El oportuno ingreso de un cliente de una inmobiliaria y la aparición de una patrulla policial frustró un violento asalto a mano armada en el barrio AATRA, en la zona norte de la ciudad. El atraco se produjo alrededor de las 15 en la calle Montevideo al 1400, frente al predio del Ejército Argentino, cuando a las oficinas irrumpieron dos sujetos armados, con el rostro cubierto. Ambos se movilizaban en una motocicleta. En el local se encontraban un hombre y dos mujeres, entre ellas la propietaria de la inmobiliaria. Los delincuentes extrajeron sus armas y encañonaron a las víctimas. Luego los condujeron hasta una oficina contigua donde los maniataron y amordazaron.
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El oportuno ingreso de un cliente de una inmobiliaria y la aparición de una patrulla policial frustró un violento asalto a mano armada en el barrio AATRA, en la zona norte de la ciudad. El atraco se produjo alrededor de las 15 en la calle Montevideo al 1400, frente al predio del Ejército Argentino, cuando a las oficinas irrumpieron dos sujetos armados, con el rostro cubierto. Ambos se movilizaban en una motocicleta. En el local se encontraban un hombre y dos mujeres, entre ellas la propietaria de la inmobiliaria. Los delincuentes extrajeron sus armas y encañonaron a las víctimas. Luego los condujeron hasta una oficina contigua donde los maniataron y amordazaron.
Ya dueños de la situación, los asaltantes se abocaron a la búsqueda de dinero, tras obligar a la propietaria a entregar las llaves de la caja fuerte. Mientras uno de ellos se concentró en esta tarea, el otro se abocó a la búsqueda de otros elementos de valor, tales como joyas y celulares. La avaricia les jugó una mala pasada.
Cuando ya habían embolsado una suma superior a los 20 mil pesos y se aprestaban a recoger los últimos objetos, un cliente ingresó a la inmobiliaria y observó la escena, aparentemente sin ser advertido por los asaltantes. El hombre salió disparado como un rayo hasta la esquina de la calle Arenales para alertar de lo que estaba sucediendo, justo en el momento en que se acercaba una patrulla policial. “Un asalto...un asalto...”, gritó el testigo, y condujo a los uniformados hasta la inmobiliaria. Al escuchar la frenada de la camioneta con la patrulla móvil, uno de los delincuentes abrió la puerta y se dio a la fuga, en tanto que su voraz cómplice quedó atrapado en el interior del inmueble, sin escapatoria.
Apenas advirtió la presencia de los policías, arrojó el revólver calibre 22 que empuñaba y se entregó sin ofrecer resistencia. Luego el personal procedió al rescate de la tres personas maniatadas y amordazadas. Mientras tanto se dio la voz de alerta a otras unidades que patrullaban la zona para localizar al prófugo. En cuestión de minutos la calle donde funciona la inmobiliaria se pobló de móviles policiales y de vecinos que ante semejante despliegue se concentraron en el lugar.
La propietaria de la empresa relató que se encontraban realizando tareas de contabilidad cuando de pronto aparecieron en escena los encapuchados y sin darles tiempo a nada los amenazaron de muerte obligándolos a arrojarse al piso. Ninguno ofreció resistencia frente al peligroso accionar de los asaltantes. En un bolso que portaba el detenido encontraron el dinero que se aprestaban a robar.
Atraparon al cómplice
Tras la captura del primer asaltante de la inmobiliaria en el barrio AATRA, la Brigada de Investigaciones se abocó a la búsqueda de su cómplice que había logrado darse a la fuga cuando una patrulla policial llegaba al lugar. A partir de los datos aportados por el detenido, el personal localizó al prófugo en un aguantadero de la zona Este de la ciudad.
La Policía no aportó la identidad de ninguno de los asaltantes por directivas del fiscal penal interviniente. Lo único que pudo saberse a través de la Oficina de Prensa de la institución es que el primer detenido tiene 43 años y que reside en villa Lavalle. Lo que los investigadores trataban de determinar es si el segundo detenido se llevó dinero al momento de fugarse. Los propietarios de la empresa asaltada estimaban que en la caja fuerte había más dinero.
Al efectuarse la requisa del local los policías encontraron en un bolso de los maleantes, además de los 20 mil pesos, una computadora, celulares y otros objetos con los que pensaban redondear el botín. “Me parece que la vieron fácil y la avaricia los traicionó”, dijo un policía que participó del operativo.
Como mudo testigo del fracasado asalto, en la vereda de la inmobiliaria quedó la motocicleta color gris en la que los delincuentes llegaron al lugar para cometer sus fechoría. En el marco de las diligencias se sospecha que fue robada.