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El Pilcomayo amenaza con inundar áreas chaqueñas

Jueves, 12 de enero de 2017 01:30
Lucio Rojas en la curva del río que crece paulatinamente.
Como era esperable, la historia se repitió. El extenso y sinuoso río Pilcomayo, con importante crecida en territorio boliviano en los últimos días, baja sus aguas por suelo argentino y ya hace peligrar sectores poblados o de cría de hacienda del Chaco salteño.
Desde ayer, los corrales del paraje Marca Borrada están a solo tres metros de quedar aislados por el agua del río que, por esta amplísima área de llanura, se extiende como una laguna.
Las lluvias en las serranías del norcentro boliviano, en Beni, ya hicieron lo suyo y en la cuenca media del Pilcomayo, en tierras salteñas, la problemática se acrecienta.
Lo llamativo es que el régimen de lluvia no fue importante, es decir que Santa Victoria Este y parajes aledaños no sufrieron inundaciones en lo que va del verano. Pero el caudal del río atemoriza.
"El camino extremadamente serpenteante del Pilcomayo lo hace desbarrancar en cualquier parte. Su característico arrastre de toneladas de sedimentos, lodo y árboles lo va taponando y desborda como un estero en nuestras llanuras, que vienen desde Hito I por Formosa y Salta", analiza el conocido puestero chaqueño Lucio Rojas, en una charla con El Tribuno.
Rojas se refirió así a la especial característica del Pilcomayo, considerado uno de los ríos que mayor cantidad de sedimentos transporta en el mundo, con una tasa media anual de 125 millones de toneladas. Esta particularidad constituye el rasgo natural por excelencia de la región, recorriendo más de 1.000 km desde los 5.500 metros de altura en sus nacientes en Bolivia hasta los 250 metros en los alrededores de Misión La Paz, en Salta.

Las defensas

"Una de las miles de curvas que hace el río está enfrente a mi casa y le peleo armando gaviones improvisados con "gomas de todo tipo de vehículos, porque los árboles se pudren. Igualmente las cubiertas, que a la vez las ato con cables, van siendo taponadas paulatinamente por el barro", describe Rojas. Pero indudablemente que se trata de un sistema precario, que no soluciona de fondo su problema cada periodo estival.
"Todos los años hago esta defensa, pero es muy pobre mi trabajo", dice Rojas.
Para indicar detalles del problema, señala que a dos kilómetros de su propiedad está La Bajada, el codo más grande del río que hace peligrar al pueblo de Santa Victoria Este y a Marca Borrada. "Por noche, el agua me va quitando de a tres metros de tierra. A los animales los voy corriendo, pero las instalaciones y la casa peligran".
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Como era esperable, la historia se repitió. El extenso y sinuoso río Pilcomayo, con importante crecida en territorio boliviano en los últimos días, baja sus aguas por suelo argentino y ya hace peligrar sectores poblados o de cría de hacienda del Chaco salteño.
Desde ayer, los corrales del paraje Marca Borrada están a solo tres metros de quedar aislados por el agua del río que, por esta amplísima área de llanura, se extiende como una laguna.
Las lluvias en las serranías del norcentro boliviano, en Beni, ya hicieron lo suyo y en la cuenca media del Pilcomayo, en tierras salteñas, la problemática se acrecienta.
Lo llamativo es que el régimen de lluvia no fue importante, es decir que Santa Victoria Este y parajes aledaños no sufrieron inundaciones en lo que va del verano. Pero el caudal del río atemoriza.
"El camino extremadamente serpenteante del Pilcomayo lo hace desbarrancar en cualquier parte. Su característico arrastre de toneladas de sedimentos, lodo y árboles lo va taponando y desborda como un estero en nuestras llanuras, que vienen desde Hito I por Formosa y Salta", analiza el conocido puestero chaqueño Lucio Rojas, en una charla con El Tribuno.
Rojas se refirió así a la especial característica del Pilcomayo, considerado uno de los ríos que mayor cantidad de sedimentos transporta en el mundo, con una tasa media anual de 125 millones de toneladas. Esta particularidad constituye el rasgo natural por excelencia de la región, recorriendo más de 1.000 km desde los 5.500 metros de altura en sus nacientes en Bolivia hasta los 250 metros en los alrededores de Misión La Paz, en Salta.

Las defensas

"Una de las miles de curvas que hace el río está enfrente a mi casa y le peleo armando gaviones improvisados con "gomas de todo tipo de vehículos, porque los árboles se pudren. Igualmente las cubiertas, que a la vez las ato con cables, van siendo taponadas paulatinamente por el barro", describe Rojas. Pero indudablemente que se trata de un sistema precario, que no soluciona de fondo su problema cada periodo estival.
"Todos los años hago esta defensa, pero es muy pobre mi trabajo", dice Rojas.
Para indicar detalles del problema, señala que a dos kilómetros de su propiedad está La Bajada, el codo más grande del río que hace peligrar al pueblo de Santa Victoria Este y a Marca Borrada. "Por noche, el agua me va quitando de a tres metros de tierra. A los animales los voy corriendo, pero las instalaciones y la casa peligran".
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