¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

14°
18 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Familiares, entre el dolor, la esperanza y las fuertes críticas

“Tengo mucho dolor por las decisiones que se tomaron”, dijo Elena, hermana de un salteño.
Jueves, 23 de noviembre de 2017 00:00

Elena, hermana del salteño Cristian Ibáñez, habló ayer con los periodistas en medio de un llanto incontenible. La tristeza, las lágrimas y la incertidumbre se repotencian en el recinto que alberga a los alrededor de 200 familiares que ya hay, en la Base Naval de Mar del Plata. Ahí, la desazón era notoria, pero en los corazones la llama de la esperanza seguía vigorosa, a pesar de las características del trance.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Elena, hermana del salteño Cristian Ibáñez, habló ayer con los periodistas en medio de un llanto incontenible. La tristeza, las lágrimas y la incertidumbre se repotencian en el recinto que alberga a los alrededor de 200 familiares que ya hay, en la Base Naval de Mar del Plata. Ahí, la desazón era notoria, pero en los corazones la llama de la esperanza seguía vigorosa, a pesar de las características del trance.

"Tengo mucho dolor por las decisiones que se tomaron, pero igual esperamos un milagro. Que mi hermano aparezca con todos sus compañeros. Lo queremos de vuelta con nosotros", fueron las palabras de Elena Alfaro, hermana de uno de los siete salteños que junto con otras 43 personas son miembros de la tripulación del submarino ARA San Juan.

Visiblemente conmovida, la mujer expresó la angustia y tristeza que la invaden en este momento "crítico", tal cual lo describió la Armada Argentina por la posible falta de oxígeno en la nave.

"No quiero estar adentro, quería salir y expresar lo que sentimos, lo que mi hermano no puede decir", dijo la mujer, que tras llegar a la base naval de Mar del Plata no soportó la espera y salió para hablar con los medios que esperaban dialogar con alguno de los familiares. "Siento que estar ahí adentro es como estar esperando un velorio.Yo no lo quiero enterrar a mi hermano. Lo quiero conmigo", dijo sin dejar de llorar.

Tras los últimos partes que difundió la Armada donde se informaba que la situación en este séptimo día entra en una "fase crítica", Elena, consciente de esto, dijo: "En el fondo, siento que va a volver, pero también soy consciente de que el tiempo pasa y que para ellos es crucial", agregó.

"Tengo mucho dolor por las decisiones que se tomaron porque hicieron tanto protocolo. Quisiera saber si el protocolo me lo va a devolver. Quisiera saber si el protocolo va a traer a los 44 tripulantes", resaltó.

Cristian nació en Salta pero desde hace varios años vive en Mar del Plata junto a Fernanda Valaco, su mujer, y su hija de 8 años. Según cuenta su hermano, el cabo principal del San Juan es un tipo "responsable", dos años mayor que él, que se enlistó luego de que la Armada fuera a reclutar gente a Salta, especializándose en radares.

Más cuestionamientos

Federico, el otro hermano de Cristian Ibáñez, llegado ayer desde Rosario -junto con Elena- para acompañar a su madre que se hospeda en la base naval de Mar del Plata a la espera de noticias de su hijo.

"Desde que nos dijeron que había desaparecido afirmaron que, por protocolo, el submarino debía estar en superficie, pero es solo una suposición. Si están buscando un submarino y no un barco, ¿por qué no lo buscaron desde un primer momento bajo el agua?", cuestionó Federico.

Los dos hermanos evaluaron que las 48 horas de espera hasta el inicio de la búsqueda y el rastreo por superficie fueron factores que demoraron el hallazgo del sumergible.

"Tengo mucho dolor por las decisiones que se tomaron. Tanto protocolo, y ahora quién nos lo devuelve", se lamentó entre lágrimas Elena.

Otra de las críticas que esgrimieron fue la "demora" en aceptar la ayuda internacional. "Si hubiesen aceptado la ayuda apenas se supo (sobre) la comunicación, ya los habrían encontrado. Perdieron el tiempo por seguir el protocolo. Desde un principio tendrían que haber aceptado la ayuda que no hay acá", opinó el hermano de Ibáñez.

"Acepto la realidad, pero me queda una impotencia, porque esto podría haber terminado bien más allá de lo que haya sucedido, que es un accidente. Los hubiesen buscado primero por abajo y después por arriba, ese es mi punto de vista", argumentó.

Para los familiares "la angustia de vivir en la incertidumbre es lo peor" y "es impresionante que haya pasado tanto tiempo y aún no sepamos nada".

Federico contó que su hermano le había mandado fotos a su madre desde Ushuaia, desde donde zarpó el ARA San Juan, y le había pedido que lo espere en el puerto de Mar del Plata, donde aún lo aguardan una hija y esposa.

"Mi madre es una persona de fe, pero si llega a suceder (lo peor) le puede hacer mucho daño a mi hermana y a mi madre, porque ellos quieren creer. Yo también creo, pero estaría más tranquilo si se hubiera hecho todo lo que creo que debía hacerse. Que los busquen ahora sabiendo que no queda tiempo me da bronca", sintetizó. "Aquí, en la base naval es como un velorio, están todos en silencio, callados, no se dice más nada de lo que se ve en la tele", detallaron los hermanos sobre lo que sintieron apenas cruzaron la puerta del salón en el que están los familiares.

El mensaje de un niño

La esposa del suboficial segundo Cayetano Vargas describió las terribles horas que debe pasar con sus dos hijos varones a la espera de noticias.

Vargas es un sanjuanino que vive desde hace años en Mar del Plata. Está casado con Karina y tiene dos hijos varones.

Karina aseguró sentirse enojada con la Armada, que, según sus palabras, se encuentra atada a ciertos protocolos que entorpecieron la búsqueda. Así, afirmó que decidió no ir a la base naval de Mar del Plata: "Prefiero estar con mi familia en mi casa".

Asimismo, Karina reveló que este viaje de su marido le dio "mala espina", algo que no le había ocurrido nunca con las salidas de Vargas. "Tengo miedo. Es la primera vez que lo sueño en su camino a Ushuaia. Nunca tuve malas sensaciones, pero esta vez lo vi llegando a casa antes de tiempo. Me saludó y le hice un chiste para que se haga cargo de los chicos, así yo podía salir", explicó la mujer.

.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD