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28 de Marzo,  Salta, Centro, Argentina
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Condenaron con 8 años de prisión a Jorge Omar Barrientos

Viernes, 11 de marzo de 2016 20:37
<div>Jorge Omar Barrientos fue condenado por matar a cuatro personas y lesionar de gravedad a otras. Jan Touzeau</div><div>
Parte del profundo pesar y la congoja se liberaron ayer en el Salón de Grandes Juicios. Familiares y amigos de las víctimas en la tragedia de Campo Quijano se abrazaron tras el fallo que dictó el Tribunal: "Vamos a dar el veredicto en la causa 101957./14 el Tribunal de Juicio Sala II falla: primero, condenando a Jorge Omar Barrientos, nacido el 27 del 6 de 1983 en Rosario de Lerma, a la pena de 8 años de prisión por resultar autor penalmente responsable del delito de homicidio simple con dolo eventual", leyó el juez Ángel Amadeo Longarte. De esa forma, por primera vez la Justicia de Salta condena un hecho de siniestro vial con la carátula de homicidio simple. En consecuencia, el acusado seguirá privado de su libertad en la cárcel local.
Un gran número de personas se hizo presente ayer en el salón ubicado en el subsuelo del Poder Judicial. La numerosa concurrencia hizo que los guardias tuvieran que poner límite al ingreso a la sala en determinado momento. La jornada se extendió desde las 9 hasta cerca de las 21, cuando el presidente del Tribunal dio lectura al veredicto. El fallo dictado anoche en la Ciudad Judicial de Salta capital fue histórico para la Justicia salteña. "Es el primer caso en Salta que por un siniestro vial se condena al conductor del vehículo por el delito de homicidio simple. Ojalá siente un precedente para lo sucesivo", expresó tras la última audiencia el doctor Sebastián Schmidt, quien junto a la letrada Gianina Merluzzi actuaron como querellantes de Oscar Jurado y su señora.
En los alegatos expresados ayer por las partes hay que destacar lo expuesto por los defensores de Barrientos, José Accietto y Matías Risso, quienes pusieron en tela de juicio los peritajes realizados durante la investigación en el juicio de la tragedia vial de Campo Quijano, ocurrido el 19 de enero de 2014. "Nuestro defendido no ha tenido las mismas armas para defenderse que tuvo la parte acusatoria, con el Estado de su lado, nuestro defendido se ve en una orfandad en este caso", expresó Risso. También diferenciaron la tristeza de las personas que perdieron a un ser querido en la tragedia y la dureza de la ley. "Tenemos el dolor de la familia por las muertes causadas y las personas que ya no están. Pero por otro lado tenemos la ley, la Constitución y el Código Penal. Este jurado tiene la difícil tarea de aplicar la ley del talión o impartir justicia", expresaron en sus alegatos.
Por su parte, el fiscal Ramiro Ramos Ossorio, además de recordar el hecho y señalar que por lo general los siniestros viales tienen un grado de violencia importante, puso énfasis en fundamentar por qué los jueces debían tener en cuenta el agravante del dolo eventual. "La acción no fue una mera imprudencia, fue una acción que tiene un contenido considerado. Si bien, como dijo Barrientos, no quiso matar a nadie, provocó una situación de peligro objetiva y de una enorme envergadura. Esa acción provocó que el vehículo cayeron encima de personas inocentes", apuntó el representante del Ministerio Público Fiscal. Luego del alegato de las partes, el presidente del Tribunal, Ángel Longarte, dio lugar a réplicas donde se generó un interesante cruce entre el defensor Matías Risso y el fiscal Ramiro Ossorio.
La defensa del acusado expuso argumentos que endilgaban parte de la culpa al contexto, la falta de control por parte del Municipio local y el tránsito en ese momento, la mala señalización en la ruta y el confuso límite entre lo que se entiende por zona rural y urbana. Además de poner el acento en la negligencia que habría llevado al imputado a ocasionar el hecho ocurrido ese fatídico mediodía en el camping Juanillo López de Campo Quijano. Sin embargo, el fiscal replicó: "El señor Barrientos se acuerda de todo lo que hizo hasta llegar a la curva, donde mágicamente se olvidó lo que pasó". En su réplica, la defensa criticó los conceptos usados por el fiscal como "arrojar el vehículo o disparar el vehículo, términos que llaman la atención y llevan a pensar que se trata más de un dolo directo y no eventual", señaló Risso.

Hubo que remover el dolor

Durante las dos semanas de juicio familiares y amigos recordaron el hecho. El veredicto dictado ayer por el Tribunal de Juicio de la Sala II tuvo como hecho lo ocurrido hace más de dos años en el camping Juanillo López de Campo Quijano, en la ruta 51, kilómetros 21, al mediodía. Según peritos que investigaron en la causa, el auto conducido por Jorge Barrientos alcanzó una velocidad de 135 kilómetros por hora cuando se incrustó en el interior del camping provocando la muerte de Ana Belén Jurado, Juan Cruz Jurado, Sergio Rodrigo Tapia y Mario Alejandro Liendro. En tanto, Ámbar Valentina Vargas quedó con lesiones graves y Paola Aramayo, Ana Rivero Meza, Luis Orlando Aguirre, Martín Nicolás Romero y Fabián Alcócer con lesiones leves.
El grupo de jóvenes víctimas del atroz siniestro vial disfrutaba de un asado entre amigos en el interior del establecimiento, donde en ese momento habría unas 2.000 personas, según lo expresado por testigos que declararon en el juicio. En medio del gozo y la algarabía, el Fiat Uno color rojo que conducía Jorge Barrientos irrumpió en el lugar provocando una terrible tragedia. Los peritos indicaron que el conductor del auto, Barrientos, tenía un nivel de alcohol de 1,36 g por litro de sangre. En el auto iban él y cinco jóvenes más -uno de ellos falleció, Mario Liendro-.
Los testimonios vertidos durante el juicio abrieron de manera inexorable heridas que desde hace dos años intentaban sanar.

“Vinimos a buscar justicia y no venganza”

El padre de dos de las víctimas fatales, Alfredo Jurado, en medio de una profunda tristeza, se mostró conforme con el fallo. El dolor, la tristeza y la ansiedad por recibir al menos una palmada en el hombro por parte de la Justicia local fue lo que experimentaron hombres y mujeres durante dos semanas en el juicio por la tragedia de Campo Quijano. Padres de las víctimas fatales y los lesionados se mostraron profundamente emocionados no solo tras el veredicto dictado por el juez Longarte, sino durante todo el juicio.
En el último día de audiencias, en una maratónica jornada, el Salón Miguel Ragone fue testigo de la presencia de familiares y amigos de ambas partes; un buen puñado de personas también acompañó al acusado de homicidio simple, Jorge Barrientos. Caras de cansancio, pero sobre todo de incertidumbre por lo que los jueces pudiesen fallar, se observaba en una sala colmada.
“Era algo que estabamos esperando, que se haga justicia, después de tanto dolor y sufrimiento creo que se hizo justicia. Fue lo que vinimos a buscar, justicia y no venganza”, expresó sollozando Alfredo Jurado, padre de Ana Belén y Juan Cruz. “Tenemos un dolor que nos acompañará por el resto de nuestras vidas, más allá del fallo a nuestros hijos no lo vamos a tener más. Pero sí nos da un cierto alivio a mi familia, mi esposa y a mí”, añadió.
Defensa, disconforme
Después del fallo, uno de los defensores del acusado, Matías Risso, en diálogo con la prensa apuntó su disconformismo con lo resuelto por los jueces. “No estamos conformes con el veredicto, vamos a esperar los fundamentos de la sentencia -que se expedirán en cinco días desde el fallo- para seguir trabajando en pos de defender el Estado de Derecho”, argumentó el letrado.
Risso expresó que el monto de la pena pedida por la querella y la fiscalía “no lo vimos ajustado a derecho, fue irrazonable, máximo sentido que tiene toda pena que es la de poder reinsertar a la persona a la sociedad y no castigarla. En base a los fundamentos y tras hablar con la familia, seguramente seguiremos el paso jurídico que es la apelación”.

“Hoy ganó la sociedad más que los Tapia”

Sergio Tapia reconoció la importancia de este tipo de fallos. Sin consuelo, con los ojos colorados de tanto llorar el padre de Sergio Rodrigo Tapia -uno de los tres chicos fallecidos en el camping, Sergio Tapia- también expresó su dolor. “Como padre uno pretende la pena máxima, pero las leyes son así y hay que aceptarlas”. En función del histórico fallo, el hombre reconoció que “se consiguió un paso importante para cambiar esto, se trata de un punto de partida para que esto no vuelva a ocurrir más”.
Ante la pena, apuntó: “Ni uno ni cinco ni la perpetua nos quitará el dolor que tenemos, nadie nos devolverá nada, pero por lo menos que su muerte -por la de su hijo- no quede en vano. Hoy ganó la sociedad más que la familia Tapia”.
“Quienes pretendan seguir conduciendo alcoholizados deberán saber que serán juzgados como homicidas, como tiene que ser, y no porque digan que estuvo inconsciente son condenados con 2 o 3 años, mientras las familias están destruidas toda una vida”, concluyó Tapia.

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Parte del profundo pesar y la congoja se liberaron ayer en el Salón de Grandes Juicios. Familiares y amigos de las víctimas en la tragedia de Campo Quijano se abrazaron tras el fallo que dictó el Tribunal: "Vamos a dar el veredicto en la causa 101957./14 el Tribunal de Juicio Sala II falla: primero, condenando a Jorge Omar Barrientos, nacido el 27 del 6 de 1983 en Rosario de Lerma, a la pena de 8 años de prisión por resultar autor penalmente responsable del delito de homicidio simple con dolo eventual", leyó el juez Ángel Amadeo Longarte. De esa forma, por primera vez la Justicia de Salta condena un hecho de siniestro vial con la carátula de homicidio simple. En consecuencia, el acusado seguirá privado de su libertad en la cárcel local.
Un gran número de personas se hizo presente ayer en el salón ubicado en el subsuelo del Poder Judicial. La numerosa concurrencia hizo que los guardias tuvieran que poner límite al ingreso a la sala en determinado momento. La jornada se extendió desde las 9 hasta cerca de las 21, cuando el presidente del Tribunal dio lectura al veredicto. El fallo dictado anoche en la Ciudad Judicial de Salta capital fue histórico para la Justicia salteña. "Es el primer caso en Salta que por un siniestro vial se condena al conductor del vehículo por el delito de homicidio simple. Ojalá siente un precedente para lo sucesivo", expresó tras la última audiencia el doctor Sebastián Schmidt, quien junto a la letrada Gianina Merluzzi actuaron como querellantes de Oscar Jurado y su señora.
En los alegatos expresados ayer por las partes hay que destacar lo expuesto por los defensores de Barrientos, José Accietto y Matías Risso, quienes pusieron en tela de juicio los peritajes realizados durante la investigación en el juicio de la tragedia vial de Campo Quijano, ocurrido el 19 de enero de 2014. "Nuestro defendido no ha tenido las mismas armas para defenderse que tuvo la parte acusatoria, con el Estado de su lado, nuestro defendido se ve en una orfandad en este caso", expresó Risso. También diferenciaron la tristeza de las personas que perdieron a un ser querido en la tragedia y la dureza de la ley. "Tenemos el dolor de la familia por las muertes causadas y las personas que ya no están. Pero por otro lado tenemos la ley, la Constitución y el Código Penal. Este jurado tiene la difícil tarea de aplicar la ley del talión o impartir justicia", expresaron en sus alegatos.
Por su parte, el fiscal Ramiro Ramos Ossorio, además de recordar el hecho y señalar que por lo general los siniestros viales tienen un grado de violencia importante, puso énfasis en fundamentar por qué los jueces debían tener en cuenta el agravante del dolo eventual. "La acción no fue una mera imprudencia, fue una acción que tiene un contenido considerado. Si bien, como dijo Barrientos, no quiso matar a nadie, provocó una situación de peligro objetiva y de una enorme envergadura. Esa acción provocó que el vehículo cayeron encima de personas inocentes", apuntó el representante del Ministerio Público Fiscal. Luego del alegato de las partes, el presidente del Tribunal, Ángel Longarte, dio lugar a réplicas donde se generó un interesante cruce entre el defensor Matías Risso y el fiscal Ramiro Ossorio.
La defensa del acusado expuso argumentos que endilgaban parte de la culpa al contexto, la falta de control por parte del Municipio local y el tránsito en ese momento, la mala señalización en la ruta y el confuso límite entre lo que se entiende por zona rural y urbana. Además de poner el acento en la negligencia que habría llevado al imputado a ocasionar el hecho ocurrido ese fatídico mediodía en el camping Juanillo López de Campo Quijano. Sin embargo, el fiscal replicó: "El señor Barrientos se acuerda de todo lo que hizo hasta llegar a la curva, donde mágicamente se olvidó lo que pasó". En su réplica, la defensa criticó los conceptos usados por el fiscal como "arrojar el vehículo o disparar el vehículo, términos que llaman la atención y llevan a pensar que se trata más de un dolo directo y no eventual", señaló Risso.

Hubo que remover el dolor

Durante las dos semanas de juicio familiares y amigos recordaron el hecho. El veredicto dictado ayer por el Tribunal de Juicio de la Sala II tuvo como hecho lo ocurrido hace más de dos años en el camping Juanillo López de Campo Quijano, en la ruta 51, kilómetros 21, al mediodía. Según peritos que investigaron en la causa, el auto conducido por Jorge Barrientos alcanzó una velocidad de 135 kilómetros por hora cuando se incrustó en el interior del camping provocando la muerte de Ana Belén Jurado, Juan Cruz Jurado, Sergio Rodrigo Tapia y Mario Alejandro Liendro. En tanto, Ámbar Valentina Vargas quedó con lesiones graves y Paola Aramayo, Ana Rivero Meza, Luis Orlando Aguirre, Martín Nicolás Romero y Fabián Alcócer con lesiones leves.
El grupo de jóvenes víctimas del atroz siniestro vial disfrutaba de un asado entre amigos en el interior del establecimiento, donde en ese momento habría unas 2.000 personas, según lo expresado por testigos que declararon en el juicio. En medio del gozo y la algarabía, el Fiat Uno color rojo que conducía Jorge Barrientos irrumpió en el lugar provocando una terrible tragedia. Los peritos indicaron que el conductor del auto, Barrientos, tenía un nivel de alcohol de 1,36 g por litro de sangre. En el auto iban él y cinco jóvenes más -uno de ellos falleció, Mario Liendro-.
Los testimonios vertidos durante el juicio abrieron de manera inexorable heridas que desde hace dos años intentaban sanar.

“Vinimos a buscar justicia y no venganza”

El padre de dos de las víctimas fatales, Alfredo Jurado, en medio de una profunda tristeza, se mostró conforme con el fallo. El dolor, la tristeza y la ansiedad por recibir al menos una palmada en el hombro por parte de la Justicia local fue lo que experimentaron hombres y mujeres durante dos semanas en el juicio por la tragedia de Campo Quijano. Padres de las víctimas fatales y los lesionados se mostraron profundamente emocionados no solo tras el veredicto dictado por el juez Longarte, sino durante todo el juicio.
En el último día de audiencias, en una maratónica jornada, el Salón Miguel Ragone fue testigo de la presencia de familiares y amigos de ambas partes; un buen puñado de personas también acompañó al acusado de homicidio simple, Jorge Barrientos. Caras de cansancio, pero sobre todo de incertidumbre por lo que los jueces pudiesen fallar, se observaba en una sala colmada.
“Era algo que estabamos esperando, que se haga justicia, después de tanto dolor y sufrimiento creo que se hizo justicia. Fue lo que vinimos a buscar, justicia y no venganza”, expresó sollozando Alfredo Jurado, padre de Ana Belén y Juan Cruz. “Tenemos un dolor que nos acompañará por el resto de nuestras vidas, más allá del fallo a nuestros hijos no lo vamos a tener más. Pero sí nos da un cierto alivio a mi familia, mi esposa y a mí”, añadió.
Defensa, disconforme
Después del fallo, uno de los defensores del acusado, Matías Risso, en diálogo con la prensa apuntó su disconformismo con lo resuelto por los jueces. “No estamos conformes con el veredicto, vamos a esperar los fundamentos de la sentencia -que se expedirán en cinco días desde el fallo- para seguir trabajando en pos de defender el Estado de Derecho”, argumentó el letrado.
Risso expresó que el monto de la pena pedida por la querella y la fiscalía “no lo vimos ajustado a derecho, fue irrazonable, máximo sentido que tiene toda pena que es la de poder reinsertar a la persona a la sociedad y no castigarla. En base a los fundamentos y tras hablar con la familia, seguramente seguiremos el paso jurídico que es la apelación”.

“Hoy ganó la sociedad más que los Tapia”

Sergio Tapia reconoció la importancia de este tipo de fallos. Sin consuelo, con los ojos colorados de tanto llorar el padre de Sergio Rodrigo Tapia -uno de los tres chicos fallecidos en el camping, Sergio Tapia- también expresó su dolor. “Como padre uno pretende la pena máxima, pero las leyes son así y hay que aceptarlas”. En función del histórico fallo, el hombre reconoció que “se consiguió un paso importante para cambiar esto, se trata de un punto de partida para que esto no vuelva a ocurrir más”.
Ante la pena, apuntó: “Ni uno ni cinco ni la perpetua nos quitará el dolor que tenemos, nadie nos devolverá nada, pero por lo menos que su muerte -por la de su hijo- no quede en vano. Hoy ganó la sociedad más que la familia Tapia”.
“Quienes pretendan seguir conduciendo alcoholizados deberán saber que serán juzgados como homicidas, como tiene que ser, y no porque digan que estuvo inconsciente son condenados con 2 o 3 años, mientras las familias están destruidas toda una vida”, concluyó Tapia.

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