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El Sistema Penitenciario en Salta está muy mal

Domingo, 08 de enero de 2017 01:30
El primer femicidio de 2017 ocurrió en una celda del penal de villa Las Rosas. Juan Barthe
"Me parece que en este último caso, de la joven que mataron en villa Las Rosas, hay errores del lado judicial y también de las autoridades del Servicio Penitenciario", dijo María Verónica Párraga, que trabajó 25 años en el penal de villa Las Rosas y dejó su percepción.
"Cuando hay denuncias por violencia de género o familiar, algunas de las mujeres que denunciaron van a visitar a los tipos una vez presos. No entienden que son peligrosos y se arriesgan, tienen visitas íntimas. El personal no puede hacer demasiado. Si el fiscal o desde el Juzgado no prohíben esa interacción, el personal penitenciario no puede hacer nada", opinó.
Párraga le contó a El Tribuno que en sus años de trabajo estuvo cerca de los temas judiciales. "Cuando me tocaban situaciones de violencias de género hacía informes señalando que no podían ingresar y eso generaba mucho malestar. Se trata de un episodio que no solo pasó ahora en la ciudad, sino también hace dos años en Metán. Una mujer fue a ver a su marido y él la terminó matando", afirmó.
"Actualmente el Sistema Penitenciario en Salta está muy mal. No es novedad lo que pasó con esta mujer (Andrea Neri). Los derechos humanos ingresaron demasiado en este tipo de instituciones y la disciplina adentro desapareció. Le quitan un tenedor a un preso y lo primero que hacen es denunciar al personal, apartarlo y hacerle un sumario. El reglamento interno del penal y la misma ley son claras acerca de lo que se debe hacer. Hay que partir desde la base que no se puede dar asistencia ahí adentro porque no hay profesionales, y lo que pasa no le importa a nadie. Las autoridades solo piensan en permanecer en un sillón a costa de lo que pueda pasar", dijo sin titubear.
Según María Párraga, el Servicio Penitenciario es demasiado permisivo. "Los familiares o amigos de los presos llevan bolsones de cosas. Por ejemplo, hay un buen régimen alimentario pero les llevan cualquier cantidad de comida o ropa y los presos no tienen lugar para guardar tantas cosas... Pasa que las utilizan para negociar por droga. Venden hasta zapatillas para consumir. Los talleres deberían ser obligatorios y tener mayor control respecto a las herramientas que allí se utilizan".
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"Me parece que en este último caso, de la joven que mataron en villa Las Rosas, hay errores del lado judicial y también de las autoridades del Servicio Penitenciario", dijo María Verónica Párraga, que trabajó 25 años en el penal de villa Las Rosas y dejó su percepción.
"Cuando hay denuncias por violencia de género o familiar, algunas de las mujeres que denunciaron van a visitar a los tipos una vez presos. No entienden que son peligrosos y se arriesgan, tienen visitas íntimas. El personal no puede hacer demasiado. Si el fiscal o desde el Juzgado no prohíben esa interacción, el personal penitenciario no puede hacer nada", opinó.
Párraga le contó a El Tribuno que en sus años de trabajo estuvo cerca de los temas judiciales. "Cuando me tocaban situaciones de violencias de género hacía informes señalando que no podían ingresar y eso generaba mucho malestar. Se trata de un episodio que no solo pasó ahora en la ciudad, sino también hace dos años en Metán. Una mujer fue a ver a su marido y él la terminó matando", afirmó.
"Actualmente el Sistema Penitenciario en Salta está muy mal. No es novedad lo que pasó con esta mujer (Andrea Neri). Los derechos humanos ingresaron demasiado en este tipo de instituciones y la disciplina adentro desapareció. Le quitan un tenedor a un preso y lo primero que hacen es denunciar al personal, apartarlo y hacerle un sumario. El reglamento interno del penal y la misma ley son claras acerca de lo que se debe hacer. Hay que partir desde la base que no se puede dar asistencia ahí adentro porque no hay profesionales, y lo que pasa no le importa a nadie. Las autoridades solo piensan en permanecer en un sillón a costa de lo que pueda pasar", dijo sin titubear.
Según María Párraga, el Servicio Penitenciario es demasiado permisivo. "Los familiares o amigos de los presos llevan bolsones de cosas. Por ejemplo, hay un buen régimen alimentario pero les llevan cualquier cantidad de comida o ropa y los presos no tienen lugar para guardar tantas cosas... Pasa que las utilizan para negociar por droga. Venden hasta zapatillas para consumir. Los talleres deberían ser obligatorios y tener mayor control respecto a las herramientas que allí se utilizan".
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