Toneladas de basura al costado del río San Francisco preocupan a los vecinos de Pichanal, y fundamentalmente atentan contra el medio ambiente de una manera irreparable.
El olor es nauseabundo, el panorama es desolador e indudablemente destructivo del patrimonio paisajístico de una zona con bellezas propias de la zona tropical provincial.
Mientras más pasa el tiempo, más espacio es ocupado con cientos de elementos contaminantes.
Y lo peor es que se trata de un curso de agua utilizado para la pesca y, más grave aún, grupos de chicos concurren a bañarse para mitigar las elevadas temperaturas del verano.
Los pobladores denuncian que es imposible transitar por esos lugares, el peligro de contraer enfermedades es cada vez mayor y, ante incansables pedidos para que se tomen cartas en el asunto, desde el Gobierno municipal nada se hizo.
Según expresa la gente, a lo largo y a lo ancho de todo Orán no existe un basural de tanta magnitud como el de la localidad más extensa del departamento.
Las imágenes, muchas de ellas tomadas por los propios vecinos, son elocuentes: desde chatarra de toda índole a plásticos en todas sus formas, vidrio, basura orgánica y animales muertos.
La contaminación no solo afecta a los vecinos que viven muy cerca del lugar, sino también al propio río porque provoca la muerte de muchos de sus peces.
Los desechos y residuos materiales que van depositándose en la tierra se descomponen y dañan si no están debidamente tratados.
La basura y los desechos materiales orgánicos e inorgánicos que se arrojan modifican sus condiciones y provocan cambios que pueden ir desde la erosión hasta la extinción de las especies.
Los depósitos de basura al aire libre no solo acaban con el hábitat natural, sino que causan graves problemas en la salud. El reclamo está lanzado y solo se espera la intervención de las autoridades que correspondan.
El olor es nauseabundo, el panorama es desolador e indudablemente destructivo del patrimonio paisajístico de una zona con bellezas propias de la zona tropical provincial.
Mientras más pasa el tiempo, más espacio es ocupado con cientos de elementos contaminantes.
Y lo peor es que se trata de un curso de agua utilizado para la pesca y, más grave aún, grupos de chicos concurren a bañarse para mitigar las elevadas temperaturas del verano.
Los pobladores denuncian que es imposible transitar por esos lugares, el peligro de contraer enfermedades es cada vez mayor y, ante incansables pedidos para que se tomen cartas en el asunto, desde el Gobierno municipal nada se hizo.
El lugar
El basural ocupa casi un kilómetro, al costado de la ruta provincial 5, y va bordeando el río San Francisco, a solo 8 kilómetros al noreste de la ciudad de Pichanal.Según expresa la gente, a lo largo y a lo ancho de todo Orán no existe un basural de tanta magnitud como el de la localidad más extensa del departamento.
Las imágenes, muchas de ellas tomadas por los propios vecinos, son elocuentes: desde chatarra de toda índole a plásticos en todas sus formas, vidrio, basura orgánica y animales muertos.
La contaminación no solo afecta a los vecinos que viven muy cerca del lugar, sino también al propio río porque provoca la muerte de muchos de sus peces.
Daño en agua y tierra
El depósito de basura en el agua genera un sinnúmero de bacterias que se alimentan con esos desechos. Su actividad aumenta y su reproducción es a gran escala. En consecuencia, consumen mayor volumen del oxígeno del agua causando la muerte por asfixia de los peces.Los desechos y residuos materiales que van depositándose en la tierra se descomponen y dañan si no están debidamente tratados.
La basura y los desechos materiales orgánicos e inorgánicos que se arrojan modifican sus condiciones y provocan cambios que pueden ir desde la erosión hasta la extinción de las especies.
Los depósitos de basura al aire libre no solo acaban con el hábitat natural, sino que causan graves problemas en la salud. El reclamo está lanzado y solo se espera la intervención de las autoridades que correspondan.
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Toneladas de basura al costado del río San Francisco preocupan a los vecinos de Pichanal, y fundamentalmente atentan contra el medio ambiente de una manera irreparable.
El olor es nauseabundo, el panorama es desolador e indudablemente destructivo del patrimonio paisajístico de una zona con bellezas propias de la zona tropical provincial.
Mientras más pasa el tiempo, más espacio es ocupado con cientos de elementos contaminantes.
Y lo peor es que se trata de un curso de agua utilizado para la pesca y, más grave aún, grupos de chicos concurren a bañarse para mitigar las elevadas temperaturas del verano.
Los pobladores denuncian que es imposible transitar por esos lugares, el peligro de contraer enfermedades es cada vez mayor y, ante incansables pedidos para que se tomen cartas en el asunto, desde el Gobierno municipal nada se hizo.
Según expresa la gente, a lo largo y a lo ancho de todo Orán no existe un basural de tanta magnitud como el de la localidad más extensa del departamento.
Las imágenes, muchas de ellas tomadas por los propios vecinos, son elocuentes: desde chatarra de toda índole a plásticos en todas sus formas, vidrio, basura orgánica y animales muertos.
La contaminación no solo afecta a los vecinos que viven muy cerca del lugar, sino también al propio río porque provoca la muerte de muchos de sus peces.
Los desechos y residuos materiales que van depositándose en la tierra se descomponen y dañan si no están debidamente tratados.
La basura y los desechos materiales orgánicos e inorgánicos que se arrojan modifican sus condiciones y provocan cambios que pueden ir desde la erosión hasta la extinción de las especies.
Los depósitos de basura al aire libre no solo acaban con el hábitat natural, sino que causan graves problemas en la salud. El reclamo está lanzado y solo se espera la intervención de las autoridades que correspondan.
El olor es nauseabundo, el panorama es desolador e indudablemente destructivo del patrimonio paisajístico de una zona con bellezas propias de la zona tropical provincial.
Mientras más pasa el tiempo, más espacio es ocupado con cientos de elementos contaminantes.
Y lo peor es que se trata de un curso de agua utilizado para la pesca y, más grave aún, grupos de chicos concurren a bañarse para mitigar las elevadas temperaturas del verano.
Los pobladores denuncian que es imposible transitar por esos lugares, el peligro de contraer enfermedades es cada vez mayor y, ante incansables pedidos para que se tomen cartas en el asunto, desde el Gobierno municipal nada se hizo.
El lugar
El basural ocupa casi un kilómetro, al costado de la ruta provincial 5, y va bordeando el río San Francisco, a solo 8 kilómetros al noreste de la ciudad de Pichanal.Según expresa la gente, a lo largo y a lo ancho de todo Orán no existe un basural de tanta magnitud como el de la localidad más extensa del departamento.
Las imágenes, muchas de ellas tomadas por los propios vecinos, son elocuentes: desde chatarra de toda índole a plásticos en todas sus formas, vidrio, basura orgánica y animales muertos.
La contaminación no solo afecta a los vecinos que viven muy cerca del lugar, sino también al propio río porque provoca la muerte de muchos de sus peces.
Daño en agua y tierra
El depósito de basura en el agua genera un sinnúmero de bacterias que se alimentan con esos desechos. Su actividad aumenta y su reproducción es a gran escala. En consecuencia, consumen mayor volumen del oxígeno del agua causando la muerte por asfixia de los peces.Los desechos y residuos materiales que van depositándose en la tierra se descomponen y dañan si no están debidamente tratados.
La basura y los desechos materiales orgánicos e inorgánicos que se arrojan modifican sus condiciones y provocan cambios que pueden ir desde la erosión hasta la extinción de las especies.
Los depósitos de basura al aire libre no solo acaban con el hábitat natural, sino que causan graves problemas en la salud. El reclamo está lanzado y solo se espera la intervención de las autoridades que correspondan.