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La fundación y el plan de don Hernando de Lerma | Relatos de Salta, Fundación de Salta

Sabado, 25 de abril de 2015 00:30
Ilustración alusiva de la ciudad de Salta
Hasta nuestros días llegó la versión de que el fundador de Salta, el licenciado Hernando de Lerma, gobernador del Tucumán, siempre había procedido según impulsos dictados por su ambición extrema y tratando de eludir, en lo posible, las órdenes de sus superiores. Se dijo también que, movido (Lerma) por sus deseos de venganza, persiguió a quienes se habían opuesto a su designación como gobernador de Tucumán, puesto que hasta el virrey Toledo admitió a regañadientes su designación.
Y, a decir verdad, la aceptó solo porque se trataba de una orden real. Para ese cargo Toledo ya tenía su candidato, el capitán Pedro de Arana, a quien consideraba el hombre indicado para llevar adelante su proyecto fundador. En realidad, según estudiosos, el plan del virrey se basó en un trabajo del capitán Francisco de Aguirre.
Lo cierto es que la imagen de Lerma nos llegó algo distorsionada luego que se transformara en un adversario temible para la Iglesia, la que se confabuló en su contra para crear versiones terribles sobre su persona.
Pero esto comenzó a cambiar a partir de 1965 cuando las profesoras Luisa Miller Astrada y María Teresa Cadena Ligoule de Hessling, al ser becadas por el Instituto de Cultura Hispánica, viajaron a España y allí accedieron al Archivo General de Indias de Sevilla.
Al respecto, Cadena de Hessling dice en una nota publicada aquel año por El Tribuno: "Con sorpresa, consultando los documentos Legajo Charca 26 del Archivo General de Indias de Sevilla, nos encontramos con una poco conocida carta del fundador de la ciudad de Salta (Lerma) dirigida al rey Felipe II, con fecha del 29 de septiembre de 1581. En ella, como veremos en algunos párrafos, expresa conceptos e ideas propias de un verdadero visionario de las necesidades que a través de centurias se han constituido en hechos concretos para nuestra economía.
Se dijo que la fundación de Salta fue un proyecto exclusivo del virrey Toledo y que Lerma lo concretó por obligación. Pero los párrafos que transcribo a continuación muestran un panorama diferente.
"Agora tengo entre manos -escribe Lerma al rey- otro propósito que deseo hazer a V. M. en que con el favor de Dios, entiendo ganar lo que mis antecesores an perdido, que es poblar una ciudad en el Valle de Salta o Calchaquí, camino de el Perú, cosa que V. M. a mucho deseado por que en todas las Indias no ay cosa tan importante ni servicio tan señalado como salir con ello...".
Siguiendo esa línea de pensamiento -continúa Cadena-, Lerma no habría tenido noción de la importancia del paso que iba a dar, ya que bien podría haber preferido quedarse cómodamente en Santiago del Estero, capital del Tucumán. Sin embargo, las expresiones con que continúa Lerma su carta desmiente esa versión: "Por que mediante esto habrá trato y comercio con seguridad de estas provincias a las del Perú, y las unas y las otras y provincias de Chile. Con facilidad se podrá proveer cosas de hispania por la navegación del Río de la Plata y las costas y los fletes de mar y tierra serán sin comparación mucho menos que los que se hacen por las vais de tierra firme que son muy excesivos y no por esto deja de ser muy necesario aquella navegación por tierra firme por que por ella se prevee toda aquella tierra y nuevo Reyno y gobernación de Popayan y Quito y Provincias del Perú hasta la ciudad de Cuzco, Arequipa y tierra comarcana y por esta parte (el Tucumán) hasta toda la Provincia de los Charcas se puede proveer por esta navegación del Río de la Plata y toda...".
Su proyección visionaria -dice Cadena de Hessling- hacia el futuro lo llevó a solicitar al rey la introducción de las mercaderías por la vía del Atlántico e intuye que para poderla utilizar es de suma necesidad fundar una cadena de ciudades de la que Salta es un eslabón más.
Pero su vuelo imaginativo lo lleva más lejos: soñar para el Tucumán una salida fluvial, que sitúa sobre el río Paraná, aparte de Buenos Aires, y así le expone al rey: "... este camino que está muy cerrado de indios de guerra, no se puede dar sino haziendo armada... Solo tengo que advertir a V. M. que para conseguirse el fruto que se espera de esta navegación que es grande, conviene que V.M. señale por límites desta gobernación (el Tucumán) lo que está de esta parte del Río de la Plata, por que por allí an de venir y tener puerto los navíos de Hespaña, con su derecha descarga...
Finalmente, Cadena de Hessling señala: "Cuanto hubiesen podido adelantar todas nuestras provincias mediterráneas, si el rey Felipe II hubiese prestado más oídos a la sugerencia de Lerma del puerto propio para salir al Atlántico. Sin la dependencia del puerto de Buenos Aires hubiesen podido desarrollar más sus economías teniendo en cuenta lo que señalaba Lerma: "Esta Gobernación (Tucumán) es la llave de todas estas Provincias y está en el medio de todas; es el paso para los Reynos del Perú y así es necesario que tenga puerto a la mar para más fácil despacho dentro de sus términos...''".
Hay que reconocer que don Hernando de Lerma fue uno de los pocos ilustrados que llegó a estas tierras. Tenía título universitario y era licenciado en leyes, lo que lo diferenciaba de los aventureros. Sin embargo, las historias sobre su despotismo y herejía, la Iglesia las difundió entre sus contemporáneos y la justicia hasta lograr su condena. Y son las mismas que llegaron hasta nuestros días.
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Hasta nuestros días llegó la versión de que el fundador de Salta, el licenciado Hernando de Lerma, gobernador del Tucumán, siempre había procedido según impulsos dictados por su ambición extrema y tratando de eludir, en lo posible, las órdenes de sus superiores. Se dijo también que, movido (Lerma) por sus deseos de venganza, persiguió a quienes se habían opuesto a su designación como gobernador de Tucumán, puesto que hasta el virrey Toledo admitió a regañadientes su designación.
Y, a decir verdad, la aceptó solo porque se trataba de una orden real. Para ese cargo Toledo ya tenía su candidato, el capitán Pedro de Arana, a quien consideraba el hombre indicado para llevar adelante su proyecto fundador. En realidad, según estudiosos, el plan del virrey se basó en un trabajo del capitán Francisco de Aguirre.
Lo cierto es que la imagen de Lerma nos llegó algo distorsionada luego que se transformara en un adversario temible para la Iglesia, la que se confabuló en su contra para crear versiones terribles sobre su persona.
Pero esto comenzó a cambiar a partir de 1965 cuando las profesoras Luisa Miller Astrada y María Teresa Cadena Ligoule de Hessling, al ser becadas por el Instituto de Cultura Hispánica, viajaron a España y allí accedieron al Archivo General de Indias de Sevilla.
Al respecto, Cadena de Hessling dice en una nota publicada aquel año por El Tribuno: "Con sorpresa, consultando los documentos Legajo Charca 26 del Archivo General de Indias de Sevilla, nos encontramos con una poco conocida carta del fundador de la ciudad de Salta (Lerma) dirigida al rey Felipe II, con fecha del 29 de septiembre de 1581. En ella, como veremos en algunos párrafos, expresa conceptos e ideas propias de un verdadero visionario de las necesidades que a través de centurias se han constituido en hechos concretos para nuestra economía.
Se dijo que la fundación de Salta fue un proyecto exclusivo del virrey Toledo y que Lerma lo concretó por obligación. Pero los párrafos que transcribo a continuación muestran un panorama diferente.
"Agora tengo entre manos -escribe Lerma al rey- otro propósito que deseo hazer a V. M. en que con el favor de Dios, entiendo ganar lo que mis antecesores an perdido, que es poblar una ciudad en el Valle de Salta o Calchaquí, camino de el Perú, cosa que V. M. a mucho deseado por que en todas las Indias no ay cosa tan importante ni servicio tan señalado como salir con ello...".
Siguiendo esa línea de pensamiento -continúa Cadena-, Lerma no habría tenido noción de la importancia del paso que iba a dar, ya que bien podría haber preferido quedarse cómodamente en Santiago del Estero, capital del Tucumán. Sin embargo, las expresiones con que continúa Lerma su carta desmiente esa versión: "Por que mediante esto habrá trato y comercio con seguridad de estas provincias a las del Perú, y las unas y las otras y provincias de Chile. Con facilidad se podrá proveer cosas de hispania por la navegación del Río de la Plata y las costas y los fletes de mar y tierra serán sin comparación mucho menos que los que se hacen por las vais de tierra firme que son muy excesivos y no por esto deja de ser muy necesario aquella navegación por tierra firme por que por ella se prevee toda aquella tierra y nuevo Reyno y gobernación de Popayan y Quito y Provincias del Perú hasta la ciudad de Cuzco, Arequipa y tierra comarcana y por esta parte (el Tucumán) hasta toda la Provincia de los Charcas se puede proveer por esta navegación del Río de la Plata y toda...".
Su proyección visionaria -dice Cadena de Hessling- hacia el futuro lo llevó a solicitar al rey la introducción de las mercaderías por la vía del Atlántico e intuye que para poderla utilizar es de suma necesidad fundar una cadena de ciudades de la que Salta es un eslabón más.
Pero su vuelo imaginativo lo lleva más lejos: soñar para el Tucumán una salida fluvial, que sitúa sobre el río Paraná, aparte de Buenos Aires, y así le expone al rey: "... este camino que está muy cerrado de indios de guerra, no se puede dar sino haziendo armada... Solo tengo que advertir a V. M. que para conseguirse el fruto que se espera de esta navegación que es grande, conviene que V.M. señale por límites desta gobernación (el Tucumán) lo que está de esta parte del Río de la Plata, por que por allí an de venir y tener puerto los navíos de Hespaña, con su derecha descarga...
Finalmente, Cadena de Hessling señala: "Cuanto hubiesen podido adelantar todas nuestras provincias mediterráneas, si el rey Felipe II hubiese prestado más oídos a la sugerencia de Lerma del puerto propio para salir al Atlántico. Sin la dependencia del puerto de Buenos Aires hubiesen podido desarrollar más sus economías teniendo en cuenta lo que señalaba Lerma: "Esta Gobernación (Tucumán) es la llave de todas estas Provincias y está en el medio de todas; es el paso para los Reynos del Perú y así es necesario que tenga puerto a la mar para más fácil despacho dentro de sus términos...''".
Hay que reconocer que don Hernando de Lerma fue uno de los pocos ilustrados que llegó a estas tierras. Tenía título universitario y era licenciado en leyes, lo que lo diferenciaba de los aventureros. Sin embargo, las historias sobre su despotismo y herejía, la Iglesia las difundió entre sus contemporáneos y la justicia hasta lograr su condena. Y son las mismas que llegaron hasta nuestros días.
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