Pensar que sólo en los clubes grandes hay barras y, por ende, cualquiera puede correr peligro al ir a la cancha es un error. Y enorme. No importa el lugar, tampoco el partido: La violencia en el fútbol suele decir presente muy seguido. Esta vez fue en el partido que, el último sábado, disputaron Patronato de Paraná, Entre Ríos, y Unión de Santa Fe. Pero no se trató de un choque de hinchadas, tampoco de una interna. No, esta vez, la barra del “Patrón” atacó a un grupo de nenes. Sí, así como lee, niños y adolescentes, de entre 10 y 15 años.
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Pensar que sólo en los clubes grandes hay barras y, por ende, cualquiera puede correr peligro al ir a la cancha es un error. Y enorme. No importa el lugar, tampoco el partido: La violencia en el fútbol suele decir presente muy seguido. Esta vez fue en el partido que, el último sábado, disputaron Patronato de Paraná, Entre Ríos, y Unión de Santa Fe. Pero no se trató de un choque de hinchadas, tampoco de una interna. No, esta vez, la barra del “Patrón” atacó a un grupo de nenes. Sí, así como lee, niños y adolescentes, de entre 10 y 15 años.
Todo comenzó cuando integrantes de la llamada “Barra Fuerte”, una facción de la hinchada de Patronato, divisó en la tribuna visitante a un grupo de chicos con una bandera roja con letras blancas. Inmediatamente, supusieron que eran hinchas de Unión infiltrados. Y fueron por ellos.
Y su presencia no era casual. Moyano era uno de los profesores que supervisaba a la delegación de 35 chicos y cinco adultos que forman parte del Deportivo Strobel, una escuelita de fútbol del Departamento de Diamante (ciudad entrerriana) y apodada como “Los Gurises”, y que había sido especialmente invitada por los dirigentes de Patronato en el marco de un programa del Ministerio de Desarrollo Social de Entre Ríos.
“Para más de uno de nuestros chicos esa fue la imagen y la experiencia que se llevan tras pisar por primera vez un estadio”, agregó Moyano en diálogo con el Diario Uno de Entre Ríos. Y agregó: “La bandera que llevábamos, en donde se menciona justamente el programa, se prestó a confusión porque ellos pensaron que era de Unión. Al poco tiempo, vimos ingresar unos 50 tipos. Primero le comenzaron a gritar a un hincha, pero después subieron y es como si se olvidaron del hombre y empezaron a atacarnos”.
Y su relato continuó. “Nosotros intentábamos reunir a los chicos, y ahí comenzaron a decirnos que nos fuéramos. Nos levantaban a los chicos por el cuello y al intentar defenderlos, comenzaron a golpearnos”, añadió. Fue tal la violencia que ocho de los nenes terminaron siendo atendidos en el Hospital Materno Infantil San Roque y uno de los acompañantes debió ser derivado, por las heridas que presentaba, al Hospital San Martín.