A sólo 14 horas de viaje por carretera desde Salta capital se encuentran las mejores playas de todo Chile: Arica. Se trata de una ciudad pequeña en medio del desierto, que recibe las cálidas aguas de las corrientes de Humboldt, con olas tranquilas que permiten internarse dentro del Pacífico y disfrutar de arenas suaves. Además, los precios de la comida y la estadía son mucho más bajos que otros atractivos turísticos de la zona, como Iquique o la imposible San Pedro de Atacama, sitios dedicados a un turismo de mayor capacidad adquisitiva. Sin embargo, no son pocos los atractivos con los que cuenta Arica, una ciudad a la que debemos conocer y disfrutar este verano, no solo por su cercanía a Salta, sino por la variedad de sus ofertas para los visitantes.
Se halla a una distancia aproximada de 1.300 kilómetros, atravesando el desierto de Atacama por caminos de excelencia. Primero se debe cuzar por el paso de Jama y llegar hasta la localidad de San Pedro. Una localidad "hippie friendly" cuyos precios son astronómicos, pueden llegar a pedir $700 por dos pizzas. Por eso, recomendamos que la cruce a la carrera.
Se halla a una distancia aproximada de 1.300 kilómetros, atravesando el desierto de Atacama por caminos de excelencia. Primero se debe cuzar por el paso de Jama y llegar hasta la localidad de San Pedro. Una localidad "hippie friendly" cuyos precios son astronómicos, pueden llegar a pedir $700 por dos pizzas. Por eso, recomendamos que la cruce a la carrera.
Arica es conocida como "la puerta norte" de Chile y "la ciudad de la eterna primavera". Sus meses más fríos promedian los 15° C de temperatura y en verano el clima es ideal para la playa. Amanece brumosa, pero el sol se levanta y la sequedad del ambiente recuerda al desierto que rodea la ciudad. Como se sabe, el de Atacama es el desierto más seco del mundo: no registra más de 0,4 mm de lluvia al año, aunque el cambio climático en estos últimos tiempos ha devenido en desgraciadas sorpresas.
Esta ciudad norteña hace gala de sus atractivos en hotelería, casino y vida nocturna, y sus playas son consideradas como las mejores de Chile, por la temperatura de sus aguas y diferentes oleajes, que la hacen ideales para la práctica del surf o hasta para nadar de noche. En las playas de Arica vemos que no se cumple la fama de "aguas heladas" que tiene el océano Pacífico.
Un lugar con historia
La historia de Arica es apasionante. En el Museo Arqueológico de San Miguel de Azapa están las huellas que incas y tiwanakotas dejaron sobre los primeros habitantes, y cuyas momias son más antiguas que las de Egipto.
En las cercanías de la ciudad hay valles con frutos de la zona, como el tumbo y las olivas, cuyo aceite extra virgen es una delicia inolvidable. Estos valles fértiles en medio del desierto son los de Lluta, Azapa y Codpa.
Hacia el altiplano nos encontramos con pueblos como Putrey Parinacota que nos acercarán a la cultura aymara, pueblo originario que tuvo gran influencia en la conformación cultural de la zona. También podremos acercarnos a la vida de pastoreo y de pequeña agricultura, típica de esta zona alta de los Andes.
El deporte aventura y los recorridos por paisajes del altiplano son imperdibles en los nevados de Payachatas (6.000 m.s.n.m.), en el Parque Nacional Lauca y el Salar de Surire (4.200 m.s.n.m.), donde viven especies de aves y camélidos sudamericanos. Un viaje que podemos perder es a ir a conocer el lago Chungará, bastante arriba, en el altiplano chileno. Un lugar con colores increíbles, abundante fauna como las aves migratorias, que viven alejadas por temor a los humanos, en medio del silencio de la Puna.
Un lugar especial
Su ubicación logra que se combinen de manera perfecta la bravura del océano Pacífico, la aridez del desierto y la majestuosidad del altiplano, que la acerca a la vecina Bolivia. Con casi 180 mil habitantes, Arica recibe a quienes utilizan sus excelentes carreteras para disfrutar de las amplias y hermosas playas, como Chinchorro, El Laucho y La Lisera. Arica es también un paso obligado para aquellas personas que intentan unir el desierto de Atacama con destinos internacionales como Machu Pichu, en Perú, o el lago Titicaca, en Bolivia. Hay que ir.
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A sólo 14 horas de viaje por carretera desde Salta capital se encuentran las mejores playas de todo Chile: Arica. Se trata de una ciudad pequeña en medio del desierto, que recibe las cálidas aguas de las corrientes de Humboldt, con olas tranquilas que permiten internarse dentro del Pacífico y disfrutar de arenas suaves. Además, los precios de la comida y la estadía son mucho más bajos que otros atractivos turísticos de la zona, como Iquique o la imposible San Pedro de Atacama, sitios dedicados a un turismo de mayor capacidad adquisitiva. Sin embargo, no son pocos los atractivos con los que cuenta Arica, una ciudad a la que debemos conocer y disfrutar este verano, no solo por su cercanía a Salta, sino por la variedad de sus ofertas para los visitantes.
Se halla a una distancia aproximada de 1.300 kilómetros, atravesando el desierto de Atacama por caminos de excelencia. Primero se debe cuzar por el paso de Jama y llegar hasta la localidad de San Pedro. Una localidad "hippie friendly" cuyos precios son astronómicos, pueden llegar a pedir $700 por dos pizzas. Por eso, recomendamos que la cruce a la carrera.
Se halla a una distancia aproximada de 1.300 kilómetros, atravesando el desierto de Atacama por caminos de excelencia. Primero se debe cuzar por el paso de Jama y llegar hasta la localidad de San Pedro. Una localidad "hippie friendly" cuyos precios son astronómicos, pueden llegar a pedir $700 por dos pizzas. Por eso, recomendamos que la cruce a la carrera.
Arica es conocida como "la puerta norte" de Chile y "la ciudad de la eterna primavera". Sus meses más fríos promedian los 15° C de temperatura y en verano el clima es ideal para la playa. Amanece brumosa, pero el sol se levanta y la sequedad del ambiente recuerda al desierto que rodea la ciudad. Como se sabe, el de Atacama es el desierto más seco del mundo: no registra más de 0,4 mm de lluvia al año, aunque el cambio climático en estos últimos tiempos ha devenido en desgraciadas sorpresas.
Esta ciudad norteña hace gala de sus atractivos en hotelería, casino y vida nocturna, y sus playas son consideradas como las mejores de Chile, por la temperatura de sus aguas y diferentes oleajes, que la hacen ideales para la práctica del surf o hasta para nadar de noche. En las playas de Arica vemos que no se cumple la fama de "aguas heladas" que tiene el océano Pacífico.
Un lugar con historia
La historia de Arica es apasionante. En el Museo Arqueológico de San Miguel de Azapa están las huellas que incas y tiwanakotas dejaron sobre los primeros habitantes, y cuyas momias son más antiguas que las de Egipto.
En las cercanías de la ciudad hay valles con frutos de la zona, como el tumbo y las olivas, cuyo aceite extra virgen es una delicia inolvidable. Estos valles fértiles en medio del desierto son los de Lluta, Azapa y Codpa.
Hacia el altiplano nos encontramos con pueblos como Putrey Parinacota que nos acercarán a la cultura aymara, pueblo originario que tuvo gran influencia en la conformación cultural de la zona. También podremos acercarnos a la vida de pastoreo y de pequeña agricultura, típica de esta zona alta de los Andes.
El deporte aventura y los recorridos por paisajes del altiplano son imperdibles en los nevados de Payachatas (6.000 m.s.n.m.), en el Parque Nacional Lauca y el Salar de Surire (4.200 m.s.n.m.), donde viven especies de aves y camélidos sudamericanos. Un viaje que podemos perder es a ir a conocer el lago Chungará, bastante arriba, en el altiplano chileno. Un lugar con colores increíbles, abundante fauna como las aves migratorias, que viven alejadas por temor a los humanos, en medio del silencio de la Puna.
Un lugar especial
Su ubicación logra que se combinen de manera perfecta la bravura del océano Pacífico, la aridez del desierto y la majestuosidad del altiplano, que la acerca a la vecina Bolivia. Con casi 180 mil habitantes, Arica recibe a quienes utilizan sus excelentes carreteras para disfrutar de las amplias y hermosas playas, como Chinchorro, El Laucho y La Lisera. Arica es también un paso obligado para aquellas personas que intentan unir el desierto de Atacama con destinos internacionales como Machu Pichu, en Perú, o el lago Titicaca, en Bolivia. Hay que ir.