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"Pende sobre mí la perpetua por un crimen que cometió la droga"

El acusado dijo que estuvo en Córdoba en febrero de 2015 cuando mataron a Yamila Vega.Sergio Vilte clamó una investigación seria. “Yo cumplí mansamente mi calvario”, dijo.
Lunes, 16 de octubre de 2017 00:00

"Todas las semanas desde hace meses voy a Ciudad Judicial a firmar mi asistencia. Después de estar ocho meses privado de mi libertad, hoy pende sobre mí una elevación a juicio por un crimen que no cometí. Que no se investigó a fondo. Me señalaron a mí, un día cualquiera y a pedido y a la medida de un dealer mayorista", dijo ayer Sergio Ricardo Vilte (27), plomero y albañil, acusado del crimen de Yamila Vega, ocurrido un día impreciso de enero o febrero de 2015.

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"Todas las semanas desde hace meses voy a Ciudad Judicial a firmar mi asistencia. Después de estar ocho meses privado de mi libertad, hoy pende sobre mí una elevación a juicio por un crimen que no cometí. Que no se investigó a fondo. Me señalaron a mí, un día cualquiera y a pedido y a la medida de un dealer mayorista", dijo ayer Sergio Ricardo Vilte (27), plomero y albañil, acusado del crimen de Yamila Vega, ocurrido un día impreciso de enero o febrero de 2015.

Vilte, en compañía de su madre, Miriam del Valle Vilte, aseguró ser totalmente ajeno a la causa y que todas las pruebas e indicios muestran su inocencia, incluso los careos realizados con sus acusadores mostraron la mendacidad de estos.

Vilte dijo: "Leí por los diarios que me voy a juicio. Supe por los pasillos de Tribunales que van a pedir 28 años de prisión. Aun así no voy a huir, no voy a rebelarme porque sé que nunca maté a nadie. Me acusaron por ser adicto, una noche que estaba "duro' por el efecto de la pasta base, pero un año después de los hechos. No lo puedo entender".

Al respecto, su madre relató: "Durante el tiempo que se produjo el crimen de Yamila Vega, mi hijo estaba en Córdoba trabajando y tiene allí testigos que avalan lo que les digo. Además, estaba en pareja allá y cuando quedó sin trabajo se vino a Salta de visita, en septiembre del 2016 con su entonces mujer Rocío Belén Lucero. Yo recuerdo bien esos días previos. La chica no se acostumbró a Salta, a la pobreza de Norte Grande. Ella estaba embarazada y un día decidió irse. Mi hijo quedó shockeado, demolido".

En ese momento, Sergio Ricardo interrumpe y relata: "Sí, la verdad que no pude soportar el abandono y estuve casi todo un día drogándome. Fui al rancho donde vivían, o viven, los dealers de más confianza y les compré droga. Estuve en mi casa, en el puente, en los baldíos, eso fue en octubre de 2016".

"A la noche fui de nuevo a comprar más y allí el Beba B. me dice quedate aquí, no hay problema. Tirate ahí y convidame un pipazo. Ahí me quedé hasta quedar duro por la pasta base. Me quise levantar y entonces el Beba dice "este no se va de aquí hasta que llegue la Policía'. Ellos pensaban que yo no me acuerdo, pero sí, porque la cocaína me tenía endurecido el cuerpo pero no mi mente. Estaba lúcido como ningún día antes. Ellos llamaron a la Policía. Quizá eran amigos. Yo declaré que en el tiempo que ocurrieron los hechos yo estaba en Córdoba. La mujer del dealer dijo haberme visto ensangrentado por los rasguños. Cómo hizo eso un año después del crimen. No tengo marcas de rasguño sino de golpes de puño. Después a mi patrón en Córdoba yo no lo pude ubicar; se llama Horacio Villagra pero los informes que vinieron de allá, en parte, facilitaron mi libertad sustitutiva. Hoy estoy acusado del crimen de Yamila, cuyo apellido desconozco, aunque a ella sí la conocía. Vivía en la misma casa donde me detuvieron, con las mismas personas que dicen que me vieron ensangrentado de uñas, un año después del crimen".

Vilte añadió: "Debería pensar muchas cosas, pero la enfermedad casi terminal de mi madre, la prácticamente curación de mis adicciones me llevan a pedir públicamente la impugnación de mi juicio y una investigación justa porque yo ya pagué con 8 meses mi paso por la droga".

La topadora se llevó las pruebas

El 7 de febrero de 2015, el cadáver de Yamila fue encontrado en los pastizales del acceso al barrio El Círculo III. Unas semanas antes, otro cuerpo había sido hallado allí. “Un indigente”, se relativizó.


El nuevo hallazgo provocó la indignación de vecinos, quienes cortaron la ruta 26. Según los primeros testimonios, la mujer fue vista por efectivos policiales que realizaban un rastrillaje a raíz de una denuncia anónima. Inmediatamente se llamó al CIF y, al mismo tiempo, los vecinos de los barrios aledaños no tardaron en congregarse. Fueron cerca de 50 personas, entre niños y adultos, que mantuvieron un corte total por una hora para pedir que desmalecen los terrenos. Vilte cayó preso por una delación telefónica de los dealers que lo habían drogado. El cuerpo de la mujer fue ubicado por una llamada anónima. El joven que no eludió a la Justicia remarca la coincidencia.
Horas después, una topadora se llevó la escena y quizá la verdad de los hechos.

La madre de la víctima comparte

María Marcela, la madre de la Yamila Vega, la víctima, dijo: “No sé si hago bien o mal, pero desde hace semanas me cruzo cara a cara con el supuesto asesino de mi hija. Él, un día, me dio el pésame por Yamila y me juró llorando que jamás le hizo daño. Fueron palabras de hombre, fueron palabras de dolor.
Me di cuenta que mi hija no necesita más injusticias. Hablé con su madre, quien al verme me pidió por favor que no lastime a su hijo.
No, quiero hablar con él -le dije- y fue una conversación contundente.
Como madre entiendo a la suya, y si se va a juicio la verdad puede volver a huir por el descampado donde tiraron a mi hija”. 
 

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