Manejando una amplia gama de puntadas para varios grosores logró también desarrollar minivestidos, capas y sacos cruzados de barracán, que hubieran agradado a mujeres de primoroso vestir como Jacqueline Kennedy Onassis.
También trabaja con etiquetas de papel transfer impresas para los diseños estampados y con perlas y minitachas para simular botones.
Así, descubriendo y redescubriendo soluciones para un oficio desconocido, se reconectó con su fascinación por ese personaje sobre el que pesan muchas miradas prejuiciosas. "Siempre hubo Barbies en nuestra casa. Mis hermanas, Pamela (26) y Melisa (25), y yo las adorábamos. No recuerdo cuántas llegamos a tener, pero sí que las fuimos regalando a los 12 o 13 años, cuando ya estábamos en otra cosa", recuerda.
Incluso dice que una vez montó un berrinche porque su mamá le había regalado una cadenita de oro para su decimotercer cumpleaños. Tanto llanto conmovió a su papá, quien apareció con otra muñeca más, una de largos cabellos y con accesorios para peinarla. Así de importante era la Barbie entre sus afectos.
Desde una vitrina, en su casa actual en la zona sur de la ciudad, un staff de 49 muñecos son una señal de ello. En el hábitat que les armó sobre repisas se nota el ascendiente femenino. Solo contravenido por un Ryan y un Ken (Fashionistas), un Fred (Scooby Doo) y otros dos Ken, pero de los 90. Para ellos también cose, aunque sin tanta inspiración. "Nunca me gustó Ken. Es más, no tuve de chica porque eran caros y no se conseguían", detalla.
Una vez que hubo cosido un centenar de prendas, volvió a arrojar sus redes al universo informático para hallar compradores. Así trabó amistad con coleccionistas que la introdujeron en las líneas de Barbie para adultos. Lejos de la apariencia seriada de las muñecas diseñadas para niñas, en sus estantes son mayoría destacada las black label, basics colection 001, básics colection 002, colection red, top models, hollidays, dreams house y style. Sin embargo, Jésica lejos está de considerarse una coleccionista. Solo emplea las muñecas para exhibir sus creaciones por su fanpage. Además, a varias las compró en ferias americanas u ofertas de Mercado Libre. También las adquirió pujando por los precios en el Face Barbie Market Argentina. Siempre estas incursiones le dejan clientes en otras provincias.
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Manejando una amplia gama de puntadas para varios grosores logró también desarrollar minivestidos, capas y sacos cruzados de barracán, que hubieran agradado a mujeres de primoroso vestir como Jacqueline Kennedy Onassis.
También trabaja con etiquetas de papel transfer impresas para los diseños estampados y con perlas y minitachas para simular botones.
Así, descubriendo y redescubriendo soluciones para un oficio desconocido, se reconectó con su fascinación por ese personaje sobre el que pesan muchas miradas prejuiciosas. "Siempre hubo Barbies en nuestra casa. Mis hermanas, Pamela (26) y Melisa (25), y yo las adorábamos. No recuerdo cuántas llegamos a tener, pero sí que las fuimos regalando a los 12 o 13 años, cuando ya estábamos en otra cosa", recuerda.
Incluso dice que una vez montó un berrinche porque su mamá le había regalado una cadenita de oro para su decimotercer cumpleaños. Tanto llanto conmovió a su papá, quien apareció con otra muñeca más, una de largos cabellos y con accesorios para peinarla. Así de importante era la Barbie entre sus afectos.
Desde una vitrina, en su casa actual en la zona sur de la ciudad, un staff de 49 muñecos son una señal de ello. En el hábitat que les armó sobre repisas se nota el ascendiente femenino. Solo contravenido por un Ryan y un Ken (Fashionistas), un Fred (Scooby Doo) y otros dos Ken, pero de los 90. Para ellos también cose, aunque sin tanta inspiración. "Nunca me gustó Ken. Es más, no tuve de chica porque eran caros y no se conseguían", detalla.
Una vez que hubo cosido un centenar de prendas, volvió a arrojar sus redes al universo informático para hallar compradores. Así trabó amistad con coleccionistas que la introdujeron en las líneas de Barbie para adultos. Lejos de la apariencia seriada de las muñecas diseñadas para niñas, en sus estantes son mayoría destacada las black label, basics colection 001, básics colection 002, colection red, top models, hollidays, dreams house y style. Sin embargo, Jésica lejos está de considerarse una coleccionista. Solo emplea las muñecas para exhibir sus creaciones por su fanpage. Además, a varias las compró en ferias americanas u ofertas de Mercado Libre. También las adquirió pujando por los precios en el Face Barbie Market Argentina. Siempre estas incursiones le dejan clientes en otras provincias.