Otro terrible episodio de sangre, sin piedad y con extremos de violencia que llegan a cobrarse la vida de jóvenes de solo 17 años, se produjo ayer en Tartagal. El norte provincial vuelve a ser epicentro de cruentos hechos que terminaron en un nuevo homicidio. Una vez más, el arma blanca fue la elegida para matar. Al cabo de algunas horas, los policías norteños detuvieron a un sospechoso quien quedó a disposición de la Justicia.
“Pérdida de conocimiento, vida vegetativa y sin pulso”; con ese trágico diagnóstico fue trasladado el joven de 17 años, identificado por fuentes oficiales como Emiliano Jurado. Según la misma fuente, la víctima vivía en uno de los pasajes del barrio Nacional en Tartagal. El nuevo homicidio trascendió en las primeras horas de ayer cuando un vecino del barrio Nueva Esperanza, donde se produjo el ataque, alertó a los de azul.
Uniformados de la Comisaría 45 de la ciudad fronteriza recepcionaron el mensaje de alerta y de inmediato un móvil se dirigió al lugar. En una de las veredas del barrio, una mujer de 30 años que caminaba por la zona divisó al joven malherido, quien inconsciente padecía el tremendo dolor, en sus alrededor un enorme charco de sangre exponía una escalofriante escena. En medio de una supuesta gresca contra otro muchacho, recibió una fatal puñalada a la altura del pecho en la parte derecha, habría intentado seguir pero tras la gravedad de su estado se desplomó en el suelo.
A medida que la joven se fue acercando al lugar del supuesto crimen, luego de salir unas cuadras antes de su casa, fue sacando su teléfono móvil presta a contar lo que estaba presenciando. El temor y esas sensaciones de impotencia por salvar la vida de una persona se apoderaron de la alertante quien a esa hora de la mañana -cerca de las 5.30- había salido a buscar a su hermano y se encontró con un muchacho prácticamente sin vida. Emiliano Jurado se encontraba tirado en la calle San Silvestre entre Santa Rita y Santa Rosa.
Los policías, los primeros en llegar, solicitaron una ambulancia para que el joven sea trasladado de urgencia al hospital local. Luego siguieron con las tareas de rigor anoticiando al fiscal de turno sobre lo ocurrido en dicha intersección del barrio Nueva Esperanza. A cargo de las actuaciones legales de la investigación está el doctor Pablo Cabot, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, quien ordenó que se haga presente en el lugar personal de Criminalística y el cuerpo del joven sea revisado por el médico legal.
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Otro terrible episodio de sangre, sin piedad y con extremos de violencia que llegan a cobrarse la vida de jóvenes de solo 17 años, se produjo ayer en Tartagal. El norte provincial vuelve a ser epicentro de cruentos hechos que terminaron en un nuevo homicidio. Una vez más, el arma blanca fue la elegida para matar. Al cabo de algunas horas, los policías norteños detuvieron a un sospechoso quien quedó a disposición de la Justicia.
“Pérdida de conocimiento, vida vegetativa y sin pulso”; con ese trágico diagnóstico fue trasladado el joven de 17 años, identificado por fuentes oficiales como Emiliano Jurado. Según la misma fuente, la víctima vivía en uno de los pasajes del barrio Nacional en Tartagal. El nuevo homicidio trascendió en las primeras horas de ayer cuando un vecino del barrio Nueva Esperanza, donde se produjo el ataque, alertó a los de azul.
Uniformados de la Comisaría 45 de la ciudad fronteriza recepcionaron el mensaje de alerta y de inmediato un móvil se dirigió al lugar. En una de las veredas del barrio, una mujer de 30 años que caminaba por la zona divisó al joven malherido, quien inconsciente padecía el tremendo dolor, en sus alrededor un enorme charco de sangre exponía una escalofriante escena. En medio de una supuesta gresca contra otro muchacho, recibió una fatal puñalada a la altura del pecho en la parte derecha, habría intentado seguir pero tras la gravedad de su estado se desplomó en el suelo.
A medida que la joven se fue acercando al lugar del supuesto crimen, luego de salir unas cuadras antes de su casa, fue sacando su teléfono móvil presta a contar lo que estaba presenciando. El temor y esas sensaciones de impotencia por salvar la vida de una persona se apoderaron de la alertante quien a esa hora de la mañana -cerca de las 5.30- había salido a buscar a su hermano y se encontró con un muchacho prácticamente sin vida. Emiliano Jurado se encontraba tirado en la calle San Silvestre entre Santa Rita y Santa Rosa.
Los policías, los primeros en llegar, solicitaron una ambulancia para que el joven sea trasladado de urgencia al hospital local. Luego siguieron con las tareas de rigor anoticiando al fiscal de turno sobre lo ocurrido en dicha intersección del barrio Nueva Esperanza. A cargo de las actuaciones legales de la investigación está el doctor Pablo Cabot, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, quien ordenó que se haga presente en el lugar personal de Criminalística y el cuerpo del joven sea revisado por el médico legal.
Familiar
Fuentes cercanas al diario señalaron que el individuo que terminó con la vida de Jurado sería un primo del malogrado joven; testigos que declararon en la causa indicaron que el presunto criminal, quien peleó con la víctima, es un tal “Jaime”, sin embargo fuentes oficiales hasta el momento no dieron a conocer ni los motivos que generaron la discusión entre los primos ni el nombre del sospechoso.
Al parecer discutieron por algo o alguien, la bronca comenzó con fuertes insultos entre uno y otro para transformarse luego en un reto físico donde el tal “Jaime” decidió sacar un cuchillo y apuñalar a su circunstancial oponente. Si bien fuentes judiciales confirmaron que la lucha entre los jóvenes se dirimió en la vía pública, había algunas dudas y trascendidos que los muchachos habrían estado en el interior de una casa bebiendo, lo que hasta el momento no se pudo confirmar. Lo cierto es que Jurado fue hallado por una mujer tendido en la vereda de la calle San Silvestre del barrio Nueva Esperanza.
Zona caliente
Tartagal, como otras ciudades y localidades del norte salteño, se ha caracterizado no solo por ser una zona fronteriza caliente en materia de narcotráfico; a decir verdad, la frontera más ardiente del país respecto al narcotráfico, sino también por los distintos y sistemáticos hechos de violencia e inseguridad que allí se presentan.
Una zona, en general en el interior, donde los cuchillos, las puntas y armas blancas son utilizadas en combates o grescas entre bandos disidentes. Como consecuencia de esos enfrentamientos armados es que resultan acuchillados y heridos de muerte las personas.