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Detuvieron al sacerdote Rosa y quedó imputado por abuso sexual

Jueves, 22 de diciembre de 2016 01:30
Valeria Zarsa (der) y María García Ramia, en diálogo con El Tribuno. Foto: Javier Corbalán 
De manera sorpresiva la fiscal Luján Sodero ordenó en las últimas horas de la tarde de ayer la detención del cura Agustín Rosa, acusado de abuso sexual y otros delitos supuestamente cometidos en su congregación del Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista. Al mediodía, Sodero había informado que no había ninguna acusación contra el sacerdote, dejando entrever que su situación estaba supeditada a los testimonios de otras víctimas. Sin embargo, alrededor de las 19 una comisión policial llegó a la finca La Cruz, donde Rosa tiene su residencia y lo detuvo. Fue trasladado al Centro de Contraventores en la Ciudad Judicial, donde sufrió una descompensación, por lo que fue derivado al hospital San Bernardo. Minutos después fue derivado a un sanatorio privado y quedó internado con custodia policial. La fiscal tiene previsto indagarlo hoy, pero todo está supeditado al alta médica.

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Durante la mañana, Valeria Zarsa y María Gracia Ramia Damario, dos exmonjas de la congregación, formalizaron en la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual N§ 3, a cargo de Sodero, las graves denuncias contra Rosa y el sacerdote Nicolás Parma, otro de los imputados en la causa.
Las mujeres relataron con detalle lo que ocurría puertas adentro en la parroquia Santa Cruz y en los diferentes templos que Rosa abrió en otros puntos del país y el exterior. Por el tenor de las denuncias el más comprometido es Rosa, a quien Zarsa acusó de amenazas coactivas, reducción a la servidumbre y abusos sexuales reiterados contra su persona y otros miembros de la comunidad religiosa.

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"Ocultar su lado perverso"
"El padre Rosa creó una congregación para hacer dinero y ocultar su lado perverso", sentenció la exmonja al ser entrevistada por El Tribuno . "A la fiscal le aportamos los nombres de testigos y de las personas que han sufrido abusos", expresó.
La mujer, de 43 años, contó que llegó a Salta en 1996 procedente de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, y que trabajó activamente como colaboradora de Rosa. "Hasta 2014 hubo diferentes casos de abuso, no solo del padre Rosa sino de otros sacerdotes, entre ellos Parma", dijo.
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Al referirse a su caso, señaló que ocurrió en México a donde fue enviada para organizar los encuentros juveniles que Rosa impulsaba a través de una fundación creada en ese país. "El padre viajaba con frecuencia a México y en una oportunidad la hermana María Luz me pidió que fuéramos a verlo al lugar donde estaba alojado y fue entonces cuando intentó violarme. Pero todo comenzó aquí en Salta con tocamientos supuestamente involuntarios, chistes sexuales y esas cosas", explicó.
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Zarsa justificó su silencio en el hecho de que Rosa "era una gran manipulador" y dijo que en la congregación era considerado como un santo. "Nadie piensa que estas cosas pueden pasar con un sacerdote. Cuando uno piensa y admira a una persona confía y abre su corazón y no se imagina nada fuera de lugar. Recién ahora tomo en cuenta que cuando uno recibe el impacto de un abuso pasa un tiempo hasta que se reacciona", indicó.

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"Hubo jóvenes que se escaparon"

Valeria Zarsa, la exreligiosa que declaró ayer en Ciudad Judicial, dijo que por el Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista pasaron más de 500 chicos.
La denunciante aseguró que sospecha que muchos de ellos también fueron víctimas de abusos sexuales.
"Hubo jóvenes que se escaparon. Hablé con uno de ellos y le dije que, por mucho tiempo, vamos a pensar que el monstruo sigue dentro del placard", graficó.
Zarsa se presentó ayer en Ciudad Judicial para ampliar su testimonio sobre los delitos que se les imputan a Nicolás Parma y Agustín Rosa.

El rol del religioso Teodorico Stöckler

Luis Teodorico Stöckler, obispo emérito de Quilmes designado por el papa Francisco para investigar denuncias contra el sacerdote Agustín Rosa, difundió ayer un comunicado en relación al caso, aunque sin aportar mayores datos.
"La tarea que se me encomendó se inscribe en la firme voluntad de la Iglesia de esclarecer este hecho, cuya denuncia ha sido asumida rápidamente desde el primer momento. Agradezco a quienes han colaborado para que, desde la verdad y la justicia, se pueda dilucidar el accionar de miembros del Instituto y que el mismo pueda llevar adelante su misión y carisma", expresa el escrito.
A Stöckler le dieron en julio la misión de investigar el funcionamiento del Instituto Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista. En ese momento trascendió que las acusaciones contra Rosa eran por manejos económicos irregulares.
La periodista Miriam Lewin, que reveló por TN las denuncias de abuso sexual contra Rosa y otro religioso del organismo en los últimos días, informó anoche que Stöckler está acusado de haber ocultado un caso previo de abuso dentro de la Iglesia, ocurrido en Quilmes.
"Denuncien"
Valeria Zarsa, la exreligiosa que dio su testimonio ayer en Ciudad Judicial, resaltó el testimonio del exnovicio Yair Gyurkovitz, quien denunció ante los medios a los curas Agustín Rosa y Nicolás Parma. "Yo tardé bastante en hablar y tanto a ese chico como María Gracia han sido muy valientes", dijo. Y agregó: "Invito a los que han sufrido estas situaciones a que denuncien, aunque sea en forma anónima. Están protegidos por la Justicia".


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De manera sorpresiva la fiscal Luján Sodero ordenó en las últimas horas de la tarde de ayer la detención del cura Agustín Rosa, acusado de abuso sexual y otros delitos supuestamente cometidos en su congregación del Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista. Al mediodía, Sodero había informado que no había ninguna acusación contra el sacerdote, dejando entrever que su situación estaba supeditada a los testimonios de otras víctimas. Sin embargo, alrededor de las 19 una comisión policial llegó a la finca La Cruz, donde Rosa tiene su residencia y lo detuvo. Fue trasladado al Centro de Contraventores en la Ciudad Judicial, donde sufrió una descompensación, por lo que fue derivado al hospital San Bernardo. Minutos después fue derivado a un sanatorio privado y quedó internado con custodia policial. La fiscal tiene previsto indagarlo hoy, pero todo está supeditado al alta médica.

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Durante la mañana, Valeria Zarsa y María Gracia Ramia Damario, dos exmonjas de la congregación, formalizaron en la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual N§ 3, a cargo de Sodero, las graves denuncias contra Rosa y el sacerdote Nicolás Parma, otro de los imputados en la causa.
Las mujeres relataron con detalle lo que ocurría puertas adentro en la parroquia Santa Cruz y en los diferentes templos que Rosa abrió en otros puntos del país y el exterior. Por el tenor de las denuncias el más comprometido es Rosa, a quien Zarsa acusó de amenazas coactivas, reducción a la servidumbre y abusos sexuales reiterados contra su persona y otros miembros de la comunidad religiosa.

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"Ocultar su lado perverso"
"El padre Rosa creó una congregación para hacer dinero y ocultar su lado perverso", sentenció la exmonja al ser entrevistada por El Tribuno . "A la fiscal le aportamos los nombres de testigos y de las personas que han sufrido abusos", expresó.
La mujer, de 43 años, contó que llegó a Salta en 1996 procedente de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, y que trabajó activamente como colaboradora de Rosa. "Hasta 2014 hubo diferentes casos de abuso, no solo del padre Rosa sino de otros sacerdotes, entre ellos Parma", dijo.
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Al referirse a su caso, señaló que ocurrió en México a donde fue enviada para organizar los encuentros juveniles que Rosa impulsaba a través de una fundación creada en ese país. "El padre viajaba con frecuencia a México y en una oportunidad la hermana María Luz me pidió que fuéramos a verlo al lugar donde estaba alojado y fue entonces cuando intentó violarme. Pero todo comenzó aquí en Salta con tocamientos supuestamente involuntarios, chistes sexuales y esas cosas", explicó.
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Zarsa justificó su silencio en el hecho de que Rosa "era una gran manipulador" y dijo que en la congregación era considerado como un santo. "Nadie piensa que estas cosas pueden pasar con un sacerdote. Cuando uno piensa y admira a una persona confía y abre su corazón y no se imagina nada fuera de lugar. Recién ahora tomo en cuenta que cuando uno recibe el impacto de un abuso pasa un tiempo hasta que se reacciona", indicó.

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"Hubo jóvenes que se escaparon"

Valeria Zarsa, la exreligiosa que declaró ayer en Ciudad Judicial, dijo que por el Instituto Religioso Discípulos de Jesús de San Juan Bautista pasaron más de 500 chicos.
La denunciante aseguró que sospecha que muchos de ellos también fueron víctimas de abusos sexuales.
"Hubo jóvenes que se escaparon. Hablé con uno de ellos y le dije que, por mucho tiempo, vamos a pensar que el monstruo sigue dentro del placard", graficó.
Zarsa se presentó ayer en Ciudad Judicial para ampliar su testimonio sobre los delitos que se les imputan a Nicolás Parma y Agustín Rosa.

El rol del religioso Teodorico Stöckler

Luis Teodorico Stöckler, obispo emérito de Quilmes designado por el papa Francisco para investigar denuncias contra el sacerdote Agustín Rosa, difundió ayer un comunicado en relación al caso, aunque sin aportar mayores datos.
"La tarea que se me encomendó se inscribe en la firme voluntad de la Iglesia de esclarecer este hecho, cuya denuncia ha sido asumida rápidamente desde el primer momento. Agradezco a quienes han colaborado para que, desde la verdad y la justicia, se pueda dilucidar el accionar de miembros del Instituto y que el mismo pueda llevar adelante su misión y carisma", expresa el escrito.
A Stöckler le dieron en julio la misión de investigar el funcionamiento del Instituto Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista. En ese momento trascendió que las acusaciones contra Rosa eran por manejos económicos irregulares.
La periodista Miriam Lewin, que reveló por TN las denuncias de abuso sexual contra Rosa y otro religioso del organismo en los últimos días, informó anoche que Stöckler está acusado de haber ocultado un caso previo de abuso dentro de la Iglesia, ocurrido en Quilmes.
"Denuncien"
Valeria Zarsa, la exreligiosa que dio su testimonio ayer en Ciudad Judicial, resaltó el testimonio del exnovicio Yair Gyurkovitz, quien denunció ante los medios a los curas Agustín Rosa y Nicolás Parma. "Yo tardé bastante en hablar y tanto a ese chico como María Gracia han sido muy valientes", dijo. Y agregó: "Invito a los que han sufrido estas situaciones a que denuncien, aunque sea en forma anónima. Están protegidos por la Justicia".


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