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Una declaración con gusto a afrenta

Miércoles, 02 de julio de 2014 10:15

Del dicho al hecho hay un largo trecho. “Se acabaron los gobiernos para los poderosos”, exclamó anoche un efusivo Juan Manuel Urtubey, que no se entendía bien qué cosa estaba festejando. La declaración llamó la atención como pocas, ya que es su gestión la que viene entregando viviendas sociales a funcionarios y dejando con las manos vacías a los más humildes de la Provincia. Sobre eso, claro está, el gobernador sigue sin decir ni una sola palabra, como si no hubiesen pasado los escándalos del IPV, de PROCREAR y del uso de los vehículos oficiales para asuntos personales de los amigos del Grand Bourg. Si a eso se le suma que se destinó medio millón de pesos para arreglar un despacho oficial mientras el Hospital del Milagro sigue devastado y el San Bernardo sin camas, el exabrupto se transforma lisa y llanamente en una afrenta. 

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Del dicho al hecho hay un largo trecho. “Se acabaron los gobiernos para los poderosos”, exclamó anoche un efusivo Juan Manuel Urtubey, que no se entendía bien qué cosa estaba festejando. La declaración llamó la atención como pocas, ya que es su gestión la que viene entregando viviendas sociales a funcionarios y dejando con las manos vacías a los más humildes de la Provincia. Sobre eso, claro está, el gobernador sigue sin decir ni una sola palabra, como si no hubiesen pasado los escándalos del IPV, de PROCREAR y del uso de los vehículos oficiales para asuntos personales de los amigos del Grand Bourg. Si a eso se le suma que se destinó medio millón de pesos para arreglar un despacho oficial mientras el Hospital del Milagro sigue devastado y el San Bernardo sin camas, el exabrupto se transforma lisa y llanamente en una afrenta. 

La transparencia no es algo que deba enunciarse, como hizo ayer Urtubey, sino es algo que debe practicarse, y eso aún sigue siendo una gran deuda pendiente de la gobernación. Los favoritismos también se notan en la justicia, al igual que en casi todas las áreas. El mandatario envía constantemente pliegos de familiares directos de sus funcionarios y ratifica como fiscales a personas de su confianza que culpan a las víctimas de un abuso por la barbarie que les ocurrió. 
¿No es eso un Gobierno para los poderosos? 

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