¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

17°
24 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Adiós al dueño de la pelota

Domingo, 03 de agosto de 2014 01:39
Fue un caudillo topoderoso que se mantuvo en el poder durante 35 años, mientras los gobiernos democráticos continuaban pasando.
También fue el dirigente más influyente del fútbol argentino y un reformador de los campeonatos.
Pero lo cierto es que Julio Humberto Grondona, o don Julio, como sarcásticamente se lo denominaba por un perfil cinematográfico más cercano a un gángster y cuya seducción por el poder lo convirtió en un casi eterno dirigente "exitoso" a nivel nacional, no dejó un sucesor en la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino luego de su reciente fallecimiento.
Es que si bien hay muchos nombres en danza, pocos parecen tener el poder para manejar la máxima institución del fútbol argentino, que maneja millonarios contratos.
Es que desde el actual vicepresidente y titular de Argentinos, Luis Segura, o sus pares de Arsenal, Julio Ricardo Grondona; de Lanús, Alejandro Marón; como también el velezano Fernando Raffaini o el mismo cuervo Marcelo Tinelli, a todos les seduce la idea de hacerse cargo de la entidad que deja muchos dividendos y seguramente habrá "una guerra" por el sillón que deja don Julio.
Claro que los tiempos no son los mismos. Su trato seductor de muchacho de barrio que cultivó desde temprano en la ferretería familiar y el club que fundó junto a un grupo de vecinos fue la llave que le abrió la puerta a la posibilidad de desplegar la estrategia que llevó a Grondona al sitial de hombre todopoderoso en el fútbol, el deporte que mueve o paraliza un país como la Argentina.
Nacido en Avellaneda el 18 de septiembre de 1931, con 47 años se convirtió en el presidente de la AFA.
Para llegar a la presidencia de la AFA fue clave su desempeño como máximo dirigente de Arsenal y también como titular de Independiente, del que era hincha.
Tras nueve años al frente de la AFA, Grondona fue ungido vicepresidente de la FIFA, el 30 de abril de 1988. Además, en la máxima entidad del fútbol ocupó un rol clave en la comisión de finzanzas.
Ambos cargos fueron refrendados mediante votación en seis oportunidades, la última en 2011, con duración hasta 2014.
Con él al frente de la entidad, el seleccionado consiguió el Mundial de México 1986 y fue finalista en Italia 1990 y recientemente en Brasil 2014.
Además, los representativos argentinos se adjudicaron la Copa América en 1991 y 1993, las medallas doradas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008, y los campeones mundiales de seleccionados sub-20 en Qatar 1995, Malasia 1997, Argentina 2001, Holanda 2005 y Canadá 2007.
Así logró llenar el pergamino de la vida, que no muchos podrían lograr.

Los unos y los otros
Asumió en la AFA el 6 de abril de 1979, mientras el país era presidido por el dictador Jorge Rafael Videla, y convivió con los gobiernos de facto de Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone.
Luego, desde el regreso de la democracia en 1983 compartió proyectos, desesperanzas y rivalidades con Raúl Alfonsín, Carlos Saúl Menem, Fernando de la Rúa, los interinatos de Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Caamaño y Eduardo Duhalde, y desde 2003 con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Y también supo hacerse de algunos enemigos, entre los que se destacan Diego Maradona, Oscar Ruggeri y algunos jugadores de que integraron la Selección del 86, sin olvidarse de Daniel Passarella.

Un gran reformador
Grondona fue durante sus tres décadas y media como presidente de la AFA un constante reformador de los campeonatos domésticos.
A mediados de los 80 creó una categoría intermedia entre la Primera División y la tradicional Primera B, y así nació el Nacional B. En la misma época les dio vida a los Torneos del Interior, de los que derivaron con el tiempo los Argentinos A, B y C.
Otra variante significativa fue la adaptación a mediados de los años 80 al calendario europeo. Se jugaba desde marzo hasta diciembre.
Después dividió el ciclo anual del fútbol en los campeonatos Apertura y Clausura, dos torneos cortos.
La puesta en marcha de la Copa Argentina y desde 2015 se volverá al certamen largo y anual, gracias al flamante torneo de transición.


Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Fue un caudillo topoderoso que se mantuvo en el poder durante 35 años, mientras los gobiernos democráticos continuaban pasando.
También fue el dirigente más influyente del fútbol argentino y un reformador de los campeonatos.
Pero lo cierto es que Julio Humberto Grondona, o don Julio, como sarcásticamente se lo denominaba por un perfil cinematográfico más cercano a un gángster y cuya seducción por el poder lo convirtió en un casi eterno dirigente "exitoso" a nivel nacional, no dejó un sucesor en la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino luego de su reciente fallecimiento.
Es que si bien hay muchos nombres en danza, pocos parecen tener el poder para manejar la máxima institución del fútbol argentino, que maneja millonarios contratos.
Es que desde el actual vicepresidente y titular de Argentinos, Luis Segura, o sus pares de Arsenal, Julio Ricardo Grondona; de Lanús, Alejandro Marón; como también el velezano Fernando Raffaini o el mismo cuervo Marcelo Tinelli, a todos les seduce la idea de hacerse cargo de la entidad que deja muchos dividendos y seguramente habrá "una guerra" por el sillón que deja don Julio.
Claro que los tiempos no son los mismos. Su trato seductor de muchacho de barrio que cultivó desde temprano en la ferretería familiar y el club que fundó junto a un grupo de vecinos fue la llave que le abrió la puerta a la posibilidad de desplegar la estrategia que llevó a Grondona al sitial de hombre todopoderoso en el fútbol, el deporte que mueve o paraliza un país como la Argentina.
Nacido en Avellaneda el 18 de septiembre de 1931, con 47 años se convirtió en el presidente de la AFA.
Para llegar a la presidencia de la AFA fue clave su desempeño como máximo dirigente de Arsenal y también como titular de Independiente, del que era hincha.
Tras nueve años al frente de la AFA, Grondona fue ungido vicepresidente de la FIFA, el 30 de abril de 1988. Además, en la máxima entidad del fútbol ocupó un rol clave en la comisión de finzanzas.
Ambos cargos fueron refrendados mediante votación en seis oportunidades, la última en 2011, con duración hasta 2014.
Con él al frente de la entidad, el seleccionado consiguió el Mundial de México 1986 y fue finalista en Italia 1990 y recientemente en Brasil 2014.
Además, los representativos argentinos se adjudicaron la Copa América en 1991 y 1993, las medallas doradas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008, y los campeones mundiales de seleccionados sub-20 en Qatar 1995, Malasia 1997, Argentina 2001, Holanda 2005 y Canadá 2007.
Así logró llenar el pergamino de la vida, que no muchos podrían lograr.

Los unos y los otros
Asumió en la AFA el 6 de abril de 1979, mientras el país era presidido por el dictador Jorge Rafael Videla, y convivió con los gobiernos de facto de Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone.
Luego, desde el regreso de la democracia en 1983 compartió proyectos, desesperanzas y rivalidades con Raúl Alfonsín, Carlos Saúl Menem, Fernando de la Rúa, los interinatos de Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Caamaño y Eduardo Duhalde, y desde 2003 con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Y también supo hacerse de algunos enemigos, entre los que se destacan Diego Maradona, Oscar Ruggeri y algunos jugadores de que integraron la Selección del 86, sin olvidarse de Daniel Passarella.

Un gran reformador
Grondona fue durante sus tres décadas y media como presidente de la AFA un constante reformador de los campeonatos domésticos.
A mediados de los 80 creó una categoría intermedia entre la Primera División y la tradicional Primera B, y así nació el Nacional B. En la misma época les dio vida a los Torneos del Interior, de los que derivaron con el tiempo los Argentinos A, B y C.
Otra variante significativa fue la adaptación a mediados de los años 80 al calendario europeo. Se jugaba desde marzo hasta diciembre.
Después dividió el ciclo anual del fútbol en los campeonatos Apertura y Clausura, dos torneos cortos.
La puesta en marcha de la Copa Argentina y desde 2015 se volverá al certamen largo y anual, gracias al flamante torneo de transición.


Temas de la nota

PUBLICIDAD