Esta sección de El Tribuno ya había publicado semanas atrás la historia de una pareja de ancianos, que denunciaba haber quedado aislada tras la instalación de una reja en su barrio.
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Esta sección de El Tribuno ya había publicado semanas atrás la historia de una pareja de ancianos, que denunciaba haber quedado aislada tras la instalación de una reja en su barrio.
Indalecio Larrea y Amelia Díaz viven como cercados, después de la colocación de un enrejado en un predio en Villa Palacios, al sur de la ciudad de Salta.
Larrea y Díaz, contaron que quienes realizaron la obra, “sólo hicieron una sola puerta para salir a la calle”. Por ese motivo, según los abuelitos, desde entonces tienen que caminar “como una cuadra”.
Ahora, el consorcio de Asembal se comunicó con este medio para brindar su versión de los hechos. Informaron que el predio cuenta con dos puertas y seis portones. Además, aseguraron que “todos poseen sus respectivas llaves”.
También dijeron que el trabajo de herrería fue realizado por vecinos que en sus tiempos libres ponían manos a la obra, para ahorrar gastos ya que el consorcio no maneja mucho dinero.
“Eramos víctimas de la delincuencia. Había robos y asaltos todo el tiempo, nos sacaban hasta la batería de los autos. Los chicos no podían disfrutar de los espacios verdes. Ante esta situación y después de varias asambleas, ordinarias y extraordinarias, consensuamos cerrar el predio. Esto sucedió durante la gestión anterior y lo continuó un consorcio provisorio, hasta que nombraron nuevas autoridades y asumimos nosotras. Nadie se quiere hacer cargo de esto porque es un trabajo ad honorem, de muchas responsabilidades y donde no se puede dejar conforme a todos”, explicó Irma Noemí Bonduri, presidenta del consorcio.
El complejo cuenta con tres conserjes y un sereno: “Estas personas hace 20 años que trabajan acá y conocen a todos los vecinos. Ante cualquier eventualidad ellos están para ayudarlos”, señaló Nora Calleja, vicepresidente del consorcio.
En otro orden de cosas, aclararon que las cocheras son espacios compartidos y son utilizadas por quienes tengan vehículo.
“No se compran ni se venden, son propiedad de todos. Yo no se porque dice el señor Larrea que le quitaron la cochera. El no tiene auto, por eso la ocupó otra persona”, explicó Argelia Vargas, tesorera del consorcio.
El estudio
A raíz del conflicto ocasionado con las rejas, la administración del edificio contrató a un ingeniero especialista en seguridad e higiene. Pablo Carpintero fue el que realizó un estudio sobre el enrejado. “Luego del análisis de los medios de escape, se llega a la conclusión que la cantidad existente es superior a la obtenida en el calculo. Se cumple lo establecido en la legislación vigente”, aseguró.
Por último, se recomienda que cada vecino tenga las llaves en su poder, ya que “de noche están todas cerradas”.
El paso siguiente, según el consorcio, será colocar carteles indicadores y terminar de poner a punto el buzón.