El mundial de fútbol es el elemento dominante en la opinión pública por estos días. Nada sobrevive por encima de él y el sentido de triunfalismo deportivo nos hace perder el sentido y la profundidad de las cosas.
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El mundial de fútbol es el elemento dominante en la opinión pública por estos días. Nada sobrevive por encima de él y el sentido de triunfalismo deportivo nos hace perder el sentido y la profundidad de las cosas.
Pero el fenómeno se acepta como un hecho consumado cada cuatro años cuando el mundo, y no solo Argentina, se concentran en una pelota de fútbol.
En este contexto es interesante observar cómo reacciona la opinión de la gente ante los hechos noticiosos que van por afuera de la cuestión deportiva.
Para el caso, un solo tema extrafutbolístico ocupó las portadas de los diarios a nivel nacional y fue el fallo de la Corte de EE UU sobre el pago de la deuda argentina a los fondos buitre. Pero a decir verdad, la gravedad institucional y los efectos económicos de esa sentencia en contra de nuestro país, no han logrado opacar el clima de festejos con las victorias de la Selección argentina.
Esta suerte de impasse mundialista ha sumergido a la gente en una distracción profunda que incluye también a los gobernantes. Y es legítimo que así ocurra, aunque para estos últimos, la poca frontalidad pone un manto de sospechas sobre un acto de distracción saludable.
Que un gobernante viaje a Brasil para ver a la Selección argentina no resulta perjudicial para nadie. Al fin y al cabo, si se cuenta con los medios económicos para hacerlo, pocos podrán resistirse a un evento único. La proximidad geográfica del Mundial es otra ventaja.
Las crisis se ocultan muy bien en circunstancias de este tipo y los argentinos lo sabemos muy bien. La inflación, la deuda o los escándalos de corrupción quedarán para después y nuestra provincia no será la excepción.
La entrega de viviendas sociales, el funcionamiento de los casinos, la calificación de riesgo, los lotes fiscales, el estado de las escuelas y los hospitales, la inseguridad, la campaña 2015; todo quedará para después del fútbol y así se acepta socialmente este fenómeno de cuatro semanas.
Es por eso que, conociendo la pasión futbolera del gobernador Juan Manuel Urtubey, resultó al menos esperable la foto publicada por el Semanario Cuarto Poder donde se ve al mandatario salteño, al parecer, en la previa del partido Argentina Bosnia.
Se sabe que Urtubey adquirió un paquete de entradas por lo menos para los tres partidos de la primera ronda. La foto publicada devela que él y sus íntimos ya estuvieron en el primero de esos encuentros.
Es posible que el gobernador tenga la intención de estar presente en todos los partidos del Mundial. El boletín oficial muestra un decreto del 9 de junio último donde el vicegobernador Andrés Zottos quedó al frente del Ejecutivo; Urtubey estuvo de retorno en sus funciones a los pocos días.
Nada se sabe de manera oficial del viaje del mandatario y las frecuencias con destino a Brasil, y si bien es un tema del ámbito privado, sería saludable que el mandatario dé cuenta de sus actos en eventos de esta naturaleza, para despejar suspicacias.
Después de todo, la alegría no es solo brasileña pero si efímera y tras el Mundial habrá que volver a la realidad y a la esperanza.