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Vecinos se quejan de las ruidosas fiestas nocturnas

Miércoles, 11 de enero de 2017 01:30
Grupo de vecinos que hizo la denuncia pública.
Vecinos de la calle José Ignacio Sierra al final, en la zona norte de San José de Metán, se quejan de las ruidosas y recurrentes fiestas nocturnas que se realizan en un inmueble que pertenece a un funcionario judicial.
Según los vecinos, el salón que se encuentra en un extenso predio es alquilado a terceros y no cuenta con ninguna habilitación. Sin embargo, el dueño del inmueble niega esa situación y asegura que solamente se realizan festejos familiares.
Lucía Carabajal, Jorge Enrique Arias, Anabel García y Adrián Nicolás Mangini, quienes residen en la Villa San José, aseguraron que no pueden descansar debido al alto volumen de la música de las fiestas que se realizan durante toda la noche y a veces continúan de día.
"Las gestiones comenzaron el 4 de febrero de 2014 cuando le enviamos una nota al propietario con firmas de los vecinos para pedirle que se termine con esta situación, pero no obtuvimos respuestas. Luego se hicieron varias denuncias en la Policía y presentaciones en la Municipalidad, pero jamás ese lugar fue clausurado", dijo Mangini a El Tribuno.
"Este lugar es conocido como el quincho de Brizuela y se alquila para fiestas y eventos nocturnos. No está habilitado y no cumple con ningún requisito. Esta situación lleva casi tres años y no podemos dormir porque las fiestas son interminables. Llegamos a soportar tres noches seguidas de actividad en el lugar en el que se hacen bailes clandestinos", destacó el vecino.
"Nos tenemos que encerrar y no podemos descansar. Además existen los problemas propios de la actividad y no hay ningún tipo de control y nunca hubo policía contratada. Hay menores, mucho alcohol, gritos y peleas", dijo.

Denuncias archivadas

Con la documentación en mano, los vecinos de la zona mostraron una gran cantidad de notas dirigidas al intendente Fernando Romeri y al titular de Inspección y Control de la Municipalidad, Roberto Viñas, pero no obtuvieron soluciones.
Tampoco prosperaron las denuncias que realizaron en contra del funcionario judicial que es propietario del inmueble. Incluso tienen un formulario de notificación de una fiscalía, a través del cual le informaron que sus presentaciones fueron archivadas por la fiscal Ana Inés Salinas, en octubre de 2015.

Un verdadero infierno

"Mi familia es una de las más perjudicadas porque vivimos al lado de este lugar en el que hacen ruidosas fiestas nocturnas. Tengo una nena de un año y medio y un nene de 11 años y esto es un caos porque nos divide una tela metálica. Tenemos que soportar la música fuerte y no podemos dormir. Tiran botellas hacia mi casa, hay peleas, orinan en cualquier parte y ocurre de todo en ese lugar porque no hay control de nada", dijo Anabel García.
"Estamos desprotegidos porque nadie hace nada. Nosotros somos trabajadores y los fines de semana no podemos descansar", aseguró.
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Vecinos de la calle José Ignacio Sierra al final, en la zona norte de San José de Metán, se quejan de las ruidosas y recurrentes fiestas nocturnas que se realizan en un inmueble que pertenece a un funcionario judicial.
Según los vecinos, el salón que se encuentra en un extenso predio es alquilado a terceros y no cuenta con ninguna habilitación. Sin embargo, el dueño del inmueble niega esa situación y asegura que solamente se realizan festejos familiares.
Lucía Carabajal, Jorge Enrique Arias, Anabel García y Adrián Nicolás Mangini, quienes residen en la Villa San José, aseguraron que no pueden descansar debido al alto volumen de la música de las fiestas que se realizan durante toda la noche y a veces continúan de día.
"Las gestiones comenzaron el 4 de febrero de 2014 cuando le enviamos una nota al propietario con firmas de los vecinos para pedirle que se termine con esta situación, pero no obtuvimos respuestas. Luego se hicieron varias denuncias en la Policía y presentaciones en la Municipalidad, pero jamás ese lugar fue clausurado", dijo Mangini a El Tribuno.
"Este lugar es conocido como el quincho de Brizuela y se alquila para fiestas y eventos nocturnos. No está habilitado y no cumple con ningún requisito. Esta situación lleva casi tres años y no podemos dormir porque las fiestas son interminables. Llegamos a soportar tres noches seguidas de actividad en el lugar en el que se hacen bailes clandestinos", destacó el vecino.
"Nos tenemos que encerrar y no podemos descansar. Además existen los problemas propios de la actividad y no hay ningún tipo de control y nunca hubo policía contratada. Hay menores, mucho alcohol, gritos y peleas", dijo.

Denuncias archivadas

Con la documentación en mano, los vecinos de la zona mostraron una gran cantidad de notas dirigidas al intendente Fernando Romeri y al titular de Inspección y Control de la Municipalidad, Roberto Viñas, pero no obtuvieron soluciones.
Tampoco prosperaron las denuncias que realizaron en contra del funcionario judicial que es propietario del inmueble. Incluso tienen un formulario de notificación de una fiscalía, a través del cual le informaron que sus presentaciones fueron archivadas por la fiscal Ana Inés Salinas, en octubre de 2015.

Un verdadero infierno

"Mi familia es una de las más perjudicadas porque vivimos al lado de este lugar en el que hacen ruidosas fiestas nocturnas. Tengo una nena de un año y medio y un nene de 11 años y esto es un caos porque nos divide una tela metálica. Tenemos que soportar la música fuerte y no podemos dormir. Tiran botellas hacia mi casa, hay peleas, orinan en cualquier parte y ocurre de todo en ese lugar porque no hay control de nada", dijo Anabel García.
"Estamos desprotegidos porque nadie hace nada. Nosotros somos trabajadores y los fines de semana no podemos descansar", aseguró.
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