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Prepararse para el almacenamiento de granos

Los problemas de poscosecha se reducen notablemente después de guardar los granos secos, sanos y limpios.
Martes, 21 de noviembre de 2017 16:22

Por Mauricio Santa Juliana (Ing. Agrónomo del INTA Manfredi y Ricardo Bartosik (Ing. Agrónomo INTA Balcarce).

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Por Mauricio Santa Juliana (Ing. Agrónomo del INTA Manfredi y Ricardo Bartosik (Ing. Agrónomo INTA Balcarce).

El almacenamiento de granos es una etapa donde no siempre prestamos atención, durante la misma es muy difícil detectar las pérdidas ya que, en general, no se compara la calidad y el peso de los granos al entrar y salir de los silos para saber si hubo pérdidas. Estimaciones hechas por expertos indican que en promedio esas pérdidas están en el orden de 6 a 8%. Este porcentaje representa una pérdida de rentabilidad muy significativa.
Por tal motivo, todas las recomendaciones se basan en un esquema preventivo, con lo cual se disminuyen los riesgos de deterioro y los costos de almacenamiento.
El principio del almacenamiento es guardar los granos secos, sanos y limpios. Una vez logrado esto, los problemas de poscosecha se reducen notablemente. Son tan importantes las características y condiciones de los granos al entrar al sistema, como la tecnología de poscosecha en sí misma. Cuando se guardan granos sucios (tierra, impurezas, etc.) y con daño mecánico, se favorece el ataque de hongos, bacterias, insectos y ácaros. Los procesos de deterioro se aceleran.
 
Almacenamiento y calidad
El almacenamiento de granos es una actividad en la que se debe invertir tiempo suficiente para controlar todo el proceso y tiene como objetivo fundamental la conservación de la calidad inicial de los granos cosechados hasta su entrega, al menor costo posible.
En este sentido, es muy importante destacar cuatro condiciones indispensables para una buena conservación de granos durante su almacenamiento:
- Sanidad.
- Limpieza.
- Aireación.
- Monitoreo (control).
En general, el deterioro de los granos no se manifiesta con eventos visibles, como son: la pérdida de poder germinativo, disminución de peso hectolítrico y acidez de la materia grasa. Muchas veces este tipo de deterioro en peso y calidad pasa desapercibido y, al momento en que se hace visible, ya es tarde para tomar una decisión y las pérdidas económicas son más significativas.
En los sistemas tradicionales -entre los que se encuentran los silos de chapa, celdas, silos malla de alambre, galpones, etc.- la primera consideración para evitar el deterioro es que los granos deben almacenarse a humedad de recibo. A medida que sobrepasamos dicho umbral de humedad aumenta el deterioro, principalmente causado por el desarrollo de hongos, levaduras y bacterias. Estos microorganismos necesitan de humedad para crecer y, a medida que se van desarrollando, aumentan su tasa de respiración y aumentan la temperatura de la masa de los granos. Esto es muy importante, ya que el incremento de temperatura de los granos ocurre casi exclusivamente por la respiración de los microorganismos, principalmente hongos (Aspergillus, Penicilum, Fusarium, etc.).
El almacenaje de grano húmedo es un aspecto que frecuentemente constituye un problema a la hora de cosechar, debiendo considerarse el aspecto tanto económico como logístico.
Exige una programación de actividades más ardua que cosechar grano seco, ya que el ritmo de cosecha debería ir acompañado por un mismo ritmo de secado, el cual depende, además, del sistema de secado, de la humedad inicial del grano y de la posibilidad de contar con la infraestructura de secado (secadoras en diferentes diseños y principios de funcionamiento).
Si se cuenta con secadoras, generalmente, no se puede secar al mismo ritmo que se cosecha, por lo cual se debe contar con instalaciones adecuadas para manejar el grano ‘húmedo‘ hasta que pueda ser secado. En este caso las instalaciones deben contar, además de la secadora, de un sistema de aireación que nos permita mantenerlos fríos a esos granos por un tiempo determinado, hasta pasarlos a la secadora.
 
La aireación es clave
El principal objetivo de la aireación es controlar la temperatura del granel: enfriarlo y uniformarlo. Mientras que un sistema de secado nos permite eliminar la humedad excesiva de los granos en el corto plazo. Por tal motivo es importante, a la hora de diseñar la planta de silos, saber que los ventiladores para secado deben tener un caudal de aire muy superior a los de aireación. Además, los techos de los silos deben tener las ventilaciones necesarias para permitir la salida del mismo caudal de aire que el que entra.
Para hacer más eficiente el proceso de aireación lo adecuado es ingresar grano limpio para evitar la acumulación de material fino en el centro del granel (dificulta el pasaje de aire). En algunos casos conviene colocar desparramadores de granos (evita la acumulación de material fino en el centro del granel). Además, el uso de termometría es esencial para detectar posibles aumentos de temperatura en el granel. Otro aspecto a considerar son las condiciones del aire ambiente para airear: la humedad relativa (H.R.) debe ser inferior a 70%, o de lo contrario, cuando se cuente con 5° C o más de diferencia de temperatura entre el aire que entra y el grano (aire más frío que el grano), independientemente de la H.R. del aire.

Estricto control de insectos

Por otra parte, es necesario en este tipo de almacenamiento hacer un control estricto de los insectos, ya que perjudican en gran proporción a los granos. Realizar una buena limpieza y desinfección de las instalaciones previo al ingreso del grano; realizar tratamientos preventivos en el grano; utilizar la termometría y la toma de muestras como una herramienta de diagnóstico temprano de posibles focos de infección de insectos. Es muy importante no exceder las dosis de insecticidas recomendadas para evitar la contaminación de los granos.
En el almacenamiento de granos en silobolsas se requiere un adecuado llenado para expulsar la mayor cantidad de aire posible, no dejando ‘floja‘ la bolsa ni tampoco sobrepasando la capacidad de estiramiento aconsejada por los fabricantes.
El lugar donde se ubica la bolsa debe ser lo más alto posible, lejos de cualquier factor de rotura. El piso debe ser firme y liso, para que permita un buen armado de la bolsa y no se rompa en la parte inferior. Esto también facilita el vaciado de la misma.
Como regla general, la humedad con la cual se deben almacenar los granos no debe sobrepasar la humedad base para la comercialización. Cuanto menor es la humedad del grano, mejor será la conservación y mayor el tiempo disponible para guardarlos. Cuando se trata de semillas, las condiciones son aún más estrictas. Lo mismo que para el almacenamiento tradicional, la calidad inicial del grano juega un papel determinante para la eficiencia de este sistema de almacenamiento.
El aumento de la temperatura y el contenido de humedad de los granos actúan favoreciendo los procesos de deterioro. La temperatura puede variar con la ubicación geográfica o de acuerdo con la época del año. 

Control de calidad

El control de calidad que se realiza de manera oportuna y bien dirigido disminuye considerablemente los riesgos. 
La base de un buen control de calidad, para todos los sistemas de almacenamiento está en conocer perfectamente la calidad inicial de los granos en el momento de almacenarlos (humedad, daño, impurezas, etc.) y no descuidar la inocuidad de los mismos durante todo el proceso de almacenamiento. De esta manera se pueden conseguir buenos resultados.

 

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