¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
19 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Con aplicaciones selectivas se utilizan menos herbicidas

Los sensores de malezas realizan pulverizaciones específicas que ayudan a reducir hasta un 90% los compuestos químicos. 
Miércoles, 08 de noviembre de 2017 16:30

Entre las diversas problemáticas que enfrenta el productor en la actualidad, las malezas ocupan un lugar destacado. Por resistentes y recurrentes, su control plantea un desafío: ser eficientes, al tiempo que sustentables. En este contexto, especialistas del INTA Manfredi, Córdoba, recomiendan el uso de sensores de malezas por su capacidad para realizar aplicaciones específicas y concentradas, sólo sobre las plantas y no sobre el suelo.
De acuerdo con Juan Pablo Vélez técnico del proyecto Agricultura de Precisión del INTA Manfredi resulta “clave” que los productores se perfeccionen en la incorporación de técnicas y tecnologías que hagan más eficiente el combate de las malezas resistentes.
Para esto, el especialista ponderó al detector de malezas por presentar excelentes resultados a campo: “Los sensores realizan un control selectivo; esto aumenta la eficiencia y permite ahorrar hasta un 90 % en herbicidas, con los consecuentes beneficios asociados con la reducción de los costos y del impacto ambiental”.
Estos equipos identifican a las malezas, a partir de los cinco centímetros de alto, y las rocían con el caldo, por lo que la aplicación resulta específica y concentrada. Esta acción tiene numerosos beneficios entre los que se destacan la reducción de desperdicios de herbicidas y la disminución de costos.
Asimismo, Vélez señaló que “esta tecnología reduce considerablemente la deriva, no sólo por el bajo volumen de aplicación sino también por el tipo de rociado de gota grande, con la ventaja de poder trabajar con cierta presencia de viento y disminuir, en gran medida, los riesgos en las aplicaciones periurbanas”.
“Otra aplicación en donde se puede sacar ventajas con esta tecnología agregó el técnico es en la técnica de doble golpe, en la que después de 15 días de aplicación de un hormonal se aplica un desecante”. El primer tratamiento puede realizarse con una cobertura total y la segunda, con el detector de malezas.
En este sentido, el especialista indicó que “existen numerosas variables y combinaciones que dan un sinfín de escenarios posibles para aplicar con detectores de malezas: duración del barbecho, diferentes tipos de malezas, interacciones con cultivos de cobertura o productos residuales, características de los rastrojos, tipo de producto que se aplica”. “Hay que tener en cuenta todo esto para que el productor diseñe su estrategia y pueda sacarle el máximo provecho”, remarcó Vélez.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Entre las diversas problemáticas que enfrenta el productor en la actualidad, las malezas ocupan un lugar destacado. Por resistentes y recurrentes, su control plantea un desafío: ser eficientes, al tiempo que sustentables. En este contexto, especialistas del INTA Manfredi, Córdoba, recomiendan el uso de sensores de malezas por su capacidad para realizar aplicaciones específicas y concentradas, sólo sobre las plantas y no sobre el suelo.
De acuerdo con Juan Pablo Vélez técnico del proyecto Agricultura de Precisión del INTA Manfredi resulta “clave” que los productores se perfeccionen en la incorporación de técnicas y tecnologías que hagan más eficiente el combate de las malezas resistentes.
Para esto, el especialista ponderó al detector de malezas por presentar excelentes resultados a campo: “Los sensores realizan un control selectivo; esto aumenta la eficiencia y permite ahorrar hasta un 90 % en herbicidas, con los consecuentes beneficios asociados con la reducción de los costos y del impacto ambiental”.
Estos equipos identifican a las malezas, a partir de los cinco centímetros de alto, y las rocían con el caldo, por lo que la aplicación resulta específica y concentrada. Esta acción tiene numerosos beneficios entre los que se destacan la reducción de desperdicios de herbicidas y la disminución de costos.
Asimismo, Vélez señaló que “esta tecnología reduce considerablemente la deriva, no sólo por el bajo volumen de aplicación sino también por el tipo de rociado de gota grande, con la ventaja de poder trabajar con cierta presencia de viento y disminuir, en gran medida, los riesgos en las aplicaciones periurbanas”.
“Otra aplicación en donde se puede sacar ventajas con esta tecnología agregó el técnico es en la técnica de doble golpe, en la que después de 15 días de aplicación de un hormonal se aplica un desecante”. El primer tratamiento puede realizarse con una cobertura total y la segunda, con el detector de malezas.
En este sentido, el especialista indicó que “existen numerosas variables y combinaciones que dan un sinfín de escenarios posibles para aplicar con detectores de malezas: duración del barbecho, diferentes tipos de malezas, interacciones con cultivos de cobertura o productos residuales, características de los rastrojos, tipo de producto que se aplica”. “Hay que tener en cuenta todo esto para que el productor diseñe su estrategia y pueda sacarle el máximo provecho”, remarcó Vélez.

Blanco de la luz roja
 Los sensores de malezas cuentan con una fuente activa de luz roja que brilla continuamente en dirección al suelo. Cuando ésta se aplica sobre un material vegetal vivo, la clorofila de la planta absorbe parte de la luz roja y otra parte la emite como luz infrarroja (NIR), que se convierte en la señal que activa la pulverización.
Una vez identificada la planta, el sensor envía una señal eléctrica a la válvula de acción instantánea que debe abrir y un sistema inteligente calcula el retraso necesario para aplicar el producto sobre la maleza. Este sistema, al ser activo, permite pulverizar de día y de noche con la misma eficacia.
Los picos de aplicación se comandan y programan, de manera independiente, desde la consola. “Si bien, actualmente, la computadora que dirige estos equipos posee pocas prestaciones, cuenta con las necesarias para una rápida puesta a punto y salida al campo”, especificó Vélez. Y agregó: “Actualmente, estos equipos no discriminan entre malezas y cultivos, por lo que mayormente es utilizado en tratamientos durante barbecho. Pero, en un futuro no tan lejano serán comunes los equipamientos que, mediante visión artificial, podrán diferenciarlos y determinar a qué especie corresponde la maleza y diseñar el tratamiento con la combinación de productos correctos para dicha población”.

Congreso Nacional de Fitosanitarios

La eficiencia y sustentabilidad en el uso de los fitosanitarios será uno de los temas que se abordarán -los días 14 y 15 de noviembre en Salta- en el primer Congreso Nacional de Fitosanitarios, organizado por el Ministerio de Agroindustria de la Nación, INTA y CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes). Entre los objetivos del congreso se establecen la concientización y capacitación sobre las Buenas Prácticas Agrícolas y, en particular, sobre el uso responsable de los productos fitosanitarios. Además, se apunta a fortalecer los conocimientos técnicos para lograr aplicaciones eficientes y optimizar el proceso de control de plagas, malezas y enfermedades de los cultivos.
El evento está destinado a aplicadores, productores, ingenieros agrónomos, como así también a autoridades provinciales y nacionales. La actividad se divide en dos jornadas, la primera será en un salón en el Centro Cultural América donde habrá disertaciones con la posibilidad de interactuar con el público mediante espacios de preguntas e intercambio de opiniones. Este primer día del Congreso requiere inscripción previa.
La segunda es una jornada a campo abierta al público en la cual se llevará a cabo demostraciones de aplicación, en la EEA Salta del INTA, siguiendo los lineamientos de las Buenas Prácticas Agrícolas.

Malezas de difícil control

La utilización de distintos principios activos o el empleo de glifosato en mezcla o en aplicaciones secuenciales con otros herbicidas permitirían evitar la tendencia al aumento de malezas de difícil control. Las mezclas amplían el espectro de control y añadir residualidad, una característica que no posee el glifosato.
Esto eleva el volumen de aplicación y, con ello, los costos y el impacto ambiental se incrementan; si a eso se le suma un control ineficaz, este costo aumenta por pérdidas en el rendimiento final del cultivo.

 

 

 

 

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Temas de la nota

PUBLICIDAD