Rivadavia es el departamento de mayor superficie de Salta, con 25.951 km2, una población de 30.300 habitantes y una necesidad impostergable para convertirse en un territorio productivo. La población es predominantemente rural (88,3%). Según el índice de necesidades básicas insatisfechas, es el más pobre de Salta (81,3%) y es el segundo más pobre del país, después de Ramón Lista, de Formosa. Por condiciones naturales, es un departamento ganadero. Dispone de 1.400.000 hectáreas en condiciones de ser desarrolladas. Con tecnología adecuada, el rodeo bovino podría llegar de 130 mil a 850.000 cabezas y el de ganado menor a 350.000 cabezas. Para lograrlo hacen falta visión de futuro y decisión política.
En primer lugar, es imprescindible un reordenamiento territorial, para definir los espacios que pueden desarrollarse, y un reordenamientio inmobiliario para evitar equívocos sobre la propiedad de las tierras. Sin embargo, de acuerdo a lo que manifiestan los pobladores, será necesario modificar también los criterios productivos. Un desarrollo rural de Rivadavia, que contiene la mitad de las 3.000.000 de hectáreas que Urtubey ofreció a la presidenta de Suiza, debe garantizar mejoras en calidad de vida para los treinta mil pobladores actuales y para los que vayan a radicarse una vez que las fincas empiecen a atraer inversiones en riego, agua potable, servicios sanitarios, nuevas escuelas, educación tecnológica, telefonía celular, caminos y todos los beneficios de la civilización.
Rivadavia estuvo, desde el comienzo, en el corazón del Plan Belgrano. Las obras en marcha, dentro del Plan Habitat, son una parte. Pero lo que deberá ser política de Estado es la plena inclusión, a través de la educación, el trabajo y las comunicaciones.
El potencial de este departamento es comparable a los sitios privilegiados de la “pampa gringa”, donde además de ganadería y agricultura creció la industria metalmecánica, el comercio y las universidades.
El Chaco salteño tiene posibilidades reales de desarrollo en las próximas décadas, si se contempla, además, la salida de la producción hacia Brasil, Paraguay, Bolivia y los puertos del Pacífico.
Es decir, el cambio de chip debe llevar a estudiar las demandas de esos mercados,
Y, para los inquietos por el ambiente, la experiencia demuestra que el desarrollo sustentable es el método más eficaz para preservar los ecosistemas.
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Rivadavia es el departamento de mayor superficie de Salta, con 25.951 km2, una población de 30.300 habitantes y una necesidad impostergable para convertirse en un territorio productivo. La población es predominantemente rural (88,3%). Según el índice de necesidades básicas insatisfechas, es el más pobre de Salta (81,3%) y es el segundo más pobre del país, después de Ramón Lista, de Formosa. Por condiciones naturales, es un departamento ganadero. Dispone de 1.400.000 hectáreas en condiciones de ser desarrolladas. Con tecnología adecuada, el rodeo bovino podría llegar de 130 mil a 850.000 cabezas y el de ganado menor a 350.000 cabezas. Para lograrlo hacen falta visión de futuro y decisión política.
En primer lugar, es imprescindible un reordenamiento territorial, para definir los espacios que pueden desarrollarse, y un reordenamientio inmobiliario para evitar equívocos sobre la propiedad de las tierras. Sin embargo, de acuerdo a lo que manifiestan los pobladores, será necesario modificar también los criterios productivos. Un desarrollo rural de Rivadavia, que contiene la mitad de las 3.000.000 de hectáreas que Urtubey ofreció a la presidenta de Suiza, debe garantizar mejoras en calidad de vida para los treinta mil pobladores actuales y para los que vayan a radicarse una vez que las fincas empiecen a atraer inversiones en riego, agua potable, servicios sanitarios, nuevas escuelas, educación tecnológica, telefonía celular, caminos y todos los beneficios de la civilización.
Rivadavia estuvo, desde el comienzo, en el corazón del Plan Belgrano. Las obras en marcha, dentro del Plan Habitat, son una parte. Pero lo que deberá ser política de Estado es la plena inclusión, a través de la educación, el trabajo y las comunicaciones.
El potencial de este departamento es comparable a los sitios privilegiados de la “pampa gringa”, donde además de ganadería y agricultura creció la industria metalmecánica, el comercio y las universidades.
El Chaco salteño tiene posibilidades reales de desarrollo en las próximas décadas, si se contempla, además, la salida de la producción hacia Brasil, Paraguay, Bolivia y los puertos del Pacífico.
Es decir, el cambio de chip debe llevar a estudiar las demandas de esos mercados,
Y, para los inquietos por el ambiente, la experiencia demuestra que el desarrollo sustentable es el método más eficaz para preservar los ecosistemas.