Es raro, pero Blade Runner fue un enorme fracaso de taquilla. Costó US$ 28 millones en 1982 (calculen seis veces más hoy) y apenas recaudó US$ 27 millones. En esos tiempos, los mercados internacionales no eran demasiado definitorios como para salvar comercialmente una película (hoy es diferente). Pero los números indican que resultó mucho más influyente que vista en el momento de su lanzamiento. Y después se transformó en un clásico y en un film de culto, como es obvio, un poco gracias a la revolución del VHS. Hoy todos saben de qué se trata Blade Runner, pero hubo un tiempo -y este redactor lo recuerda- en el que apenas era una señal entre entendidos.
En estas semanas llega la secuela, Blade Runner 2049.
La película es de las más esperadas de la actual temporada por varias razones. La primera -obvia-, saber qué sucedió con Rick Deckard, el detective y ejecutor de androides que Harrison Ford creó para el film original. La segunda, ver qué mundo es el de ese futuro de aquel futuro en el que nadie pensó que podía haber celulares (aunque publicidades en video a toda pared ya son bastante comunes). La tercera, descubrir si esta versión tendrá el peso estético y metafísico de la primera película. Todas dudas, pero de las que llevan gente a las salas.
El nuevo cazador de androides es Ryan Gosling y para destrabar un caso no tiene más remedio que buscar a un retirado: Deckard.
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Es raro, pero Blade Runner fue un enorme fracaso de taquilla. Costó US$ 28 millones en 1982 (calculen seis veces más hoy) y apenas recaudó US$ 27 millones. En esos tiempos, los mercados internacionales no eran demasiado definitorios como para salvar comercialmente una película (hoy es diferente). Pero los números indican que resultó mucho más influyente que vista en el momento de su lanzamiento. Y después se transformó en un clásico y en un film de culto, como es obvio, un poco gracias a la revolución del VHS. Hoy todos saben de qué se trata Blade Runner, pero hubo un tiempo -y este redactor lo recuerda- en el que apenas era una señal entre entendidos.
En estas semanas llega la secuela, Blade Runner 2049.
La película es de las más esperadas de la actual temporada por varias razones. La primera -obvia-, saber qué sucedió con Rick Deckard, el detective y ejecutor de androides que Harrison Ford creó para el film original. La segunda, ver qué mundo es el de ese futuro de aquel futuro en el que nadie pensó que podía haber celulares (aunque publicidades en video a toda pared ya son bastante comunes). La tercera, descubrir si esta versión tendrá el peso estético y metafísico de la primera película. Todas dudas, pero de las que llevan gente a las salas.
El nuevo cazador de androides es Ryan Gosling y para destrabar un caso no tiene más remedio que buscar a un retirado: Deckard.