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Al 2019 con muletas,¿Y después?

Llegó el ajuste temido, especialmente en las provincias que no supieron ordenar los números. 
Martes, 12 de diciembre de 2017 00:00

Llegar a destino, aunque sea con muletas.

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Llegar a destino, aunque sea con muletas.

En 1975, Ricardo Balbín, por entonces emblemático líder de la Unión Cívica Radical, sostenía que a 1977 había que llegar, "aunque fuera con muletas", en una metáfora que aludía a que la Argentina debía esforzarse por superar los duros obstáculos a los que se enfrentaba por el fuego cruzado entre el terrorismo guerrillero y las organizaciones de extrema derecha, y desembocar en elecciones que posibilitaran un cambio de gobierno, sin vulnerar el estado de derecho, lo que, como es sabido, lamentablemente no ocurrió por el golpe militar de marzo de 1976.

Muletas y sillas de ruedas

En la Salta de 2017 se presentan también dificultades, no de las características trágicas de 1975 y años posteriores para la Argentina afortunadamente, pero sí dramáticas, a la luz del colapso económico y de otros órdenes anunciado por algunos y finalmente confirmado por el propio Gobierno provincial luego de las últimas elecciones.

Por fortuna también, el tránsito, en este caso hasta 2019, no sugeriría la metáfora de las muletas habida cuenta de que no existen acechanzas institucionales para nuestra Provincia, pero sí cabría el de la silla de ruedas, por cuanto el andar provincial está ahora muy supeditado al cumplimiento de objetivos pactados y monitoreados por el Gobierno nacional, con muchas más limitaciones a la iniciativa propia local, más allá de la carencia evidenciada respecto de tales iniciativas.

¿Por qué el ajuste provincial?

Aunque el desemboque actual era previsible, claramente el propio Gobierno provincial no habría estado muy preocupado por las exigencias ahora impuestas por la Nación, probablemente creyendo que se podía "hacer la plancha" hasta 2019 y que el Gobernador podría pasar a la etapa de "presidenciable" sin mayores contratiempos. Por supuesto, la propia dinámica inviable del rumbo económico y, especialmente, el resultado adverso de las elecciones en la Provincia y favorable a la Nación obligaron al Gobierno provincial a llevar a cabo el ajuste de reciente data.

¿Qué viene después del ajuste?

Curiosamente, pasó bastante desapercibido que, además de los aspectos criticables del ajuste provincial, no existió antes ni ahora por parte del Gobierno provincial un diagnóstico de situación, y mucho menos propuestas para la etapa posterior al supuesto "enderezamiento" que lograría el ajuste. La explicación de estas omisiones se debería, en parte, a que el Gobierno provincial, pese a los rimbombantes "proyectos estratégicos" confeccionados por oscuros profesionales de fuera de la provincia -­cuándo no!-, que desconocían siquiera dónde debían recabar los datos mínimos indispensables para encarar tales proyectos, careció siempre de un diagnóstico de los padecimientos de nuestra provincia y, por supuesto, no dispuso ni dispone de nada parecido a una estrategia de desarrollo. Pero además, aunque la hubiera tenido antes o ahora, sabe que no tiene horizontes de proyección política más allá de 2019, ni en la esfera provincial ni a la escala nacional.

¿Y la oposición?

Sin duda, no es menos cierto que, a la precariedad de diseño estratégico del Gobierno provincial, debe sumarse la orfandad de propuestas de la oposición, que justamente ha hecho posible que el actual Gobernador haya ganado tres elecciones sucesivas, pese al "sabor a poco" y nada de su gestión.

Esta orfandad simétrica no es menor, porque no vivimos en Suiza o Noruega, donde a la oposición debe resultarle una tarea titánica encontrar qué error del Gobierno señalar y corregir, y seguramente debe apelar a un ejército de "creativos" para hallar una propuesta que despierte el interés ciudadano. En cambio, en Salta y el norte en general, mostrar el universo de carencias de todo tipo vinculadas al subdesarrollo no tendría que crear demasiadas dificultades ya que están a la vista y son "vox populi", más allá de que las propuestas superadoras de ese subdesarrollo constituyan, claro está, todo un tema que requiere de un diseño de objetivos a lograr e instrumentos a utilizar y que tampoco está en discusión que muchas de las enormes dificultades a enfrentar para salir de la postración política, económica y social de Salta, requerirán de esfuerzos conjuntos de la región trabajando mancomunadamente, y del concurso de la Nación para aportar no solo recursos financieros sino también apoyo técnico y armados estratégicos conjuntos.

Salta requiere, además, y como requisito esencial, de un esfuerzo de imaginación de los salteños para establecer sus necesidades, prioridades y consensos conjuntos, porque es claro también que, más allá de lograr objetivar los problemas y encontrar el mínimo conjunto de soluciones, se necesita del concurso de los comprovincianos que vean más allá de sus narices y pequeñeces para devolverle a la Provincia el sitial que alguna vez supo tener. Debería ser evidente asimismo que todo esto se logrará no con "políticas nuevas" vs. "políticas viejas", sino con "buena política" que propongan una visión más engrandecida que vaya más allá de nuestras actuales limitaciones.

Es obvio también que de una vez por todas la oposición debería honrar su papel de tal y tomar la iniciativa, porque de repetir nuestra historia, el famoso ajuste no servirá para nada y en 2019 vamos a enfrentar las elecciones de recambio de gobernador con la misma estrechez de miras que ha caracterizado las de los años perdidos, y, por supuesto, con los mismos resultados negativos.

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