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Héroes y fantasmas de la Casona de Castañares

Sabado, 21 de febrero de 2015 00:00
La casona de Castañares en la actualidad.<div class=drop-hint id=drop-to-share-hint style=display: none; background-image: url(chrome-extension://cipmepknanmbbaneimacddfemfbfgpgo/images/content/dropToShareHint.png); background-size: 67px 327px;><div class=drop-hint-bubble id=drop-hint-bubble-share style=display: none; background-image: url(chrome-extension://cipmepknanmbbaneimacddfemfbfgpgo/images/content/dropToShareHintBubble.png); background-size: 253px 79px;></div></div><div class=drop-hint id=drop-to-search-hint style=display: none; background-image: url(chrome-extension://cipmepknanmbbaneimacddfemfbfgpgo/images/content/dropToSearchHint.png); background-size: 67px 327px;><a class=search-btn-close></a><a class=btn-options></a><div class=drop-hint-bubble id=drop-hint-bubble-search style=display: none; background-image: url(chrome-extension://cipmepknanmbbaneimacddfemfbfgpgo/images/content/dropToSearchHintBubble.png); background-size: 215px 79px;></div></div>
En la zona norte de la ciudad, asoma imponente, entre el caserío de la popular barriada, la vieja casona de Castañares, aquella que en el siglo XIX tuviera un papel protagónico en la gesta de la patria y de toda la América del Sur.
Los vecinos de la zona norte conocen su historia e incluso algunos están compenetrados de los acontecimientos políticos y militares que allí se vivieron.
Los más viejos dejan escapar en su relato, algunas leyendas que corren: "Hay gente que dice que por las noches, cuando estaba el eucaliptus, se escuchaban llantos y gritos desgarradores de una mujer. También dicen haber oído ruidos de carretas y cadenas que se arrastran" .
Pero lo cierto es que si algo hay en ese lugar es una energía especial: la de los valientes que allí se alojaron, discutieron y planificaron hechos que marcaron la historia de la provincia y de la nación. Entre esas paredes estuvieron debatiendo sobre el futuro de la Patria, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Gemes, Apolinario "Chocolate" Saravia y Felipe Varela entre otros.
Castañares
Esplendor y ocaso La casona fue cambiando de propietarios según pasaron los años, sin embargo, después del esplendor llegó el ocaso y estuvo por años abandonada a su suerte, siendo tierra de nadie. La casona fue recuperada y restaurada.
Las tierras donde se asientan los barrios de la zona norte, y también se encuentra la Universidad Nacional de Salta toma el nombre de la gran finca allí ubicada y cuyo propietario era don Martín de Castañares. Estas originariamente habían sido entregadas por la Corona española a Don Pedro Marcos, en 1583.
La hija de Martín de Castañares, Bárbara Tineo fue quien heredó la finca. Bárbara se casó con el coronel Pedro José Saravia. De esa unión nació el capitán Apolinario Saravia, también conocido como "Chocolate", aludiendo a su color de piel, importante pieza en la lucha por la independencia nacional.
La vieja casona que estaba enclavada en un enorme predio, que con el tiempo se fue subdividiendo, consta de amplias salas, con grandes galerías tipo colonial, rústica, con techos de tejas, piso de ladrillos y un patio central granadino. Tiene grandes ventanales con rejas de hierro de Vizcaya, (España), además de su característico mirador que da hacia el Valle de Lerma.
Su papel en la historia
Fue el capitán Apolinario Saravia quien aconsejó al general Manuel Belgrano que llevara su ejército por la quebrada de Chachapoyas hasta la finca de Castañares. El general aceptó la propuesta de este salteño conocedor del terreno y partió en la oscuridad para la finca con parte de su ejército. Llegaron a Castañares cuando amanecía el 18 de febrero. Así, el lugar no solo fue el sitio donde descansó Manuel Belgrano, sino también una especie de cuartel general del Ejército revolucionario y punto estratégico para atacar por la retaguardia al ejército realista.
Monumento histórico 14 de julio de 1941 Fue declarada Monumento Histórico Nacional a través del Decreto 95.687. Se realizaron diferentes gestiones para recuperarla.
Belgrano intentó reponerse de sus vómitos de sangre y fuertes dolores que lo aquejaban. Llegó a ordenar que le prepararan un carro para poder desplazarse, sin embargo, con la entereza que lo caracterizaba al día siguiente montó su caballo y encabezó sus tropas.
Bajo la lluvia
La batalla comenzó el 19 de febrero a las 11 de la mañana y terminó al día siguiente después de una cruenta lucha que concluyó con más de 600 muertos sumando ambos bandos.
El enfrentamiento se desarrolló bajo una lluvia persistente en un extenso predio llamado Campo de la Cruz, ubicado en la zona donde está el monumento alusivo a esta batalla.
Después de largas y sangrientas horas los realistas fueron acorralados en la zona llamada Tagarete del Tineo (hoy, avenida Belgrano), donde finalmente fueron diezmados pro los criollos.
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En la zona norte de la ciudad, asoma imponente, entre el caserío de la popular barriada, la vieja casona de Castañares, aquella que en el siglo XIX tuviera un papel protagónico en la gesta de la patria y de toda la América del Sur.
Los vecinos de la zona norte conocen su historia e incluso algunos están compenetrados de los acontecimientos políticos y militares que allí se vivieron.
Los más viejos dejan escapar en su relato, algunas leyendas que corren: "Hay gente que dice que por las noches, cuando estaba el eucaliptus, se escuchaban llantos y gritos desgarradores de una mujer. También dicen haber oído ruidos de carretas y cadenas que se arrastran" .
Pero lo cierto es que si algo hay en ese lugar es una energía especial: la de los valientes que allí se alojaron, discutieron y planificaron hechos que marcaron la historia de la provincia y de la nación. Entre esas paredes estuvieron debatiendo sobre el futuro de la Patria, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Gemes, Apolinario "Chocolate" Saravia y Felipe Varela entre otros.
Castañares
Esplendor y ocaso La casona fue cambiando de propietarios según pasaron los años, sin embargo, después del esplendor llegó el ocaso y estuvo por años abandonada a su suerte, siendo tierra de nadie. La casona fue recuperada y restaurada.
Las tierras donde se asientan los barrios de la zona norte, y también se encuentra la Universidad Nacional de Salta toma el nombre de la gran finca allí ubicada y cuyo propietario era don Martín de Castañares. Estas originariamente habían sido entregadas por la Corona española a Don Pedro Marcos, en 1583.
La hija de Martín de Castañares, Bárbara Tineo fue quien heredó la finca. Bárbara se casó con el coronel Pedro José Saravia. De esa unión nació el capitán Apolinario Saravia, también conocido como "Chocolate", aludiendo a su color de piel, importante pieza en la lucha por la independencia nacional.
La vieja casona que estaba enclavada en un enorme predio, que con el tiempo se fue subdividiendo, consta de amplias salas, con grandes galerías tipo colonial, rústica, con techos de tejas, piso de ladrillos y un patio central granadino. Tiene grandes ventanales con rejas de hierro de Vizcaya, (España), además de su característico mirador que da hacia el Valle de Lerma.
Su papel en la historia
Fue el capitán Apolinario Saravia quien aconsejó al general Manuel Belgrano que llevara su ejército por la quebrada de Chachapoyas hasta la finca de Castañares. El general aceptó la propuesta de este salteño conocedor del terreno y partió en la oscuridad para la finca con parte de su ejército. Llegaron a Castañares cuando amanecía el 18 de febrero. Así, el lugar no solo fue el sitio donde descansó Manuel Belgrano, sino también una especie de cuartel general del Ejército revolucionario y punto estratégico para atacar por la retaguardia al ejército realista.
Monumento histórico 14 de julio de 1941 Fue declarada Monumento Histórico Nacional a través del Decreto 95.687. Se realizaron diferentes gestiones para recuperarla.
Belgrano intentó reponerse de sus vómitos de sangre y fuertes dolores que lo aquejaban. Llegó a ordenar que le prepararan un carro para poder desplazarse, sin embargo, con la entereza que lo caracterizaba al día siguiente montó su caballo y encabezó sus tropas.
Bajo la lluvia
La batalla comenzó el 19 de febrero a las 11 de la mañana y terminó al día siguiente después de una cruenta lucha que concluyó con más de 600 muertos sumando ambos bandos.
El enfrentamiento se desarrolló bajo una lluvia persistente en un extenso predio llamado Campo de la Cruz, ubicado en la zona donde está el monumento alusivo a esta batalla.
Después de largas y sangrientas horas los realistas fueron acorralados en la zona llamada Tagarete del Tineo (hoy, avenida Belgrano), donde finalmente fueron diezmados pro los criollos.
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