La actual campana que tiene la capilla Nuestra Señora de la Merced, en la localidad de Animaná, tiene un sonido que no conforma a los feligreses y por lo tanto se encuentran en la tarea de conseguir los fondos que posibiliten su reemplazo.
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La actual campana que tiene la capilla Nuestra Señora de la Merced, en la localidad de Animaná, tiene un sonido que no conforma a los feligreses y por lo tanto se encuentran en la tarea de conseguir los fondos que posibiliten su reemplazo.
Con la participación del cura párroco José Casimiro, los vecinos conformaron una comisión que quedó constituida con las siguientes personas: Mariana Vargas, secretaria Eleonora Rodríguez, tesorera Ofelia Guaymás y como vocales Liliana Laxi, Alicia Cardozo, Alejandra Taritolay, Nicasia Espinoza, Sofía Rodríguez y Álvaro López.
Como parte de las primeras acciones del entusiasta grupo se creó la cuenta de facebook “Campaña de la nueva campana en Animaná”, donde se pueden aportar ideas para la concreción de este anhelo y ofrecer colaboraciones e incluso realizar donaciones.
También se inició un operativo para juntar 25.000 kilos de vidrio con el que se piensa solventar la mitad del costo del instrumento. “Un transportista nos ofreció desinteresadamente llevar todo lo colectado hasta el lugar de compra. De esta manera la campaña del vidrio suma una cuota ecológica a este cometido”, comentó el padre José Casimiro.
Se estima que el nuevo instrumento provendrá de la única fábrica que existe en el país en la localidad de San Carlos, provincia de Santa Fe y que pertenece a la familia Bellini.
Ya se establecieron los contactos con la fundición para solicitar el presupuesto correspondiente y calculan que la campana tendrá 47 kilos de peso y estará templada en el tono La.
El sonido
Estos instrumentos musicales no solo tienen un valor religioso, sino también, forman parte del patrimonio cultural en los Valles Calchaquíes.
Las campanas en los pueblos se pueden escuchar “repicando”, no solo en las actividades litúrgicas, se las suele escuchar “doblando” por distintos motivos.
El sonido está íntimamente vinculado al sentimiento espiritual de la población.
En otras épocas quienes hacían sonar las campanas era gente especializada: los campaneros; hoy, los encargados son los mismos monaguillos que acompañan al cura en la misa.