Desde el año 2010 está vigente el nuevo Código de Planeamiento Urbano Ambiental de Salta capital que eliminó la figura de los pulmones de manzana y la reemplazó por un retiro de fondo mínimo que en lugar de tierra tiene cemento.
inicia sesión o regístrate.
Desde el año 2010 está vigente el nuevo Código de Planeamiento Urbano Ambiental de Salta capital que eliminó la figura de los pulmones de manzana y la reemplazó por un retiro de fondo mínimo que en lugar de tierra tiene cemento.
Por eso, poco a poco los jardines con árboles que tenía la ciudad en el corazón de cada manzana están siendo reemplazados por playas de estacionamiento. El nuevo Código suma la posibilidad de construir subsuelo en la totalidad de la superficie de cada terreno, eliminando así toda forestación.
La presencia del verde en las ciudades permite a grandes rasgos que la temperatura ambiental se equilibre, las lluvias no produzcan grandes anegamientos y el aire se purifique ya que -como todos sabemos- los árboles son los encargados de transformar el dióxido de carbono en oxígeno para que los seres humanos respiren. Los pulmones de manzana podrían considerarse como grandes acondicionadores de aire.
Con los patios secos se multiplican las superficies de cemento donde se refracta el sol y, por ende, aumenta la temperatura. Las aguas pluviales deben ser conducidas al exterior del edificio, donde en la calle intentan drenar por las bocas de tormenta que suelen taponarse. Aunque los patios secos permiten que haya iluminación y ventilación en las manzanas, no les da a los vecinos la posibilidad de tener árboles donde purificar el aire y descansar la vista. Ante este escenario, el uso excesivo de aires acondicionados en ciudades con mucha densidad como Salta se vuelve una condición necesaria para sobrellevar un verano caluroso.
El artículo 134º del Código anterior al 2010 decía que el corazón de manzana no edificable sería "destinado exclusivamente a espacio parquizado, del cual no más del 30% podrá tener tratamiento diferente al de terreno absorbente".
En la Ciudad de Buenos Aires, al haber ocupado los pulmones de manzanas sin control, están obligando a los edificios a hacer costosos tanques de ralentamiento que demoran la llegada del agua a la calle para no producir anegamientos o inundaciones. El resultado es poco eficiente ya que, al final, se inunda igual.
El Código del 2010 denomina retiro de fondo "a la distancia de separación obligatoria fijada entre la línea divisoria de fondo de la parcela y la fachada posterior del edificio". El retiro de fondo es un espacio libre de construcción, pero no se puede forestar y no tiene ni un metro cuadrado de terreno absorbente.
Consultado por El Tribuno, el presidente del Colegio de Arquitectos, Carlos Göttling, dijo respecto del pulmón de manzana: "Hay gente a favor y en contra; hay ciudades que lo adoptan y otras que no". Explicó que no hay una solución óptima ni una postura única. "El viejo pulmón de manzana nunca llegaba a materializarse porque las parcelas son desiguales", explicó y opinó que un "20% del terreno con suelo absorbente sería más equitativo".
Göttling cree que es un planteo razonable. "Hay que estudiarlo", dijo y dejó la puerta abierta a a otras posibilidades, teniendo en cuenta que hay que compatibilizarlo con el requerimiento de cocheras ya que el Código exige una cantidad determinada por departamentos y "un estacionamiento con árboles arriba sería muy caro", contó.
El mundo lo pide a gritos
En las ciudades desarrolladas la tendencia es hacer fachadas y terrazas verdes. De esta manera, grandes superficies de cemento como techos y paredes de edificios que refractan el calor se convierten en espacios verdes que favorecen la limpieza y oxigenación del aire y el descenso de la temperatura media ambiental. En Tokio, por ejemplo, han logrado bajar la temperatura media y disminuir el consumo energético con terrazas verdes. También hay ejemplos fabulosos de jardines verticales en Londres, Madrid y Sidney.
El arquitecto argentino Emilio Ambasz fue uno de los precursores de "la arquitectura verde sobre gris" y creó el edificio Fukuoka de Japón. Él mismo explicó en una entrevista: "Fukuoka es la prueba tangible de que la idea dominante de que la ciudad es para los edificios y la periferia para el verde es una idea equivocada y malvada. Es la prueba de que se puede tener un jardín y un edificio".
Estos proyectos atractivos y modernos son muy caros para instalar y mantener. Necesitan inspecciones periódicas y se otorgan subsidios y beneficios a quienes las hacen. La opción más eficiente y sustentable para una ciudad en desarrollo como Salta es estipular en el Código de Planeamiento que los retiros de fondo se utilicen para jardines, que no se pueda hacer subsuelo debajo de ellos y que su superficie sea absorbente. "Un contrafrente que da a jardín es más silencioso se vende más rápido que uno al frente con ruido de autos o que un contrafrente que mira a un estacionamiento", aseguró el arquitecto César Spirito, un marplatense que se formó en la Universidad de Buenos Aires y que reside en la ciudad de Salta hace más de 20 años.
Verde que te quiero verde
"Desde antiguo se ha hablado de la necesidad psicológica del habitante de la ciudad por acercarse a la naturaleza, siendo conocidos los efectos terapéuticos: disminución de la tensión, de la fatiga y tantos otros aspectos que la OMS, y otros muchos autores han destacado", explicó el doctor en Arquitectura Francisco Gómez Lopera en la revista "Ciudad y territorio" de la Universidad Politécnica de Valencia.
"El árbol empieza a ser una pieza insustituible del entramado de la ciudad y con una función capital en el espacio urbano: «El árbol, considerado 'arquetipo de la naturaleza', se ha hecho insustituible en las calles urbanas, como único elemento vivo en el desierto de asfalto y hormigón. El árbol es el 'otro' ser vivo que está en nuestro espacio experimentado; su espacio y el nuestro coinciden y se confunden.»", dijo Gómez Lopera citando a Antonio López Lillo, doctor e ingeniero de Montes.
Consultado por El Tribuno, Ricardo Alonso, doctor en Ciencias Geológicas e investigador del Conicet comentó: "Muchos dicen: 'Salta no necesita espacios verdes en la ciudad'. Pero en la ciudad no hay árboles, cometen lo que yo llamo 'arboricidio'". Dijo que no entiende la criminalidad del salteño con los árboles: "En cualquier lugar del mundo, primero tasan el árbol, no la casa. A la casa la podes hacer en 2 años, al árbol, en 100".
Impactos en el entorno
Isabel Basombrío es arquitecta de la UBA, especializada en Arquitectura del Paisaje en Universidad Torcuato di Tella, candidata a Maestría en procesos urbanos y ambientales EAFIT. Actualmente trabaja como consultora del Centro de estudios urbanos y ambientales urbam- EAFIT en Medellín, Colombia.
Isabel hace casi 20 años que vive fuera de Salta, pero el urbanismo y los temas ambientales le interesan y le gustaría mucho hacer aportes a Salta en algún momento. Explicó en diálogo con El Tribuno que el área de la ciudad en la que se puede construir el 100% en planta baja es bastante amplia y esto generará impactos diversos:
El primero es la disminución de la infiltración, la retención de agua en el suelo y la evapotranspiración, incrementando con ello la generación de escorrentía urbana.
Otro desencadenante de la impermeabilización del suelo es la disminución de las funciones ecológicas y ambientales. La disminución de herbáceas, arbustos y árboles implica menor absorción de CO2 y contaminantes, también, la disminución de fauna (por ejemplo aves que son parte del paisaje urbano) y de diversos organismos. No ha sido del todo reconocido que una pequeña porción de plantas y animales del planeta reside en los ambientes urbanos.
Por último, el impacto en la regulación del clima afectando la sensación térmica y la temperatura de los barrios. El acondicionamiento térmico se hace necesario cuando la temperatura y la humedad relativa se sitúan por encima o por debajo del nivel de confort térmico (18 °C – 25 °C). En verano e invierno las temperaturas máximas y mínimas y las humedades relativas se sitúan naturalmente por encima y por debajo del nivel de confort. El incremento de la impermeabilización y la pérdida de vegetación tienden a generar condiciones aún más extremas.
Una solución posible
La planificación urbana juega un papel fundamental en el consumo energético y en la calidad de vida de sus habitantes. La eliminación de los pulmones de manzana "lleva a un aumento de la temperatura media, sobre todo en las zonas más densas, en las cuales se macizarían las manzanas al tener la posibilidad de hacer subsuelos en la totalidad de los terrenos", contó a El Tribuno el arquitecto Spirito. De esta manera, cerca de 600 hectáreas en el corazón de la ciudad se convierten en kilómetros y kilómetros de cemento sin suelo absorbente.
"Los espacios verdes no son solo espacios vacíos para luz y aire, sino que al estar bien forestados, mejoran la calidad de vida, valoran las propiedades y funcionan como equipos de aire acondicionado natural por cada manzana", agregó Spirito.
Una solución posible: Un terreno de 450 m2 (10 x 45) en el que se construye hasta 9 plantas (27 m de altura) -que es lo máximo que permite el Código de Planeamiento en Salta- da un un retiro de fondo de 9 m (⅓ de la altura), es decir 90 m2. Esto significa un máximo de 20% de superficie del terreno destinada a suelo absorbente sin subsuelo.
El Código de Planeamiento vigente desde el 2010 incorporó cuestiones importantes pero en el que hay mucho que revisar, como el pulmón de manzana y los suelos absorbentes. "Es muy necesario que se actualice", sentenció Fanny Velarde, secretaria de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de Salta. "Para mí es bueno el corazón de manzana, pero el centro ya está todo ocupado, a lo mejor en lugares nuevos se podría hacer", sostuvo en diálogo con El Tribuno. "El mayor apoyo va a ser del Colegio de Arquitectos, que son los que más saben", agregó.
Mientras se reúnen los Consejos con la esperanza de encontrar una solución, la ciudad "verde", se transforma poco a poco en un gigante gris.