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Marina y Hugo dos verdaderos embajadores de nuestra danza

Domingo, 18 de diciembre de 2016 15:14
Ahora quedó muy en claro porque la danza de Marina y Hugo Jiménez se aplaudió en el mundo entero. Estos dos verdaderos embajadores de nuestra arte y cultura, presentaron a su academia durante el fin de semana, con un rotundo éxito a la hora del balance general.
El folclore se vistió de gala en la sala Juan Carlos Dávalos de la Casa de la Cultura. Los diversos ritmos de éste género musical se vieron engalanados en los numerosos bailarines que "pasearon" su arte por el escenario de Caseros 460. Los alumnos exhibieron lo aprendido durante la presente temporada.
"Se trató de la muestra anual con todos los alumnos: jóvenes y adultos. También bailaron las personas que cursan la carrera de Profesores de Danzas Argentinas Folclóricas. Todo resultó dentro de la planificado. La convocatoria reunió a la familia en pleno, y eso nos llena de satisfacción, porque más allá de la danza, es una apuesta al arte, a la cultura y las costumbres de nuestra tierra", afirmó Marina.
Diego Jiménez le brindó un plus especial a la velada. Con su voz le dio toque particular a la noche, sumando con creces por el bien del espectáculo. El hijo del matrimonio Jiménez, radicado en Buenos Aires, es profesor de danzas folclóricas y tango, pero en esta ocasión subió al escenario para cantar.
Un párrafo aparte mereció el bailarín Jhonatan Plaza, integrante de la compañía Ballet Salta, quien llegó a la capital salteña para acompañar a Marina y Hugo. Un bailarín con mayúsculas, con un despliegue y una destreza increíblem que sumado a su humildad, lo convierte en un verdadero profesional.
"También nos acompañó el Ballet Municipal Folclórico San Francisco Solano, de la localidad tucumana de Trancas, que llegó con su director Marcelo Britos", aseguró Marina.
"Se cristalizaron diversos cuadros, fue una pincelada al país, a través de su música y vestuario. Recorrimos las distintas regiones del territorio nacional. Hubo fantasía de malambo", agregó la reconocida bailarina.
Marina y Hugo Jiménez, a través de la danza, llevaron a Salta por todo el mundo, su destreza y talento se grabó en la retina de los habitantes de todos los continentes. A través de los años, se constituyeron en inobjetables embajadores de la cultura nacional.
"El secreto está en asumir la lucha, también es fundamental el factor suerte, solo que hay que saber cuidarla y alimentarla, como a una amiga. No es poca cosa perdurar durante 47 años, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio, nos ayudó a mantener la vigencia", sostuvo Hugo.
Estos maestros de la danza ya empezaron a pensar en el adiós y por eso planificaron una serie de presentaciones en distintos puntos del mundo. "El 15 de enero estaremos en el Teatro Borges, de Buenos Aires, donde nos homenajearán el grupo Los Potros", dijo Hugo.

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Ahora quedó muy en claro porque la danza de Marina y Hugo Jiménez se aplaudió en el mundo entero. Estos dos verdaderos embajadores de nuestra arte y cultura, presentaron a su academia durante el fin de semana, con un rotundo éxito a la hora del balance general.
El folclore se vistió de gala en la sala Juan Carlos Dávalos de la Casa de la Cultura. Los diversos ritmos de éste género musical se vieron engalanados en los numerosos bailarines que "pasearon" su arte por el escenario de Caseros 460. Los alumnos exhibieron lo aprendido durante la presente temporada.
"Se trató de la muestra anual con todos los alumnos: jóvenes y adultos. También bailaron las personas que cursan la carrera de Profesores de Danzas Argentinas Folclóricas. Todo resultó dentro de la planificado. La convocatoria reunió a la familia en pleno, y eso nos llena de satisfacción, porque más allá de la danza, es una apuesta al arte, a la cultura y las costumbres de nuestra tierra", afirmó Marina.
Diego Jiménez le brindó un plus especial a la velada. Con su voz le dio toque particular a la noche, sumando con creces por el bien del espectáculo. El hijo del matrimonio Jiménez, radicado en Buenos Aires, es profesor de danzas folclóricas y tango, pero en esta ocasión subió al escenario para cantar.
Un párrafo aparte mereció el bailarín Jhonatan Plaza, integrante de la compañía Ballet Salta, quien llegó a la capital salteña para acompañar a Marina y Hugo. Un bailarín con mayúsculas, con un despliegue y una destreza increíblem que sumado a su humildad, lo convierte en un verdadero profesional.
"También nos acompañó el Ballet Municipal Folclórico San Francisco Solano, de la localidad tucumana de Trancas, que llegó con su director Marcelo Britos", aseguró Marina.
"Se cristalizaron diversos cuadros, fue una pincelada al país, a través de su música y vestuario. Recorrimos las distintas regiones del territorio nacional. Hubo fantasía de malambo", agregó la reconocida bailarina.
Marina y Hugo Jiménez, a través de la danza, llevaron a Salta por todo el mundo, su destreza y talento se grabó en la retina de los habitantes de todos los continentes. A través de los años, se constituyeron en inobjetables embajadores de la cultura nacional.
"El secreto está en asumir la lucha, también es fundamental el factor suerte, solo que hay que saber cuidarla y alimentarla, como a una amiga. No es poca cosa perdurar durante 47 años, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio, nos ayudó a mantener la vigencia", sostuvo Hugo.
Estos maestros de la danza ya empezaron a pensar en el adiós y por eso planificaron una serie de presentaciones en distintos puntos del mundo. "El 15 de enero estaremos en el Teatro Borges, de Buenos Aires, donde nos homenajearán el grupo Los Potros", dijo Hugo.

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