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Gravísimas acusaciones contra el jefe de Bomberos Voluntarios

Corregidor fue acusado por amenazas de muerte e instigación al suicidio.
Sabado, 04 de noviembre de 2017 00:00

La historia es triste, rayana en lo espantoso. Los hechos fríos dan cuenta de que el 25 de septiembre pasado el joven Víctor Tebes (20), residente en una finca de Rosario de Lerma, harto de los malos tratos y las penurias que les hacia pasar el jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios local, Serafín Corregidor, tanto a él como a todos sus pares, comenzó a reclamarle la situación a grandes voces en la puerta de la institución.

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La historia es triste, rayana en lo espantoso. Los hechos fríos dan cuenta de que el 25 de septiembre pasado el joven Víctor Tebes (20), residente en una finca de Rosario de Lerma, harto de los malos tratos y las penurias que les hacia pasar el jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios local, Serafín Corregidor, tanto a él como a todos sus pares, comenzó a reclamarle la situación a grandes voces en la puerta de la institución.

Las versiones dicen que Corregidor se encontraba en su oficina y, a pesar de ser advertido de la situación, no le prestó la más mínima atención al reclamo del joven Tebes, quien totalmente fuera de sí se ató una soga al cuello y se subió al techo del galpón que hace de cuartel.

Desde esa situación desesperante y desesperada, Tebes le reclamaba a su jefe ropa de trabajo, borceguíes nuevos, viáticos para poder comer cuando hacían guardia con sus compañeros y por los malos tratos recibidos de manera contumaz, por parte de quien debía contenerlo como miembro de la fuerza de servidores públicos voluntarios.

Ante la impavidez mostrada por su jefe, y a pesar de que sus compañeros, ya alertados por la situación, le pedían que bajase, Víctor saltó al vacío poniendo fin a su vida. A los pocos segundo se apagó la luz de la oficina de Corregidor y el jefe desapareció del lugar.

Las acusaciones formales

Anteayer se hicieron presentes en la redacción de El Tribuno la señora Zulma Benítez, madre de Víctor, otros parientes y el abogado Luis Segovia, quien radicó en la Fiscalía Penal rosarina una denuncia contra Corregidor por instigación al suicidio y también amenazas de muerte.

Este segundo ítem, según el abogado, se agregó ante las insistentes versiones de los compañeros de Tebes acerca de que el jefe tenía por costumbre desenvainar un arma de fuego que suele llevar en la cintura y ponérsela en la sienes a los chicos cuando esbozaban algún reclamo.

"Ahora dicen que mi hijo era borracho y drogadicto, cuando nunca tenía tiempo para tomar nada con los amigos, porque trabajaba en una pequeña huerta que tenía en nuestra casa y el resto del tiempo se lo pasaba en el cuartel", relató doña Zulma con lágrimas en los ojos.

Agregó que más de una vez, "ante la crítica situación de falta de equipamiento de los bomberos, se cosía los borcegos con alambre y remendaba el mameluco. Otra veces, con zapatillas tenían que salir a apagar incendios o a atender cualquier otra emergencia".

Pero lo más duro del testimonio de la madre fue cuando dijo que "en invierno, muchas veces con mi otros hijos tuvimos que amontonarnos para dormir en una sola cama, porque él se llevaba algunas colchas para taparse él y sus compañeros en el cuartel cuando estaban de guardia, para no pasar tanto frío".

Y sin poder contener el llanto, relató que tampoco entiende el papel que jugó la policía que estuvo presente en el lugar de la tragedia, porque "mis otros hijos lo veían que todavía estaba con vida y querían arrimarse a bajarlo y salvarlo, pero la policía se lo impidió".

"Los agarraron de los pies hasta que Víctor se murió. Y cuando los llamaron a declarar ninguno quiso decir nada", dijo la humilde mujer.

Mucha plata sin rendir

Para terminar de completar el cuadro de los desmanejos cometidos por Corregidor, los familiares de Tebes comentaron que "el hombre almuerza en restaurante y pone nafta a su auto particular con los subsidios que recibe de la Nación, de la Provincia y de la propia comuna rosarina. Eso justifica el nivel de vida que ostenta".

Justamente ayer, por Radio Salta, desde Defensa Civil de la Provincia, Ernesto Flores confirmó que el cuartel recibe un millón de pesos al año de la Nación, un subsidios de $5.000 mensuales de parte de la Provincia para combustible y otros $15.000 mensuales de la comuna rosarina".

O sea que el cuartel de Bomberos Voluntarios de Rosario de Lerma recibe $1.240.000 anuales en subsidios, plata que sin duda no le alcanzaba a Corregidor para comprarle ni ropa de trabajo para sus efectivos, dado que cuando les reponía algo se los cobraba, según el testimonio de la madre de Víctor, doña Zulma Benítez.

 

 

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