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Espectacular montaje en la apertura de la 12º edición del Personal Fest

Alrededor de 25 mil personas estuvieron en la apertura en el Club Ciudad de Buenos Aires
Domingo, 12 de noviembre de 2017 16:26

Una vez más, uno de los festivales mayores del país convocó a unas 25.000 personas, esta vez en el Club Ciudad de Buenos Aires, en medio de juegos, teatro de alto impacto, productos, comidas, y sobre todo la gran protagonista de los eventos culturales del nuevo siglo: la música. Y, claro, sus protagonistas. Es que la 12º edición del Personal Fest, tiene artistas como Jack Johnson, Phoenix, Fatboy Slim, Los Fabulosos Cadillacs, PJ Harvey, Seu Jorge presentando Life Aquatic, Mala Rodríguez, The Black Angels, Daughter, Whitney, Neon Indian, Homeshake, Little Jesus, Turf, Poncho, Klub y Benjamín Amadeo.
Cuatro escenarios se montaron para tremendo movimiento, que sólo una gigantesca empresa como Personal puede llevar adelante. Por los dos tablados centrales pasaron figuras nacionales e internacionales y en los otros, grupos de la escena indie y emergente nacional con bandas como Callate Mark, Banda de Turistas, Diosque, Bandalos Chinos, Francisca y los Exploradores, El General Paz & La Triple Frontera, Rayos Láser, Chucky de Ipola, Viva Elástico, OK Pirámides, Altocamet, Orion XL, Weste, Boomerang, Anetol Delmonte, Místicos y Cítrico.
¿Será el festival más grande de la Argentina? Aunque en febrero de este año se hizo una versión del Personal Fest que convocó a un número menor de personas, en años anteriores respondía más numerosamente. El nuevo predio acerca a la gente y todo, a pesar de las dimensiones, parece más cercano. Así se pudo sentir en la pista, donde el público argentino devuelve como ningún otro el aporte de los artistas a las escenas de la vida diaria de un ciudadano del nuevo milenio.
La música acompaña, gracias a las nuevas tecnologías, la mayoría de los momentos de las personas. Se evidencia en los abrazos de dos amigas que se dicen: “¿Te acordás?”, rememorando vaya a saber qué gracias a la voz del bueno de Jack Jhonson que canta desde el escenario uno de sus hits. “En las ciudades de varios millones de personas, estos conciertos son como rituales chamánicos”, comenta un compañero periodista en la carpa montada especialmente para la prensa, cuando las chicas ya llegan hasta las lágrimas.
Por esa carpa pasaron las grandes figuras del rock y tuvimos la oportunidad de dialogar con la Mala Rodríguez -la nota completa se encuentra en la página web de El Tribuno- quien se admiraba de cómo sus palabras pueden describir la situación de cualquier mujer de cualquier parte el mundo. “Me emocionan las cosas simples, que le pasan a una persona común”, dice la cantante respecto a las semillas que contienen sus letras.
Junto al “Klub”, la banda de amigos que reversionan el reggae y el ská nacional, cantó, entre otros, Marcelo “Chelo” Delgado, guitarrista y voz de la recordada “Zimbabwe”. Ha regresado a la escena y prometió volver para cantar en Salta. “Es una deuda mía”, confesó.
Por la escena de más de 300 metros de largo pasaron los Turf que cada vez se parecen más a ellos mismos, también los Illya Kuryaki, con un Dante Spinetta y un Adrián Horvilleur siempre efectivos.
La noche cerró con las figuras más convocantes de la primera jornada: Paramore, la banda que comanda la ahora blonda Hayley Williams, y Jack Jhonson, siempre acompañado por el bajista Merlo Podlewski, el baterista Adam Topol y el tecladista Zach Gill, que también pone su voz sosegada.
Como sabemos, Hayley cambió todo Paramore, que ahora suena un poco más extraño. Esto no le molesta a su público millenial, que no para de saltar, con los mismos brillitos de make up que la artista.
Dispuesto a surfear la ola que había desatado Hayley, el hawaiano Jhonson salió en sandalias, despertando con cada gesto olas de suspiros en el público femenino. Finalmente se llevó la noche. Es que propuso clásicos de su cancionero como Sitting Waiting, Wishing, Banana, Upside Down y otros que lograron una intimidad especial con el público. “¿Es la última?”, pidió en inglés. Y el público se fue más que satisfecho.

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Una vez más, uno de los festivales mayores del país convocó a unas 25.000 personas, esta vez en el Club Ciudad de Buenos Aires, en medio de juegos, teatro de alto impacto, productos, comidas, y sobre todo la gran protagonista de los eventos culturales del nuevo siglo: la música. Y, claro, sus protagonistas. Es que la 12º edición del Personal Fest, tiene artistas como Jack Johnson, Phoenix, Fatboy Slim, Los Fabulosos Cadillacs, PJ Harvey, Seu Jorge presentando Life Aquatic, Mala Rodríguez, The Black Angels, Daughter, Whitney, Neon Indian, Homeshake, Little Jesus, Turf, Poncho, Klub y Benjamín Amadeo.
Cuatro escenarios se montaron para tremendo movimiento, que sólo una gigantesca empresa como Personal puede llevar adelante. Por los dos tablados centrales pasaron figuras nacionales e internacionales y en los otros, grupos de la escena indie y emergente nacional con bandas como Callate Mark, Banda de Turistas, Diosque, Bandalos Chinos, Francisca y los Exploradores, El General Paz & La Triple Frontera, Rayos Láser, Chucky de Ipola, Viva Elástico, OK Pirámides, Altocamet, Orion XL, Weste, Boomerang, Anetol Delmonte, Místicos y Cítrico.
¿Será el festival más grande de la Argentina? Aunque en febrero de este año se hizo una versión del Personal Fest que convocó a un número menor de personas, en años anteriores respondía más numerosamente. El nuevo predio acerca a la gente y todo, a pesar de las dimensiones, parece más cercano. Así se pudo sentir en la pista, donde el público argentino devuelve como ningún otro el aporte de los artistas a las escenas de la vida diaria de un ciudadano del nuevo milenio.
La música acompaña, gracias a las nuevas tecnologías, la mayoría de los momentos de las personas. Se evidencia en los abrazos de dos amigas que se dicen: “¿Te acordás?”, rememorando vaya a saber qué gracias a la voz del bueno de Jack Jhonson que canta desde el escenario uno de sus hits. “En las ciudades de varios millones de personas, estos conciertos son como rituales chamánicos”, comenta un compañero periodista en la carpa montada especialmente para la prensa, cuando las chicas ya llegan hasta las lágrimas.
Por esa carpa pasaron las grandes figuras del rock y tuvimos la oportunidad de dialogar con la Mala Rodríguez -la nota completa se encuentra en la página web de El Tribuno- quien se admiraba de cómo sus palabras pueden describir la situación de cualquier mujer de cualquier parte el mundo. “Me emocionan las cosas simples, que le pasan a una persona común”, dice la cantante respecto a las semillas que contienen sus letras.
Junto al “Klub”, la banda de amigos que reversionan el reggae y el ská nacional, cantó, entre otros, Marcelo “Chelo” Delgado, guitarrista y voz de la recordada “Zimbabwe”. Ha regresado a la escena y prometió volver para cantar en Salta. “Es una deuda mía”, confesó.
Por la escena de más de 300 metros de largo pasaron los Turf que cada vez se parecen más a ellos mismos, también los Illya Kuryaki, con un Dante Spinetta y un Adrián Horvilleur siempre efectivos.
La noche cerró con las figuras más convocantes de la primera jornada: Paramore, la banda que comanda la ahora blonda Hayley Williams, y Jack Jhonson, siempre acompañado por el bajista Merlo Podlewski, el baterista Adam Topol y el tecladista Zach Gill, que también pone su voz sosegada.
Como sabemos, Hayley cambió todo Paramore, que ahora suena un poco más extraño. Esto no le molesta a su público millenial, que no para de saltar, con los mismos brillitos de make up que la artista.
Dispuesto a surfear la ola que había desatado Hayley, el hawaiano Jhonson salió en sandalias, despertando con cada gesto olas de suspiros en el público femenino. Finalmente se llevó la noche. Es que propuso clásicos de su cancionero como Sitting Waiting, Wishing, Banana, Upside Down y otros que lograron una intimidad especial con el público. “¿Es la última?”, pidió en inglés. Y el público se fue más que satisfecho.

 

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