Comenzó la mudanza en la escuela N§ 5.092 Centro Polivalente de Arte de Salta.
Luego de casi tres años de luchas por parte de la comunidad educativa, la semana pasada concluyeron las obras del techo de una parte del edificio ubicado en Urquiza 451.
Ayer los estudiantes llegaron temprano para disfrutar de una batalla ganada y comenzaron ellos mismos a limpiar y trasladar los pupitres y mobiliarios de la institución. Saben que aún faltan sueños por cumplirse, ya que el pedido de fondo es un edificio único.
Actualmente, solo terminaron un techo que mejora una parte del edificio en donde funcionan los talleres de música, de danzas clásicas y folclóricas, los dos polimodales, y los de artes visuales; es decir que allí asisten 16 cursos de los 37 que tiene la institución.
Para ser más precisos, asisten 350 adolescentes, de la matrícula de 716. El resto sigue en las incómodas oficinas acondicionadas en aulas de calle Ituzaingo.
Las obras representaron una inversión de $1.400.000. Las tareas contemplaron el reemplazo de la parte de adelante de los techos, la demolición de parte de los sanitarios existentes para su refacción y el reemplazo de los tanques para optimizar el suministro de agua en el establecimiento, entre otras.
El viernes, la ministra de Educación, Ciencia y Tecnología, Analía Berruezo, junto al secretario de Obras Públicas, Jorge Klix, recorrieron las instalaciones junto a directivos, docentes y alumnos de la institución. Así fue que ayer los jóvenes estuvieron ayudando y colaborando con toda su alegría, cuando los camiones llegaban con mobiliarios y pupitres provenientes de Belgrano 474.
Las quejas
Solo hubo quejas de los supervisores que no dejaban a los chicos ayudar con la mudanza. Los chicos mostraban entusiasmo en esa tarea.
Se debe dejar en claro que habían sido los estudiantes los que salieron y tomaron las calles para reclamar al Gobierno por mejoras edilicias. También se debe decir que aún faltan obras, ya que en la parte posterior del edificio las paredes, las puertas y las instalaciones eléctricas siguen tal como la dejaron cuando se fueron a la Belgrano. Mucho más específico fueron los reclamos por la misma características de la modalidad a que los salones de baile presentan detalles que faltan para la pedagogía específica.
"Para nosotros es un gran logro poder disfrutar de este techo. Fueron dos ciclos lectivos de pedidos de los chicos, de licitaciones, impugnaciones, de idas y vueltas. Hoy nos toca disfrutar y los chicos vinieron a ayudar porque saben que esto es suyo", dijo el director de la institución, Sergio Durneli.
La parte que falta
En Ituzaingó al 300 funciona la “otra parte del Poli”, con más de 360 chicos en un edificio que no es el indicado para la tarea de enseñar y el derecho a aprender.
El edificio pertenece a ATSa y nunca dejaron bien en claro las condiciones de alquiler del inmueble.
El reclamo por las condiciones edilicias sigue firme, ya que es un edificio incómodo porque está destinado para oficinas.
Desde la puerta no están dadas las condiciones para un secundario, las escaleras nunca fueron para chicos estudiantes. No tiene patios ni sala de profesores. Las aulas no están aptas para un colegio que tiene la modalidad artística, por la gran cantidad de talleres que figuran en sus planes de estudios.
El pedido de estos chicos seguirá seguramente para lograr tener un edificio propio, apto para la modalidad de la educación que se pretende, y que los incluya a todos.
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Comenzó la mudanza en la escuela N§ 5.092 Centro Polivalente de Arte de Salta.
Luego de casi tres años de luchas por parte de la comunidad educativa, la semana pasada concluyeron las obras del techo de una parte del edificio ubicado en Urquiza 451.
Ayer los estudiantes llegaron temprano para disfrutar de una batalla ganada y comenzaron ellos mismos a limpiar y trasladar los pupitres y mobiliarios de la institución. Saben que aún faltan sueños por cumplirse, ya que el pedido de fondo es un edificio único.
Actualmente, solo terminaron un techo que mejora una parte del edificio en donde funcionan los talleres de música, de danzas clásicas y folclóricas, los dos polimodales, y los de artes visuales; es decir que allí asisten 16 cursos de los 37 que tiene la institución.
Para ser más precisos, asisten 350 adolescentes, de la matrícula de 716. El resto sigue en las incómodas oficinas acondicionadas en aulas de calle Ituzaingo.
Las obras representaron una inversión de $1.400.000. Las tareas contemplaron el reemplazo de la parte de adelante de los techos, la demolición de parte de los sanitarios existentes para su refacción y el reemplazo de los tanques para optimizar el suministro de agua en el establecimiento, entre otras.
El viernes, la ministra de Educación, Ciencia y Tecnología, Analía Berruezo, junto al secretario de Obras Públicas, Jorge Klix, recorrieron las instalaciones junto a directivos, docentes y alumnos de la institución. Así fue que ayer los jóvenes estuvieron ayudando y colaborando con toda su alegría, cuando los camiones llegaban con mobiliarios y pupitres provenientes de Belgrano 474.
Las quejas
Solo hubo quejas de los supervisores que no dejaban a los chicos ayudar con la mudanza. Los chicos mostraban entusiasmo en esa tarea.
Se debe dejar en claro que habían sido los estudiantes los que salieron y tomaron las calles para reclamar al Gobierno por mejoras edilicias. También se debe decir que aún faltan obras, ya que en la parte posterior del edificio las paredes, las puertas y las instalaciones eléctricas siguen tal como la dejaron cuando se fueron a la Belgrano. Mucho más específico fueron los reclamos por la misma características de la modalidad a que los salones de baile presentan detalles que faltan para la pedagogía específica.
"Para nosotros es un gran logro poder disfrutar de este techo. Fueron dos ciclos lectivos de pedidos de los chicos, de licitaciones, impugnaciones, de idas y vueltas. Hoy nos toca disfrutar y los chicos vinieron a ayudar porque saben que esto es suyo", dijo el director de la institución, Sergio Durneli.
La parte que falta
En Ituzaingó al 300 funciona la “otra parte del Poli”, con más de 360 chicos en un edificio que no es el indicado para la tarea de enseñar y el derecho a aprender.
El edificio pertenece a ATSa y nunca dejaron bien en claro las condiciones de alquiler del inmueble.
El reclamo por las condiciones edilicias sigue firme, ya que es un edificio incómodo porque está destinado para oficinas.
Desde la puerta no están dadas las condiciones para un secundario, las escaleras nunca fueron para chicos estudiantes. No tiene patios ni sala de profesores. Las aulas no están aptas para un colegio que tiene la modalidad artística, por la gran cantidad de talleres que figuran en sus planes de estudios.
El pedido de estos chicos seguirá seguramente para lograr tener un edificio propio, apto para la modalidad de la educación que se pretende, y que los incluya a todos.