Juventud en "llamas": debe haber unión y no endilgar culpas desde adentro

No podía ser peor el arranque del 2016 para Juventud Antoniana, que padeció uno de los peores inicios de temporada de su historia tras ser vapuleado dos veces, por Copa Argentina y por en el clásico por el Federal A de transición, dejando un manto de dudas, tensiones y un profundo malestar entre sus hinchas por el pobre funcionamiento de un equipo que dejó una honda preocupación e incertidumbre.

Con un panorama desfavorable y poco optimista, el santo jugará casi por cumplir una revancha que se parece más a una utopía que a una franca posibilidad de sortear la fase, en el desquite copero de la fase preliminar ante Güemes de Santiago del Estero, al que visitará este miércoles a las 22, en la madre de ciudades, encuentro que contará con el arbitraje del cordobés Fabricio Llobet.

El santo prácticamente "rifó" de entrada una de las dos competencias que afronta en este primer semestre (la Copa) y, con escasas chances de remontar la serie adversa lejos de casa, tomó la determinación de presentar una alineación alternativa en la que incluye a los habituales suplentes y a algunos juveniles, que aprovechará para darles rodaje y confianza, esa que está faltando, y mucho, por Lerma y San Luis.

Para muchos resulta un contrasentido tratar de instalar la idea de los proyectos a largo plazo en el fútbol salteño y, a su vez, perder rápidamente la paciencia y pedir la "cabeza" de aquellos sindicados como responsables de una sucesión de traspiés, apenas en una o dos fechas de campeonato. Sin embargo, la trascendencia emocional de un clásico -como el que Gimnasia y Tiro se llevó ante un perdido Juventud- y las formas que condujeron a las dos derrotas que viene de sufrir el santo (sin generación de fútbol, falta de carácter, líderes y rumbo) dejaron la paciencia del hincha a punto de colmarse. Tampoco se puede obviar que aquel hincha impaciente, el genuino, tiene sus argumentos para mostrar su enfado (sin violencia) y que la historia del antoniano no le permite continuar con la cadena de desaciertos, que encontró su primer eslabón en el armado del plantel con jugadores que, por ahora, demuestran no estar a la altura de una camiseta pesada y que demanda un "plus".

Sin embargo, no todo está perdido aún y la principal receta para capear la tormenta es que todas las partes de la estructura se unan y no se endilguen responsabilidades entre sí por un equipo que no parece tener las mejores perspectivas. Su DT Aniceto Roldán dio, al menos, el primer paso al "bancar" a sus dirigidos y a motivarlos en sus declaraciones posteriores al 1-3 del clásico.

No podía ser peor el arranque del 2016 para Juventud Antoniana, que padeció uno de los peores inicios de temporada de su historia tras ser vapuleado dos veces, por Copa Argentina y por en el clásico por el Federal A de transición, dejando un manto de dudas, tensiones y un profundo malestar entre sus hinchas por el pobre funcionamiento de un equipo que dejó una honda preocupación e incertidumbre.

Con un panorama desfavorable y poco optimista, el santo jugará casi por cumplir una revancha que se parece más a una utopía que a una franca posibilidad de sortear la fase, en el desquite copero de la fase preliminar ante Güemes de Santiago del Estero, al que visitará este miércoles a las 22, en la madre de ciudades, encuentro que contará con el arbitraje del cordobés Fabricio Llobet.

El santo prácticamente "rifó" de entrada una de las dos competencias que afronta en este primer semestre (la Copa) y, con escasas chances de remontar la serie adversa lejos de casa, tomó la determinación de presentar una alineación alternativa en la que incluye a los habituales suplentes y a algunos juveniles, que aprovechará para darles rodaje y confianza, esa que está faltando, y mucho, por Lerma y San Luis.

Para muchos resulta un contrasentido tratar de instalar la idea de los proyectos a largo plazo en el fútbol salteño y, a su vez, perder rápidamente la paciencia y pedir la "cabeza" de aquellos sindicados como responsables de una sucesión de traspiés, apenas en una o dos fechas de campeonato. Sin embargo, la trascendencia emocional de un clásico -como el que Gimnasia y Tiro se llevó ante un perdido Juventud- y las formas que condujeron a las dos derrotas que viene de sufrir el santo (sin generación de fútbol, falta de carácter, líderes y rumbo) dejaron la paciencia del hincha a punto de colmarse. Tampoco se puede obviar que aquel hincha impaciente, el genuino, tiene sus argumentos para mostrar su enfado (sin violencia) y que la historia del antoniano no le permite continuar con la cadena de desaciertos, que encontró su primer eslabón en el armado del plantel con jugadores que, por ahora, demuestran no estar a la altura de una camiseta pesada y que demanda un "plus".

Sin embargo, no todo está perdido aún y la principal receta para capear la tormenta es que todas las partes de la estructura se unan y no se endilguen responsabilidades entre sí por un equipo que no parece tener las mejores perspectivas. Su DT Aniceto Roldán dio, al menos, el primer paso al "bancar" a sus dirigidos y a motivarlos en sus declaraciones posteriores al 1-3 del clásico.