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La permanencia de una fiesta popular, más allá de las desgracias

Miércoles, 17 de febrero de 2016 01:30
El carnaval es alegría, las penas se posponen. Sin él, la vida del pueblo no es la misma. JAN TOUZEAU. 
Las noticias no podían ser peores: el carnaval más grande del norte argentino, el de la Quebrada de Humahuaca, se había suspendido debido a las lluvias: otra víctima del cambio climático.
El pasado 8 de febrero, las tormentas que cayeron en la Puna -tanto salteña como jujeña- sobre los 4.000 metros, hicieron crecer el río Grande que atraviesa a la Quebrada, dándole un golpe mortal a más de una de las casas de adobe de la ciudad que es centro de los festejos carnestolendos: Tilcara. El domingo 7 había comenzado a caer una lluvia suave sobre el pueblo, que no impidió que las comparsas recorrieran las calles que suben y bajan, hasta llegar a las "invitaciones", casas donde los propietarios convidan con grandes cantidades de bebidas alcohólicas a tal o cual comparsa para que los diablos le "limpien" el inmueble. En cada "invitación" se baila hasta que se termina la bebida. Aunque no hubo víctimas fatales ni desaparecidos, el Municipio, por precaución, decretó la suspensión total del Carnaval 2016, amenazando con fuertes multas a los transgresores.
"Fue impresionante. Yo estaba comiendo cerca del fortín de la comparsa Los Caprichosos y vi cómo el río se llevaba las carpas que estaban en el camping", cuenta el cineasta Eduardo Agero, presente en esos días. "Acto seguido, se armó una fila de autos de 15 kilómetros de gente que quería salir de Tilcara a seguir el carnaval en otra parte", cuenta el director. La decisión estaba tomada: se revocaba el carnaval.
Una fiesta realmente popular
El pintor salteño Emilio Haro Galli hace alrededor de 20 años que reside en Tilcara. Ha sido presidente de la comparsa Los Caprichosos y actualmente es primer vocal de la agrupación.
"La gente comenzó a movilizarse para solicitarle al intendente Ricardo Romero que levantase la medida. Así que el jueves las comparsas volvieron con todo, aceptando las "invitaciones'' que habían sido pospuestas. La gente no lo iba a suspender. Se trata de un evento muy importante para la vida diaria de lo que resta del año. Esto pasa porque se trata de un festividad realmente popular, que está muy fijada en el pueblo y sus concepciones mágicas y religiosas. Es algo que "se debe hacer'' para que las cosas salgan bien, siga el año su curso normal", dice Haro Galli.
La comparsa que integra, Los Caprichosos, este año cumplió 38 años de vida. Como el resto de las comparsas de Tilcara, está formada por una comisión directiva con un presidente, adherentes y diablos. Tiene una sede donde se hacen los bailes de carnaval.
En la fecha del "Entierro del Carnaval", que se hizo el pasado domingo, las comparsas visitaron a sus últimas "invitaciones". Luego hicieron un último recorrido por las calles hasta que llegaronn a su propio "mojón". Se trata de una apacheta especialmente levantada para la comparsa. Allí se concentran los diablos, que hicieron una reflexión sobre el presente carnaval. Luego se encendió una fogata y allí se quemó al Pujllay. Los diablos lloran y de a uno fueron arrojando sus máscaras: vuelve la vida común.
Las comparsas de Tilcara son cada vez más
Los Caprichosos son de villa Las Rosas. Los Pocos pero Locos son del barrio Pueblo Nuevo. Los Pecha Pecha son la comparsa más antigua y de villa Florida. Los Ahijaditos tienen su mojón a orillas del río Grande. Los Alegres de Malka son una agrupación que no sale pero tienen un local en el barrio Malka. Los Gosairas tienen su mojón entre las vías del ferrocarril y la ruta 9. El Puente de la Diversión tienen mojón en el puente del Pucará. La agrupación Los Compadritos, Flor de Cortadera y los Viejos Choclos, Los Chupachichis y otras se han sumado en estos años al carnaval.
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Las noticias no podían ser peores: el carnaval más grande del norte argentino, el de la Quebrada de Humahuaca, se había suspendido debido a las lluvias: otra víctima del cambio climático.
El pasado 8 de febrero, las tormentas que cayeron en la Puna -tanto salteña como jujeña- sobre los 4.000 metros, hicieron crecer el río Grande que atraviesa a la Quebrada, dándole un golpe mortal a más de una de las casas de adobe de la ciudad que es centro de los festejos carnestolendos: Tilcara. El domingo 7 había comenzado a caer una lluvia suave sobre el pueblo, que no impidió que las comparsas recorrieran las calles que suben y bajan, hasta llegar a las "invitaciones", casas donde los propietarios convidan con grandes cantidades de bebidas alcohólicas a tal o cual comparsa para que los diablos le "limpien" el inmueble. En cada "invitación" se baila hasta que se termina la bebida. Aunque no hubo víctimas fatales ni desaparecidos, el Municipio, por precaución, decretó la suspensión total del Carnaval 2016, amenazando con fuertes multas a los transgresores.
"Fue impresionante. Yo estaba comiendo cerca del fortín de la comparsa Los Caprichosos y vi cómo el río se llevaba las carpas que estaban en el camping", cuenta el cineasta Eduardo Agero, presente en esos días. "Acto seguido, se armó una fila de autos de 15 kilómetros de gente que quería salir de Tilcara a seguir el carnaval en otra parte", cuenta el director. La decisión estaba tomada: se revocaba el carnaval.
Una fiesta realmente popular
El pintor salteño Emilio Haro Galli hace alrededor de 20 años que reside en Tilcara. Ha sido presidente de la comparsa Los Caprichosos y actualmente es primer vocal de la agrupación.
"La gente comenzó a movilizarse para solicitarle al intendente Ricardo Romero que levantase la medida. Así que el jueves las comparsas volvieron con todo, aceptando las "invitaciones'' que habían sido pospuestas. La gente no lo iba a suspender. Se trata de un evento muy importante para la vida diaria de lo que resta del año. Esto pasa porque se trata de un festividad realmente popular, que está muy fijada en el pueblo y sus concepciones mágicas y religiosas. Es algo que "se debe hacer'' para que las cosas salgan bien, siga el año su curso normal", dice Haro Galli.
La comparsa que integra, Los Caprichosos, este año cumplió 38 años de vida. Como el resto de las comparsas de Tilcara, está formada por una comisión directiva con un presidente, adherentes y diablos. Tiene una sede donde se hacen los bailes de carnaval.
En la fecha del "Entierro del Carnaval", que se hizo el pasado domingo, las comparsas visitaron a sus últimas "invitaciones". Luego hicieron un último recorrido por las calles hasta que llegaronn a su propio "mojón". Se trata de una apacheta especialmente levantada para la comparsa. Allí se concentran los diablos, que hicieron una reflexión sobre el presente carnaval. Luego se encendió una fogata y allí se quemó al Pujllay. Los diablos lloran y de a uno fueron arrojando sus máscaras: vuelve la vida común.
Las comparsas de Tilcara son cada vez más
Los Caprichosos son de villa Las Rosas. Los Pocos pero Locos son del barrio Pueblo Nuevo. Los Pecha Pecha son la comparsa más antigua y de villa Florida. Los Ahijaditos tienen su mojón a orillas del río Grande. Los Alegres de Malka son una agrupación que no sale pero tienen un local en el barrio Malka. Los Gosairas tienen su mojón entre las vías del ferrocarril y la ruta 9. El Puente de la Diversión tienen mojón en el puente del Pucará. La agrupación Los Compadritos, Flor de Cortadera y los Viejos Choclos, Los Chupachichis y otras se han sumado en estos años al carnaval.
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