¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

23°
25 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El Papa y Messi oran con rosarios de una salteña

Lunes, 07 de marzo de 2016 01:30
Coni Valenti, en su banco de trabajo en Buenos Aires. 
Preparar 59 cuentas y una cruz para que cada pelotita sea repasada miles de veces y condense pedidos, oraciones y necesidades, para que cada cruz sea besada por labios y por lágrimas. Seguramente un par de manos retocarán ese rosario durante años, dominadas por un corazón y una mente reunidos en una plegaria.
La salteña Coni Valenti (46) es plenamente consciente de las implicancias de esta pieza, que no es una joya en el sentido tradicional de la palabra. Hace doce años que diseña rosarios y denarios. El papa Francisco, Lionel Messi, Susana Giménez, Mirta Legrand y Robbie Williams, entre otras personalidades, usan sus diseños exclusivos, encargados por amigos de ellos a Coni Valenti Accesorios. La historia comienza en una coyuntura. Coni regresaba a Salta tras haber vivido un año en Italia. Su tía Liliana Lacroix le ofreció hacer collares para vender en una feria en San Lorenzo. "Esto era algo nuevo para mí, pero me gustó el desafío de jugar con la imaginación. Allí encontré mi verdadera vocación. Recuerdo que cuando armé mi primer collar, dije: "Esto no es para mí'' porque no tenía paciencia", rememora. Sin embargo, la voluntad se le fue enraizando, a la par que crecía su habilidad y surgía la creación. El de Coni fue un comienzo dificultoso, de esos que harían claudicar a otros, y pronto se cuestionó si era posible vivir de la elaboración de piezas artesanales. La respuesta se la susurraría la providencia. Sus clientes, familiares y amigos obraron un efecto multiplicador que le permitió continuar con el taller hasta ahora. Con plata, alpaca, bronce, cobre y piedras semipreciosas, ella y dos empleados de su taller -ubicado en Buenos Aires- más otros cinco trabajadores tercerizados fabrican rosarios, denarios, collares, pulseras, pins y gemelos. También emplean materiales nobles como madera, semillas y cuero.
Coni trabajó para el prestigioso diseñador italiano Carlo Pignatelli. También para las reconocidas marcas Kosiuko, Cardon, Laurencio Adot y De la Ostia. Parte de su producción se exhibió en los grandes desfiles de Milán, la capital de la moda.
"La idea es que todo vale. Me animo a jugar y así los diferentes modelos van tomando forma hasta convertirse en un rosario o en un collar", define. Añade que diversos escenarios naturales: "atardecer, pájaros, cerros, mar" con sus combinatorias de colores y exquisitos matices la inspiran para imaginar nuevas piezas.
"Hay modelos que tengo estándar, pero también me llaman para encargarme objetos personalizados. Entonces pregunto cómo es la persona, me la imagino y lo armo pensando en ella o él", describe. Además sus clientes cuando llegan al taller que tiene en Buenos Aires pueden ver sobre un mueble antiguo de imprenta todo el material disponible y ella los invita -si ellos gustan- a diseñar un modelo y llevárselo en el momento. "Los productos que ofrecemos conjugan el diseño y lo autóctono en piezas de joyería. Nuestros clientes valoran lo distinto y la calidad. Los modelos simbolizan belleza y protección espiritual, a través de un lenguaje de amor y respeto", explicita Coni, que en varias oportunidades atendió pedidos de personas de otras confesiones religiosas y entonces a los modelos les colocó una piedra, una figura de buda u otro símbolo que a aquellos les representara la divinidad.
Pasada más de una década del emprendimiento inicial, las anécdotas de Coni se cuentan por montones. Un día la llamó María Vilariño, vestuarista de Marcelo Tinelli, para que le diseñe collares y rosarios al conductor, tanto para usar en el programa de mayor rating y permanencia de la televisión argentina como en su vida privada. En 2010 Cris Martin, cantante de Coldplay, fue invitado a un evento durante la estadía de la banda en Argentina y uno de sus relacionistas públicos locales llevaba encima un rosario de Coni. Como a Martin le gustó mucho, se llevó consigo la pieza de regreso a Londres.
Todos los jugadores de la Selección argentina llevaron en sus pechos rosarios en celeste y blanco en el Mundial de Brasil 2014. "Ese fue un sueño que logré cumplir gracias a un amigo", apunta. Agrega que las personas le escriben para agradecerle el influjo positivo que algún objeto derramó sobre sus existencias. Ella asiente y comprende porque guarda como talismán un denario, regalo de su hermano, el modelo internacional Ignacio Valenti, cuando él vivía en México. Este fue -y aún es- una inspiración para Coni, quien obra cada pieza "con amor", el sentimiento que en la vida siempre impera.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Preparar 59 cuentas y una cruz para que cada pelotita sea repasada miles de veces y condense pedidos, oraciones y necesidades, para que cada cruz sea besada por labios y por lágrimas. Seguramente un par de manos retocarán ese rosario durante años, dominadas por un corazón y una mente reunidos en una plegaria.
La salteña Coni Valenti (46) es plenamente consciente de las implicancias de esta pieza, que no es una joya en el sentido tradicional de la palabra. Hace doce años que diseña rosarios y denarios. El papa Francisco, Lionel Messi, Susana Giménez, Mirta Legrand y Robbie Williams, entre otras personalidades, usan sus diseños exclusivos, encargados por amigos de ellos a Coni Valenti Accesorios. La historia comienza en una coyuntura. Coni regresaba a Salta tras haber vivido un año en Italia. Su tía Liliana Lacroix le ofreció hacer collares para vender en una feria en San Lorenzo. "Esto era algo nuevo para mí, pero me gustó el desafío de jugar con la imaginación. Allí encontré mi verdadera vocación. Recuerdo que cuando armé mi primer collar, dije: "Esto no es para mí'' porque no tenía paciencia", rememora. Sin embargo, la voluntad se le fue enraizando, a la par que crecía su habilidad y surgía la creación. El de Coni fue un comienzo dificultoso, de esos que harían claudicar a otros, y pronto se cuestionó si era posible vivir de la elaboración de piezas artesanales. La respuesta se la susurraría la providencia. Sus clientes, familiares y amigos obraron un efecto multiplicador que le permitió continuar con el taller hasta ahora. Con plata, alpaca, bronce, cobre y piedras semipreciosas, ella y dos empleados de su taller -ubicado en Buenos Aires- más otros cinco trabajadores tercerizados fabrican rosarios, denarios, collares, pulseras, pins y gemelos. También emplean materiales nobles como madera, semillas y cuero.
Coni trabajó para el prestigioso diseñador italiano Carlo Pignatelli. También para las reconocidas marcas Kosiuko, Cardon, Laurencio Adot y De la Ostia. Parte de su producción se exhibió en los grandes desfiles de Milán, la capital de la moda.
"La idea es que todo vale. Me animo a jugar y así los diferentes modelos van tomando forma hasta convertirse en un rosario o en un collar", define. Añade que diversos escenarios naturales: "atardecer, pájaros, cerros, mar" con sus combinatorias de colores y exquisitos matices la inspiran para imaginar nuevas piezas.
"Hay modelos que tengo estándar, pero también me llaman para encargarme objetos personalizados. Entonces pregunto cómo es la persona, me la imagino y lo armo pensando en ella o él", describe. Además sus clientes cuando llegan al taller que tiene en Buenos Aires pueden ver sobre un mueble antiguo de imprenta todo el material disponible y ella los invita -si ellos gustan- a diseñar un modelo y llevárselo en el momento. "Los productos que ofrecemos conjugan el diseño y lo autóctono en piezas de joyería. Nuestros clientes valoran lo distinto y la calidad. Los modelos simbolizan belleza y protección espiritual, a través de un lenguaje de amor y respeto", explicita Coni, que en varias oportunidades atendió pedidos de personas de otras confesiones religiosas y entonces a los modelos les colocó una piedra, una figura de buda u otro símbolo que a aquellos les representara la divinidad.
Pasada más de una década del emprendimiento inicial, las anécdotas de Coni se cuentan por montones. Un día la llamó María Vilariño, vestuarista de Marcelo Tinelli, para que le diseñe collares y rosarios al conductor, tanto para usar en el programa de mayor rating y permanencia de la televisión argentina como en su vida privada. En 2010 Cris Martin, cantante de Coldplay, fue invitado a un evento durante la estadía de la banda en Argentina y uno de sus relacionistas públicos locales llevaba encima un rosario de Coni. Como a Martin le gustó mucho, se llevó consigo la pieza de regreso a Londres.
Todos los jugadores de la Selección argentina llevaron en sus pechos rosarios en celeste y blanco en el Mundial de Brasil 2014. "Ese fue un sueño que logré cumplir gracias a un amigo", apunta. Agrega que las personas le escriben para agradecerle el influjo positivo que algún objeto derramó sobre sus existencias. Ella asiente y comprende porque guarda como talismán un denario, regalo de su hermano, el modelo internacional Ignacio Valenti, cuando él vivía en México. Este fue -y aún es- una inspiración para Coni, quien obra cada pieza "con amor", el sentimiento que en la vida siempre impera.

Temas de la nota

PUBLICIDAD