El cuarto tercera de la escuela técnica 3.117 Maestro Daniel Oscar Reyes, de barrio San Remo, está feliz. No es para menos, después de ganar el primer puesto por el desarrollo de videojuegos Longtime de la categoría informática, en la Olimpiada Nacional de Innovación, Informática y Telecomunicaciones (Oniet), organizada por la Universidad Blas Pascal en Córdoba, a fines de octubre pasado.
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El cuarto tercera de la escuela técnica 3.117 Maestro Daniel Oscar Reyes, de barrio San Remo, está feliz. No es para menos, después de ganar el primer puesto por el desarrollo de videojuegos Longtime de la categoría informática, en la Olimpiada Nacional de Innovación, Informática y Telecomunicaciones (Oniet), organizada por la Universidad Blas Pascal en Córdoba, a fines de octubre pasado.
Los alumnos Federico Ciccone, Walter Maximiliano Coronel, Facundo Flores, Nicolás Villavicencio y Marianela Carrillo visitaron la redacción de El Tribuno para contar la buena noticia. Los acompañaron los docentes de Informática Ricardo Rojas y Daniel Salva, y la vicedirectora del establecimiento técnico, Claudia Vidal.
Dos de los estudiantes habían participado de la competencia en 2016, por lo que este año se propusieron ir por la revancha. Contagiaron el entusiasmo entre sus compañeros que se sumaron a la iniciativa.
El videojuego Longtime titulado "Engaño" se basó en un cortometraje de terror trabajado el año pasado en la clase de Lengua. "Fuimos transformando la historia para que se ajuste al juego. El programa (RPG Maker) es fácil de utilizar, cuando participamos de la Feria de Ciencias se lo mostramos a los chicos con la idea de que ellos también se animen a programar", contó Federico de 18 años.
Como cada uno tuvo su rol en el armado del videojuego, Walter agregó: "Yo lo traté de alargar más el juego para que tenga más sentido y sea más movido. En la parte de la música, Nicolás trató de buscar que la historia tenga más suspenso y Facundo creó la imagen".
Con respecto a la historia, contó: "Se trata de una persona que tiene doble personalidad. Al comienzo del juego, el que lo juega no se da cuenta, sólo ve a dos personas hablando y que pasan cosas. En el transcurso, descubre que se trata del mismo personaje".
El desafío fue grande. Le dedicaron muchas horas desde abril y valió la pena. Aparte del certamen en sí mismo, los chicos pudieron experimentar otras vivencias, conocer Córdoba y compartir con jóvenes de otras provincias.
Para Nicolás, esto fue genial. "La experiencia con mis compañeros será inolvidable. Además, viajé por primera vez", destacó. Más allá de ser un juego, remarcó que la idea es fomentar que otros chicos aprendan a programar, dado que en Salta hay un déficit en el rubro.
Facundo no pudo viajar a Córdoba, pero se encargó de la programación. A medida que lo hacía iba corrigiendo los errores. Aparte volcó en el invento sus conocimientos de diseño gráfico.
El profesor Salva, sonriente, recordó la incertidumbre que tenían en la previa. "Tuve el privilegio de acompañar a los alumnos. Este premio contagia a los más chicos para que sigan esforzándose y poniendo el nombre del la técnica en alto", dijo.
Por una cuestión de organización y gastos, su colega Daniel Rojas, tutor del proyecto ganador, no viajó para la Oniet, pero sí lo hará a Tecnópolis, del 16 al 19 próximo, acompañando a los alumnos que expondrán en la Feria de Ciencias Nacional.
La vicedirectora Claudia Vidal destacó lo importante que es para la técnica 3.117, que está ubicada en un barrio, este premio. "Es un gran logro que la escuela pueda participar y venir con un primer premio, y cuarto, en el caso de las chicas. Es la semilla para que otros chicos puedan reflejarse y tengan una línea para medirse y saber que pueden", señaló la docente.
Durante seis meses, directivos, docentes y alumnos trabajaron a pulmón para recaudar el dinero para el viaje, la estadía y la comida.
Para el espectro autista
Otro de los proyectos que compitió en la Olimpiada Nacional de Innovación, Informática y Telecomunicaciones fue el de una aplicación para niños con trastornos del espectro autista (TEA) que obtuvo el cuarto puesto.
La alumna Marianela Carrillo tomó su celular, puso en pantalla distintos miembros de la familia en dibujos, apretó la figura de mamá y esta la llevó a una segunda pantalla, donde aparecen una serie de opciones: baño, comida, bebida, entre otras necesidades del niño o niña. Seguidamente eligió una y de forma instantánea se mandó un mensaje de texto al celular de la mamá.
“Los chicos con TEA tienen problemas para comunicarse con las demás personas. A través de un método que ellos utilizan, con las tarjetas o pictogramas, lo que se hizo es cambiar el papel por un dispositivo tecnológico. Estamos muy contentas y nuestra aspiración es patentar la idea y que las familias accedan a esta aplicación”, expresó.
Unos 600 alumnos estudian en la escuela técnica Maestro Reyes, que ofrece orientación en Informática y Electrónica.