Según la revista Plos One, se analizó las lesiones mortales de un cráneo del yacimiento de la Sima de los Huesos de Atapuerca -en Burgos, España-
luego de que fuera recuperado junto a los restos de otros 27 individuos. Basado en el análisis de las fracturas del cráneo 17, el estudio confirma que el individuo fue asesinado y acumulado intencionalmente.
Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar el cráneo con las técnicas forenses actuales.
El cráneo 17 presenta dos orificios en el hueso frontal, "justo encima de la cuenca del ojo izquierdo. El estudio del contorno, tamaño y forma de las fracturas permitió determinar que se hicieron con el mismo objeto, y que fueron hechas cuando había tejido blando, es decir, o estaba vivo o acababa de morir", puntualiza el trabajo.
Las técnicas forenses actuales han permitido determinar que "el individuo recibió dos golpes independientes producidos por un mismo objeto, lo que descarta la caída. Nadie se cae por una pendiente y se golpea dos veces en el mismo sitio y con el mismo objeto".
Además, la suma de datos, el tipo de lesiones y el lugar en que se encuentran "entran dentro de los patrones utilizados por los forenses para determinar que ha habido un encuentro o conflicto cara a cara", afirma la investigadora.
luego de que fuera recuperado junto a los restos de otros 27 individuos. Basado en el análisis de las fracturas del cráneo 17, el estudio confirma que el individuo fue asesinado y acumulado intencionalmente.
Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar el cráneo con las técnicas forenses actuales.
El cráneo 17 presenta dos orificios en el hueso frontal, "justo encima de la cuenca del ojo izquierdo. El estudio del contorno, tamaño y forma de las fracturas permitió determinar que se hicieron con el mismo objeto, y que fueron hechas cuando había tejido blando, es decir, o estaba vivo o acababa de morir", puntualiza el trabajo.
Las técnicas forenses actuales han permitido determinar que "el individuo recibió dos golpes independientes producidos por un mismo objeto, lo que descarta la caída. Nadie se cae por una pendiente y se golpea dos veces en el mismo sitio y con el mismo objeto".
Además, la suma de datos, el tipo de lesiones y el lugar en que se encuentran "entran dentro de los patrones utilizados por los forenses para determinar que ha habido un encuentro o conflicto cara a cara", afirma la investigadora.
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Según la revista Plos One, se analizó las lesiones mortales de un cráneo del yacimiento de la Sima de los Huesos de Atapuerca -en Burgos, España-
luego de que fuera recuperado junto a los restos de otros 27 individuos. Basado en el análisis de las fracturas del cráneo 17, el estudio confirma que el individuo fue asesinado y acumulado intencionalmente.
Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar el cráneo con las técnicas forenses actuales.
El cráneo 17 presenta dos orificios en el hueso frontal, "justo encima de la cuenca del ojo izquierdo. El estudio del contorno, tamaño y forma de las fracturas permitió determinar que se hicieron con el mismo objeto, y que fueron hechas cuando había tejido blando, es decir, o estaba vivo o acababa de morir", puntualiza el trabajo.
Las técnicas forenses actuales han permitido determinar que "el individuo recibió dos golpes independientes producidos por un mismo objeto, lo que descarta la caída. Nadie se cae por una pendiente y se golpea dos veces en el mismo sitio y con el mismo objeto".
Además, la suma de datos, el tipo de lesiones y el lugar en que se encuentran "entran dentro de los patrones utilizados por los forenses para determinar que ha habido un encuentro o conflicto cara a cara", afirma la investigadora.
luego de que fuera recuperado junto a los restos de otros 27 individuos. Basado en el análisis de las fracturas del cráneo 17, el estudio confirma que el individuo fue asesinado y acumulado intencionalmente.
Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar el cráneo con las técnicas forenses actuales.
El cráneo 17 presenta dos orificios en el hueso frontal, "justo encima de la cuenca del ojo izquierdo. El estudio del contorno, tamaño y forma de las fracturas permitió determinar que se hicieron con el mismo objeto, y que fueron hechas cuando había tejido blando, es decir, o estaba vivo o acababa de morir", puntualiza el trabajo.
Las técnicas forenses actuales han permitido determinar que "el individuo recibió dos golpes independientes producidos por un mismo objeto, lo que descarta la caída. Nadie se cae por una pendiente y se golpea dos veces en el mismo sitio y con el mismo objeto".
Además, la suma de datos, el tipo de lesiones y el lugar en que se encuentran "entran dentro de los patrones utilizados por los forenses para determinar que ha habido un encuentro o conflicto cara a cara", afirma la investigadora.