beneficiará a la empresa distribuidora de maquinarias John Deere, debía ser costeada en su totalidad por la firma interesada. Así lo disponen las normas que debe cumplir la Compañía Salteña de Agua y Saneamiento (Cosaysa), cuya dirección, no obstante, sigue recayendo en incompatibilidades y abusos.
INSTALACIONES DE LA FIRMA BENEFICIADA
En enero último, la prestadora estatal ya había favorecido con una extensión de red de más de un kilómetro al haras que tiene el coordinador general de Tierras y Bienes de la Provincia, Sergio Usandivaras, en Talapampa.
Al igual que en aquella oportunidad, según confirmó El Tribuno, el funcionario que preside Cosaysa ordenó que personal de Aguas del Norte ejecute la ampliación de red que requirió la Compañía Mercantil Agrícola e Industrial SA, en el acceso sur a la ciudad de Embarcación, cerca del barrio Eva Perón.
El gerente de Operaciones de la prestadora, Juan Bonifacio, justificó la afectación de agentes estatales en la necesidad de emplear mano de obra especializada” en el tendido de la tubería, válvulas y demás accesorios.
La línea de suministro, ejecutada con caños de PVC de 110 milímetros, se extiende a lo largo de 500 metros sobre una propiedad particular cercada. Sin embargo, Bonifacio sostuvo que la ampliación que hoy tiene como exclusiva usuaria a la empresa distribuidora de maquinarias agrícolas podría “potencialmente beneficiar a otros usuarios de la zona” en un futuro incierto.
De acuerdo con las normas vigentes, las empresas que solicitan el servicio son las que deben asumir el costo que demanda este tipo de obras, incluida la instalación del medidor domiciliario, piezas de empalme, gabinete y pilar.
INSTALACIONES DE LA FIRMA BENEFICIADA
En Embarcación, muchos barrios y comunidades aborígenes padecen la falta de agua potable. Pobladores de esa localidad de San Martín, al igual que vecinos de Talapampa, son abastecidos con cisternas.
SERGIO USANDIVARAS | ESTEBAN ISASMENDI
En la localidad de Talapampa, a fines de 2013, Aguas del Norte extendió la red del pueblo más de un kilómetro para abastecer al haras donde el coordinador de Tierras y Bienes de la Provincia cría caballos peruano de paso.
Esa obra llenó de indignación a 20 familias campesinas que viven en las inmediaciones y esperan, desde hace décadas, recibir agua segura. Sus casas son abastecidas con un camión cisterna de La Viña cada 15 o 20 días, cuando las condiciones del camino vecinal lo permiten. En época de lluvias peregrinan con bidones dos o tres kilómetros en busca del vital recurso.
Por los suministros que les acerca la Municipalidad de La Viña, los vecinos de Sergio Usandivaras pagan incluso una tasa con la que costean el combustible del camión. Desde hace largo tiempo les prometieron una red que bajaría desde fuentes seguras en el arroyo Ayusa, pero hasta ahora la única cañería que vieron es la que atiende, exclusivamente, la cabaña del funcionario.