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Violencia: las órdenes de restricción no son suficientes para protegerse

Martes, 29 de marzo de 2016 01:30
<div>Imagen de la marcha #NiUnaMenos. Juan Barthe.&nbsp;</div><div>
Cada vez que una mujer muere como consecuencia de violencia intrafamiliar la sociedad pone en debate la efectividad de las medidas de restricción dictadas por la Justicia en contra del agresor, en los casos en que hubo denuncia previa, que es en la mayoría de ellos.
Cuando lo cultural está de por medio los cambios son extremadamente lentos y todas las medidas para salvaguardar a las víctimas resultan insuficientes. Por ese motivo desde la creación en 2010 de la Oficina de Violencia Intrafamiliar (OVIF) por orden de la Suprema Corte de Justicia de Salta hay una serie de mecanismos que les permiten a las víctimas, sin límites de edad, sexo, ni condición socioeconómica, denunciar lo que les ocurre, y ser asistidas. Sin embargo, parece ser que todo lo que se hace es poco. Tal vez porque la violencia está naturalizada, también entre los más jóvenes, se hace tan difícil la erradicación.
Salir del círculo de violencia
"Para salir de la violencia, lo primero que tiene que hacer la víctima es asumirse como tal", dice María Amelia Fuentes Marrupe, coordinadora de la OVIF. Esta puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. "Muchas mujeres creen que realizando la denuncia ya están protegidas y esto no es así. Ese es solo el primer paso", agrega. Asumirse como víctima de violencia es que ella también tome los recaudos para cuidarse. Los jueces disponen las medidas que a su criterio corresponden pero a veces los victimarios se las ingenian para atacar. Marrupe recuerda un caso del año 2015, en el que una mujer que había realizado la denuncia fue asesinada de un disparo por su expareja al bajar del ómnibus y delante de los vecinos. No le importó nada. "Estábamos consternados. Ella había realizado la denuncia y el juez había dictado las medidas de protección. Tenía consigna fija en su domicilio, pero el victimario aprovechó el momento en que ella salió y la asesinó", cuenta Marrupe con pesar. "Hay personas que solo quieren hacer daño y buscan sortear todas las medidas para llegar a sus víctimas", agregó.
Prevenir
"Todas las normativas, nacionales e internacionales, sobre violencia tienen tres instancias: prevenir, sancionar y erradicar la violencia. Nosotros como Poder Judicial estamos en el ámbito de la sanción. Les corresponde a los poderes ejecutivos provinciales y municipales trabajar en la contención del día a día para que las mujeres no vuelvan con sus victimarios. Los programas son muy buenos, pero para eso tienen que ser conscientes de su situación de vulnerabilidad", dijo Marrupe. Por ejemplo, "es frecuente que una madre venga a denunciar la violencia que sufre su hija de parte del novio o pareja. Pero esto, por más que la madre lo haga amorosamente para cuidar de ella, no sirve porque la víctima no se reconoce como tal.
María Amelia Fuentes Marrupe COORDINADORA OVIF "En la mayoría de las comisarías hay un operador que toma la denuncia y la envía vía mail a la OVIF. Esto agiliza muchísimo los tiempos".
Entonces no puede sostener en el tiempo las medidas dictadas por la Justicia. Y ocurre que esa jovencita termina perdiendo el único lazo afectivo que tiene, que es su madre y queda indefensa en manos de su pareja violenta", afirma Marrupe. Ocurre también que "muchas jovencitas creen que si el novio las cela y las maltrata es porque las quiere y sabemos que eso no es así. Esto es consecuencia de la naturalización de la violencia. Las mujeres también tienen que tomar medidas para cuidarse. Nosotros vamos a los barrios y vemos que además de los programas especiales de la provincia y de la municipalidad, hay redes e instituciones comunitarias que las ayudan a desandar el camino de violencia en camino de relaciones sanas", finalizó.

El proceso que sigue tras la denuncia

Desde que la víctima entra a la OVIF la recibe un equipo de especialistas. El personal de la mesa de entrada de la Oficina de Violencia Intrafamiliar (OVIF) está a cargo de psicólogas capacitadas para abordar estos temas y operar rápidamente. Inmediatamente se escucha y se le da contención a la víctima, así comienza a funcionar el proceso de protección. "A veces nos encontramos con personas que vienen a hacer una consulta pero el equipo detecta que el problema es grave y se interviene de inmediato. Incluso tenemos un convenio con una remisera para que las lleve a su domicilio si es necesario", afirmó Amelia Fuentes Marrupe, titular del organismo.
La OVIF trabaja de lunes a viernes de 7 a 19 pero, a su vez, en la mayoría de las comisarías hay un operador de violencia intrafamiliar que no existe en otras provincias. Ellos toman la denuncia y se arma de inmediato la red. En caso de que amerite la situación, se ponen en contacto directo con el juez para que se tomen las medidas de protección. Además, se cuenta con el acompañamiento del 911 "que siempre han actuado de manera competente", dijo Marrupe.
"Es fundamental trabajar con los niños y niñas para eliminar la naturalización de la violencia porque cuando forma parte de la estructura de personalidad es muy difícil erradicarla y pasa lo que ocurre ahora: tenemos hombres violentos", agregó la funcionaria.
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Cada vez que una mujer muere como consecuencia de violencia intrafamiliar la sociedad pone en debate la efectividad de las medidas de restricción dictadas por la Justicia en contra del agresor, en los casos en que hubo denuncia previa, que es en la mayoría de ellos.
Cuando lo cultural está de por medio los cambios son extremadamente lentos y todas las medidas para salvaguardar a las víctimas resultan insuficientes. Por ese motivo desde la creación en 2010 de la Oficina de Violencia Intrafamiliar (OVIF) por orden de la Suprema Corte de Justicia de Salta hay una serie de mecanismos que les permiten a las víctimas, sin límites de edad, sexo, ni condición socioeconómica, denunciar lo que les ocurre, y ser asistidas. Sin embargo, parece ser que todo lo que se hace es poco. Tal vez porque la violencia está naturalizada, también entre los más jóvenes, se hace tan difícil la erradicación.
Salir del círculo de violencia
"Para salir de la violencia, lo primero que tiene que hacer la víctima es asumirse como tal", dice María Amelia Fuentes Marrupe, coordinadora de la OVIF. Esta puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. "Muchas mujeres creen que realizando la denuncia ya están protegidas y esto no es así. Ese es solo el primer paso", agrega. Asumirse como víctima de violencia es que ella también tome los recaudos para cuidarse. Los jueces disponen las medidas que a su criterio corresponden pero a veces los victimarios se las ingenian para atacar. Marrupe recuerda un caso del año 2015, en el que una mujer que había realizado la denuncia fue asesinada de un disparo por su expareja al bajar del ómnibus y delante de los vecinos. No le importó nada. "Estábamos consternados. Ella había realizado la denuncia y el juez había dictado las medidas de protección. Tenía consigna fija en su domicilio, pero el victimario aprovechó el momento en que ella salió y la asesinó", cuenta Marrupe con pesar. "Hay personas que solo quieren hacer daño y buscan sortear todas las medidas para llegar a sus víctimas", agregó.
Prevenir
"Todas las normativas, nacionales e internacionales, sobre violencia tienen tres instancias: prevenir, sancionar y erradicar la violencia. Nosotros como Poder Judicial estamos en el ámbito de la sanción. Les corresponde a los poderes ejecutivos provinciales y municipales trabajar en la contención del día a día para que las mujeres no vuelvan con sus victimarios. Los programas son muy buenos, pero para eso tienen que ser conscientes de su situación de vulnerabilidad", dijo Marrupe. Por ejemplo, "es frecuente que una madre venga a denunciar la violencia que sufre su hija de parte del novio o pareja. Pero esto, por más que la madre lo haga amorosamente para cuidar de ella, no sirve porque la víctima no se reconoce como tal.
María Amelia Fuentes Marrupe COORDINADORA OVIF "En la mayoría de las comisarías hay un operador que toma la denuncia y la envía vía mail a la OVIF. Esto agiliza muchísimo los tiempos".
Entonces no puede sostener en el tiempo las medidas dictadas por la Justicia. Y ocurre que esa jovencita termina perdiendo el único lazo afectivo que tiene, que es su madre y queda indefensa en manos de su pareja violenta", afirma Marrupe. Ocurre también que "muchas jovencitas creen que si el novio las cela y las maltrata es porque las quiere y sabemos que eso no es así. Esto es consecuencia de la naturalización de la violencia. Las mujeres también tienen que tomar medidas para cuidarse. Nosotros vamos a los barrios y vemos que además de los programas especiales de la provincia y de la municipalidad, hay redes e instituciones comunitarias que las ayudan a desandar el camino de violencia en camino de relaciones sanas", finalizó.

El proceso que sigue tras la denuncia

Desde que la víctima entra a la OVIF la recibe un equipo de especialistas. El personal de la mesa de entrada de la Oficina de Violencia Intrafamiliar (OVIF) está a cargo de psicólogas capacitadas para abordar estos temas y operar rápidamente. Inmediatamente se escucha y se le da contención a la víctima, así comienza a funcionar el proceso de protección. "A veces nos encontramos con personas que vienen a hacer una consulta pero el equipo detecta que el problema es grave y se interviene de inmediato. Incluso tenemos un convenio con una remisera para que las lleve a su domicilio si es necesario", afirmó Amelia Fuentes Marrupe, titular del organismo.
La OVIF trabaja de lunes a viernes de 7 a 19 pero, a su vez, en la mayoría de las comisarías hay un operador de violencia intrafamiliar que no existe en otras provincias. Ellos toman la denuncia y se arma de inmediato la red. En caso de que amerite la situación, se ponen en contacto directo con el juez para que se tomen las medidas de protección. Además, se cuenta con el acompañamiento del 911 "que siempre han actuado de manera competente", dijo Marrupe.
"Es fundamental trabajar con los niños y niñas para eliminar la naturalización de la violencia porque cuando forma parte de la estructura de personalidad es muy difícil erradicarla y pasa lo que ocurre ahora: tenemos hombres violentos", agregó la funcionaria.
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