"No hay vacante". La respuesta para los padres que buscan un lugar en la salita de cuatro años está en un letrero pegado a la puerta de la escuela Juan José Valle, del barrio Libertad. A unas diez cuadras, en el jardín más cercano, todavía no hay aulas para niños de esa edad. La falta de cupos en el sur de la Capital se repite en distintos puntos de la ciudad y muestra una realidad que contrasta con el proyecto que busca que la educación obligatoria empiece antes de los cinco años, anunciado por la presidenta la semana pasada.
De acuerdo con datos del Censo 2010, en la provincia, al menos 7.500 chicos de cuatro años todavía no comenzaron con la estimulación y la socialización que implica la escuela.
Si bien hubo avances en los últimos años, están afuera de la educación inicial más del 30 por ciento de los niños de esta edad. En el resto del país, esta cifra baja al 20 por ciento según difundió en los últimos días el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni.
Muchas escuelas aún no tienen salas para chicos de cuatro años y, en la mayoría de los establecimientos que cuentan con aulas para esta edad, ya no hay lugar para el año que viene.
El miércoles pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley para que la educación inicial sea obligatoria desde los cuatro años y no desde los cinco, como hasta ahora.
Los beneficios de empezar más temprano con el aprendizaje ya no se discuten. Pero la escasez de vacantes plantea dudas sobre la posibilidad de que la escolarización se inicie antes en el país.
"Lo que un chico incorpora entre los tres y los cinco años le queda para toda la vida. Es muy positivo que comiencen antes. Para eso, tiene que haber infraestructura", consideró Raquel Tapia, maestra jardinera de la escuela Juan José Valle.
La falta de vacantes también se registra en los jardines de cinco años, nivel obligatorio desde 2006. En la escuela Dos de Mayo, en Solidaridad, inscriben a los chicos que tienen un hermano más grande estudiando en la institución. Los bancos que quedan se sortean entre los demás niños del barrio.
Las escuelas Fray Luis Beltrán y Fray Honorato Pistoia, en Salta Capital, y Sarmiento, en San Antonio de los Cobres, están entre las que todavía no tienen espacio para recibir a chicos de cuatro años. Las escuelas Pelletier, Centenario de la Fundación de Salta y Juana Azurduy de Padilla son algunas de las que ya tienen las listas llenas para el año que viene.
En la provincia harían falta más de 140 salas para incluir a los chicos que todavía no están inscriptos, si se anotara a 50 por aula.
Cuestionan que no se haya contemplado la discapacidad
La ADC (Asociación por los Derechos Civiles) consideró que el proyecto oficial de la Presidencia para hacer obligatoria la sala de cuatro años en todo el país permitirá ampliar el acceso a la educación pero cuestionó que no contemple las necesidades de los chicos con discapacidad.
La organización señaló ayer que el Poder Ejecutivo Nacional “perdió una oportunidad única de avanzar en la educación inclusiva”.
La ADC remarcó que la iniciativa no incluye disposiciones específicas para impedir que los jardines de infantes se nieguen a matricular a un alumno por el hecho de tener una discapacidad. “De acuerdo con el Censo 2010, el 34 por ciento de los niños de entre 3 y 5 años con discapacidad no asiste al nivel inicial”, difundió la entidad en un comunicado.
“En su estudio temático sobre el derecho de las personas con discapacidad a la educación , la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos enfatizó en que debe garantizarse que las escuelas convencionales no rechacen a alumnos por motivos de discapacidad ”, destacó la ADC.
El proyecto de ley que redactó el Gobierno de la Nación sostiene que “el acceso al nivel inicial desde edad temprana es fundamental para no reproducir ningún patrón de exclusión que pudiera estar presente en otros ámbitos de la vida social” y que “ esta dimensión inclusiva debe abarcar también a los niños y niñas afectados por algún tipo de discapacidad temporal o permanente ”.
Sin embargo, la ADC consideró que se deberían haber incorporado disposiciones explícitas y específicas para que los niños con discapacidad tengan acceso al jardín de infantes.
“La alternativa más habitual que el Estado argentino asigna a las personas con discapacidad es la educación segregada en escuelas especiales, política que lesiona el derecho a la formación inclusiva”, remarcó la organización.
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"No hay vacante". La respuesta para los padres que buscan un lugar en la salita de cuatro años está en un letrero pegado a la puerta de la escuela Juan José Valle, del barrio Libertad. A unas diez cuadras, en el jardín más cercano, todavía no hay aulas para niños de esa edad. La falta de cupos en el sur de la Capital se repite en distintos puntos de la ciudad y muestra una realidad que contrasta con el proyecto que busca que la educación obligatoria empiece antes de los cinco años, anunciado por la presidenta la semana pasada.
De acuerdo con datos del Censo 2010, en la provincia, al menos 7.500 chicos de cuatro años todavía no comenzaron con la estimulación y la socialización que implica la escuela.
Si bien hubo avances en los últimos años, están afuera de la educación inicial más del 30 por ciento de los niños de esta edad. En el resto del país, esta cifra baja al 20 por ciento según difundió en los últimos días el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni.
Muchas escuelas aún no tienen salas para chicos de cuatro años y, en la mayoría de los establecimientos que cuentan con aulas para esta edad, ya no hay lugar para el año que viene.
El miércoles pasado, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que enviaría al Congreso un proyecto de ley para que la educación inicial sea obligatoria desde los cuatro años y no desde los cinco, como hasta ahora.
Los beneficios de empezar más temprano con el aprendizaje ya no se discuten. Pero la escasez de vacantes plantea dudas sobre la posibilidad de que la escolarización se inicie antes en el país.
"Lo que un chico incorpora entre los tres y los cinco años le queda para toda la vida. Es muy positivo que comiencen antes. Para eso, tiene que haber infraestructura", consideró Raquel Tapia, maestra jardinera de la escuela Juan José Valle.
La falta de vacantes también se registra en los jardines de cinco años, nivel obligatorio desde 2006. En la escuela Dos de Mayo, en Solidaridad, inscriben a los chicos que tienen un hermano más grande estudiando en la institución. Los bancos que quedan se sortean entre los demás niños del barrio.
Las escuelas Fray Luis Beltrán y Fray Honorato Pistoia, en Salta Capital, y Sarmiento, en San Antonio de los Cobres, están entre las que todavía no tienen espacio para recibir a chicos de cuatro años. Las escuelas Pelletier, Centenario de la Fundación de Salta y Juana Azurduy de Padilla son algunas de las que ya tienen las listas llenas para el año que viene.
En la provincia harían falta más de 140 salas para incluir a los chicos que todavía no están inscriptos, si se anotara a 50 por aula.
Cuestionan que no se haya contemplado la discapacidad
La ADC (Asociación por los Derechos Civiles) consideró que el proyecto oficial de la Presidencia para hacer obligatoria la sala de cuatro años en todo el país permitirá ampliar el acceso a la educación pero cuestionó que no contemple las necesidades de los chicos con discapacidad.
La organización señaló ayer que el Poder Ejecutivo Nacional “perdió una oportunidad única de avanzar en la educación inclusiva”.
La ADC remarcó que la iniciativa no incluye disposiciones específicas para impedir que los jardines de infantes se nieguen a matricular a un alumno por el hecho de tener una discapacidad. “De acuerdo con el Censo 2010, el 34 por ciento de los niños de entre 3 y 5 años con discapacidad no asiste al nivel inicial”, difundió la entidad en un comunicado.
“En su estudio temático sobre el derecho de las personas con discapacidad a la educación , la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos enfatizó en que debe garantizarse que las escuelas convencionales no rechacen a alumnos por motivos de discapacidad ”, destacó la ADC.
El proyecto de ley que redactó el Gobierno de la Nación sostiene que “el acceso al nivel inicial desde edad temprana es fundamental para no reproducir ningún patrón de exclusión que pudiera estar presente en otros ámbitos de la vida social” y que “ esta dimensión inclusiva debe abarcar también a los niños y niñas afectados por algún tipo de discapacidad temporal o permanente ”.
Sin embargo, la ADC consideró que se deberían haber incorporado disposiciones explícitas y específicas para que los niños con discapacidad tengan acceso al jardín de infantes.
“La alternativa más habitual que el Estado argentino asigna a las personas con discapacidad es la educación segregada en escuelas especiales, política que lesiona el derecho a la formación inclusiva”, remarcó la organización.