Un drama familiar, en el que se mezclan la droga, el alcohol y la violencia, alteró la noche del sábado a los vecinos que viven en la calle Mitre al 1100 de la ciudad de Salta. Y como en muchos de estos casos, la historia varía según quién la cuente.
Ayer al mediodía llegó un WhatsApp a El Tribuno dando aviso de que el sábado a la noche un joven había tomado de rehén a su bebé de seis meses y que amenazaba con matarlo. En la vivienda había una fuerte discusión entre dos hermanos de apellido Comoglio.
Celeste Comoglio, de 36 años, llamó a la Policía diciendo que su hermano Víctor José, de 25 años, estaba ebrio o alterado por el consumo de drogas y que la estaba amenazando con un cuchillo.
Pasaron pocos minutos y cinco patrulleros se estacionaron frente a la casa, descendieron 12 efectivos y comenzaron tres horas de gran tensión.
Según la hermana y el informe que brindó la Policía, Víctor tomó al bebé y advirtió a los efectivos que si intentaban detenerlo mataría al pequeño con un elemento punzante que tenía en las manos. Además, les gritaba que no se acercaran porque era portador de VIH. El hombre sangraba por una herida que se había provocado en uno de los brazos.
Luego de varias horas, en un descuido, Víctor fue sujetado por un policía mientras otros rescataron al niño.
Esta versión terminó con el supuesto agresor internado en el hospital San Bernardo. Y el bebé, tras ser revisado y dado de alta en el hospital Materno Infantil, en los brazos de su mamá.
Otra mirada
Pero lo sucedido durante las tres horas es muy diferente según el relato que hizo ayer la esposa de Víctor a El Tribuno. Según Verónica Espíndola, todo se trató de un fuerte conflicto intrafamiliar en la vivienda donde conviven los dos hermanos con sus respectivas familias y una tercera persona que es inquilino.
"Mi esposo, es cierto, había tomado todo el día con un amigo, pero estaba tranquilo. De repente empezó a discutir con su hermana, que estuvo consumiendo drogas en la tarde, porque le pedía que no deje entrar al hombre con el que está ahora, que no es su marido", relató. "Él está conmigo y no se va a ir de esta casa", dice Verónica que le gritó Celeste al hermano.
La discusión siguió subiendo de tono. "Mi esposo pegó un golpe en el vidrio de la ventana y se cortó la muñeca; ella empezó a decir que él la había lastimado y que iba a llamar a la Policía", contó.
La discusión era ya a los gritos. Verónica dice que intentó calmarlos, pedirles que se detuvieran, que dejaran de discutir, mientras tenía a su bebé en brazos. Y les pedía que llamaran una ambulancia para que atendieran las lastimaduras de Víctor.
Finalmente, los patrulleros llegaron. Verónica dijo que los policías entraron a su casa sin orden judicial y reconoció que Víctor agarró al bebé "pero para que no le pegaran; él ama a su hijo, nos cuida y nunca nos haría daño. A mí me sacaron fuera de la casa y ahí lo agarraron". Según la mujer, cuando salieron los policías con Víctor detenido, a la medianoche, "él estaba con toda la cara roja de los golpes y ensangrentado".
Ayer al mediodía llegó un WhatsApp a El Tribuno dando aviso de que el sábado a la noche un joven había tomado de rehén a su bebé de seis meses y que amenazaba con matarlo. En la vivienda había una fuerte discusión entre dos hermanos de apellido Comoglio.
Celeste Comoglio, de 36 años, llamó a la Policía diciendo que su hermano Víctor José, de 25 años, estaba ebrio o alterado por el consumo de drogas y que la estaba amenazando con un cuchillo.
Pasaron pocos minutos y cinco patrulleros se estacionaron frente a la casa, descendieron 12 efectivos y comenzaron tres horas de gran tensión.
Según la hermana y el informe que brindó la Policía, Víctor tomó al bebé y advirtió a los efectivos que si intentaban detenerlo mataría al pequeño con un elemento punzante que tenía en las manos. Además, les gritaba que no se acercaran porque era portador de VIH. El hombre sangraba por una herida que se había provocado en uno de los brazos.
Luego de varias horas, en un descuido, Víctor fue sujetado por un policía mientras otros rescataron al niño.
Esta versión terminó con el supuesto agresor internado en el hospital San Bernardo. Y el bebé, tras ser revisado y dado de alta en el hospital Materno Infantil, en los brazos de su mamá.
Otra mirada
Pero lo sucedido durante las tres horas es muy diferente según el relato que hizo ayer la esposa de Víctor a El Tribuno. Según Verónica Espíndola, todo se trató de un fuerte conflicto intrafamiliar en la vivienda donde conviven los dos hermanos con sus respectivas familias y una tercera persona que es inquilino.
"Mi esposo, es cierto, había tomado todo el día con un amigo, pero estaba tranquilo. De repente empezó a discutir con su hermana, que estuvo consumiendo drogas en la tarde, porque le pedía que no deje entrar al hombre con el que está ahora, que no es su marido", relató. "Él está conmigo y no se va a ir de esta casa", dice Verónica que le gritó Celeste al hermano.
La discusión siguió subiendo de tono. "Mi esposo pegó un golpe en el vidrio de la ventana y se cortó la muñeca; ella empezó a decir que él la había lastimado y que iba a llamar a la Policía", contó.
La discusión era ya a los gritos. Verónica dice que intentó calmarlos, pedirles que se detuvieran, que dejaran de discutir, mientras tenía a su bebé en brazos. Y les pedía que llamaran una ambulancia para que atendieran las lastimaduras de Víctor.
Finalmente, los patrulleros llegaron. Verónica dijo que los policías entraron a su casa sin orden judicial y reconoció que Víctor agarró al bebé "pero para que no le pegaran; él ama a su hijo, nos cuida y nunca nos haría daño. A mí me sacaron fuera de la casa y ahí lo agarraron". Según la mujer, cuando salieron los policías con Víctor detenido, a la medianoche, "él estaba con toda la cara roja de los golpes y ensangrentado".
Harán una denuncia por apremios
Según la esposa, Víctor tiene fractura de costilla y golpes en el cuerpo. "Los policías le pegaron y, según el chico que vive aquí, hasta le dieron un electroshock. A mí me sacaron fuera de la casa para que no viera y no me dejaron entrar hasta que se fueron con Víctor detenido". Verónica Espíndola, esposa del joven acusado ayer de tomar a su hijo de seis meses como rehén, dijo que hoy presentará una denuncia por apremios ilegales. "Incluso un policía intentó pegarle con el palo que tienen y le dio al bebé en la cabeza", dijo.
Poco después de la detención, la mujer fue al hospital San Bernardo, donde Víctor está internado. Allí "los médicos me dijeron que tiene fracturada una costilla, tiene torcida la mandíbula y moretones en la espalda, además de golpes en la cara".
La joven solicitó que le entregaran un certificado médico con el diagnóstico "y con eso voy a ir a la Ciudad Judicial a poner una denuncia porque ellos lo golpearon y encima, antes de irse, me hicieron un allanamiento, me revisaron toda la casa y dejaron todo un desastre, sin mostrarme una autorización judicial", afirmó.
La joven solicitó que le entregaran un certificado médico con el diagnóstico "y con eso voy a ir a la Ciudad Judicial a poner una denuncia porque ellos lo golpearon y encima, antes de irse, me hicieron un allanamiento, me revisaron toda la casa y dejaron todo un desastre, sin mostrarme una autorización judicial", afirmó.
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Un drama familiar, en el que se mezclan la droga, el alcohol y la violencia, alteró la noche del sábado a los vecinos que viven en la calle Mitre al 1100 de la ciudad de Salta. Y como en muchos de estos casos, la historia varía según quién la cuente.
Ayer al mediodía llegó un WhatsApp a El Tribuno dando aviso de que el sábado a la noche un joven había tomado de rehén a su bebé de seis meses y que amenazaba con matarlo. En la vivienda había una fuerte discusión entre dos hermanos de apellido Comoglio.
Celeste Comoglio, de 36 años, llamó a la Policía diciendo que su hermano Víctor José, de 25 años, estaba ebrio o alterado por el consumo de drogas y que la estaba amenazando con un cuchillo.
Pasaron pocos minutos y cinco patrulleros se estacionaron frente a la casa, descendieron 12 efectivos y comenzaron tres horas de gran tensión.
Según la hermana y el informe que brindó la Policía, Víctor tomó al bebé y advirtió a los efectivos que si intentaban detenerlo mataría al pequeño con un elemento punzante que tenía en las manos. Además, les gritaba que no se acercaran porque era portador de VIH. El hombre sangraba por una herida que se había provocado en uno de los brazos.
Luego de varias horas, en un descuido, Víctor fue sujetado por un policía mientras otros rescataron al niño.
Esta versión terminó con el supuesto agresor internado en el hospital San Bernardo. Y el bebé, tras ser revisado y dado de alta en el hospital Materno Infantil, en los brazos de su mamá.
Otra mirada
Pero lo sucedido durante las tres horas es muy diferente según el relato que hizo ayer la esposa de Víctor a El Tribuno. Según Verónica Espíndola, todo se trató de un fuerte conflicto intrafamiliar en la vivienda donde conviven los dos hermanos con sus respectivas familias y una tercera persona que es inquilino.
"Mi esposo, es cierto, había tomado todo el día con un amigo, pero estaba tranquilo. De repente empezó a discutir con su hermana, que estuvo consumiendo drogas en la tarde, porque le pedía que no deje entrar al hombre con el que está ahora, que no es su marido", relató. "Él está conmigo y no se va a ir de esta casa", dice Verónica que le gritó Celeste al hermano.
La discusión siguió subiendo de tono. "Mi esposo pegó un golpe en el vidrio de la ventana y se cortó la muñeca; ella empezó a decir que él la había lastimado y que iba a llamar a la Policía", contó.
La discusión era ya a los gritos. Verónica dice que intentó calmarlos, pedirles que se detuvieran, que dejaran de discutir, mientras tenía a su bebé en brazos. Y les pedía que llamaran una ambulancia para que atendieran las lastimaduras de Víctor.
Finalmente, los patrulleros llegaron. Verónica dijo que los policías entraron a su casa sin orden judicial y reconoció que Víctor agarró al bebé "pero para que no le pegaran; él ama a su hijo, nos cuida y nunca nos haría daño. A mí me sacaron fuera de la casa y ahí lo agarraron". Según la mujer, cuando salieron los policías con Víctor detenido, a la medianoche, "él estaba con toda la cara roja de los golpes y ensangrentado".
Ayer al mediodía llegó un WhatsApp a El Tribuno dando aviso de que el sábado a la noche un joven había tomado de rehén a su bebé de seis meses y que amenazaba con matarlo. En la vivienda había una fuerte discusión entre dos hermanos de apellido Comoglio.
Celeste Comoglio, de 36 años, llamó a la Policía diciendo que su hermano Víctor José, de 25 años, estaba ebrio o alterado por el consumo de drogas y que la estaba amenazando con un cuchillo.
Pasaron pocos minutos y cinco patrulleros se estacionaron frente a la casa, descendieron 12 efectivos y comenzaron tres horas de gran tensión.
Según la hermana y el informe que brindó la Policía, Víctor tomó al bebé y advirtió a los efectivos que si intentaban detenerlo mataría al pequeño con un elemento punzante que tenía en las manos. Además, les gritaba que no se acercaran porque era portador de VIH. El hombre sangraba por una herida que se había provocado en uno de los brazos.
Luego de varias horas, en un descuido, Víctor fue sujetado por un policía mientras otros rescataron al niño.
Esta versión terminó con el supuesto agresor internado en el hospital San Bernardo. Y el bebé, tras ser revisado y dado de alta en el hospital Materno Infantil, en los brazos de su mamá.
Otra mirada
Pero lo sucedido durante las tres horas es muy diferente según el relato que hizo ayer la esposa de Víctor a El Tribuno. Según Verónica Espíndola, todo se trató de un fuerte conflicto intrafamiliar en la vivienda donde conviven los dos hermanos con sus respectivas familias y una tercera persona que es inquilino.
"Mi esposo, es cierto, había tomado todo el día con un amigo, pero estaba tranquilo. De repente empezó a discutir con su hermana, que estuvo consumiendo drogas en la tarde, porque le pedía que no deje entrar al hombre con el que está ahora, que no es su marido", relató. "Él está conmigo y no se va a ir de esta casa", dice Verónica que le gritó Celeste al hermano.
La discusión siguió subiendo de tono. "Mi esposo pegó un golpe en el vidrio de la ventana y se cortó la muñeca; ella empezó a decir que él la había lastimado y que iba a llamar a la Policía", contó.
La discusión era ya a los gritos. Verónica dice que intentó calmarlos, pedirles que se detuvieran, que dejaran de discutir, mientras tenía a su bebé en brazos. Y les pedía que llamaran una ambulancia para que atendieran las lastimaduras de Víctor.
Finalmente, los patrulleros llegaron. Verónica dijo que los policías entraron a su casa sin orden judicial y reconoció que Víctor agarró al bebé "pero para que no le pegaran; él ama a su hijo, nos cuida y nunca nos haría daño. A mí me sacaron fuera de la casa y ahí lo agarraron". Según la mujer, cuando salieron los policías con Víctor detenido, a la medianoche, "él estaba con toda la cara roja de los golpes y ensangrentado".
Harán una denuncia por apremios
Según la esposa, Víctor tiene fractura de costilla y golpes en el cuerpo. "Los policías le pegaron y, según el chico que vive aquí, hasta le dieron un electroshock. A mí me sacaron fuera de la casa para que no viera y no me dejaron entrar hasta que se fueron con Víctor detenido". Verónica Espíndola, esposa del joven acusado ayer de tomar a su hijo de seis meses como rehén, dijo que hoy presentará una denuncia por apremios ilegales. "Incluso un policía intentó pegarle con el palo que tienen y le dio al bebé en la cabeza", dijo.
Poco después de la detención, la mujer fue al hospital San Bernardo, donde Víctor está internado. Allí "los médicos me dijeron que tiene fracturada una costilla, tiene torcida la mandíbula y moretones en la espalda, además de golpes en la cara".
La joven solicitó que le entregaran un certificado médico con el diagnóstico "y con eso voy a ir a la Ciudad Judicial a poner una denuncia porque ellos lo golpearon y encima, antes de irse, me hicieron un allanamiento, me revisaron toda la casa y dejaron todo un desastre, sin mostrarme una autorización judicial", afirmó.
La joven solicitó que le entregaran un certificado médico con el diagnóstico "y con eso voy a ir a la Ciudad Judicial a poner una denuncia porque ellos lo golpearon y encima, antes de irse, me hicieron un allanamiento, me revisaron toda la casa y dejaron todo un desastre, sin mostrarme una autorización judicial", afirmó.