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Una agenda clave, pero reiterada

Domingo, 08 de junio de 2014 01:52

En estos días en que el país se empeña a recuperar la credibilidad en los mercados, nada mejor que hacer un repaso de los últimos acontecimientos. Observando las series que se emiten por el canal AXN, al principio, el televidente se interesa por el argumento.

Sigue atentamente las acciones, pero a medida que transcurre percibe que a la película ya la vio. Ayer, en un paréntesis del Precoloquio de IDEA una de las revistas repartidas hablaba de debatir un desafío: cómo la Argentina puede alcanzar un desarrollo competitivo y socialmente inclusivo. Lástima que la revista tenía una fecha: mayo-junio de 2013. No es culpa de IDEA teniendo en cuenta que el poder de convocatoria creció en el tiempo y en esta sexta edición consecutiva logró una significativa respuesta.

Más de trescientos interlocutores ávidos de encontrar renovadas propuestas. Sin embargo el Precoloquio, al igual que la economía tuvo una desaceleración. Se pasó rápidamente de hablar del escenario que viene -con mayor diálogo y debate- hasta caer en las renovadas promesas del pasado. Algunos participantes hablaron de un escenario de mayor diálogo en el futuro, soslayando que ellos son protagonistas de gran parte de los desencuentros del presente.

También hablaron de que cambiar los índices de coparticipación será difícil, pero desde 1994 cuando se establece el mecanismo, hasta la fecha no se cumplió con el mandato temporal que impone la cláusula transitoria sexta, en lo que respecta al complejo mecanismo de distribución de los fondos. Todavía no se sancionó la ley convenio, y rigen en su lugar un conjunto de normas y pactos con distintos criterios de reparto. Y nadie intentó cambiarlo, a pesar de que en 1993 la Nación transfirió masivamente a las provincias los servicios esenciales: seguridad, educación y salud.

Tampoco influyó que la inequidad se mantuvo en el tiempo y hoy, por el particular reparto, Tierra del Fuego encabeza el ingreso por cápita con casi $ 15.000; mientras un habitante de Salta, apenas alcanza a superar los $ 5.000. Otro dato significativo lanzado ayer consistió en que de cada cuatro pesos de la recaudación tres quedan para la Nación y solo uno ingresa a la masa coparticipable.

Sin dudas que para modificar ese escenario, primero hay que corregir los desequilibrios que nos dividen. “Aparecen en épocas electorales y se diluyen en el tiempo”, decía un participante, en tanto en el estrado, Ricardo Sanz cerraba su encendido discurso: “No estamos condenados ni al éxito ni al fracaso, el futuro de nuestro país depende de nosotros mismos”.

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En estos días en que el país se empeña a recuperar la credibilidad en los mercados, nada mejor que hacer un repaso de los últimos acontecimientos. Observando las series que se emiten por el canal AXN, al principio, el televidente se interesa por el argumento.

Sigue atentamente las acciones, pero a medida que transcurre percibe que a la película ya la vio. Ayer, en un paréntesis del Precoloquio de IDEA una de las revistas repartidas hablaba de debatir un desafío: cómo la Argentina puede alcanzar un desarrollo competitivo y socialmente inclusivo. Lástima que la revista tenía una fecha: mayo-junio de 2013. No es culpa de IDEA teniendo en cuenta que el poder de convocatoria creció en el tiempo y en esta sexta edición consecutiva logró una significativa respuesta.

Más de trescientos interlocutores ávidos de encontrar renovadas propuestas. Sin embargo el Precoloquio, al igual que la economía tuvo una desaceleración. Se pasó rápidamente de hablar del escenario que viene -con mayor diálogo y debate- hasta caer en las renovadas promesas del pasado. Algunos participantes hablaron de un escenario de mayor diálogo en el futuro, soslayando que ellos son protagonistas de gran parte de los desencuentros del presente.

También hablaron de que cambiar los índices de coparticipación será difícil, pero desde 1994 cuando se establece el mecanismo, hasta la fecha no se cumplió con el mandato temporal que impone la cláusula transitoria sexta, en lo que respecta al complejo mecanismo de distribución de los fondos. Todavía no se sancionó la ley convenio, y rigen en su lugar un conjunto de normas y pactos con distintos criterios de reparto. Y nadie intentó cambiarlo, a pesar de que en 1993 la Nación transfirió masivamente a las provincias los servicios esenciales: seguridad, educación y salud.

Tampoco influyó que la inequidad se mantuvo en el tiempo y hoy, por el particular reparto, Tierra del Fuego encabeza el ingreso por cápita con casi $ 15.000; mientras un habitante de Salta, apenas alcanza a superar los $ 5.000. Otro dato significativo lanzado ayer consistió en que de cada cuatro pesos de la recaudación tres quedan para la Nación y solo uno ingresa a la masa coparticipable.

Sin dudas que para modificar ese escenario, primero hay que corregir los desequilibrios que nos dividen. “Aparecen en épocas electorales y se diluyen en el tiempo”, decía un participante, en tanto en el estrado, Ricardo Sanz cerraba su encendido discurso: “No estamos condenados ni al éxito ni al fracaso, el futuro de nuestro país depende de nosotros mismos”.

 

 

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