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“Nuestra posición no era en contra de la religión”

Una de las madres que inició el amparo hizo un balance de una lucha de 7 años.
Jueves, 14 de diciembre de 2017 01:41

María Alaniz, una de las madres salteñas que inició el recurso de amparo a favor de la educación laica que resolvió el martes la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sostuvo ayer que la sentencia es “una conquista colectiva a favor de los derechos de los niños”.

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María Alaniz, una de las madres salteñas que inició el recurso de amparo a favor de la educación laica que resolvió el martes la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sostuvo ayer que la sentencia es “una conquista colectiva a favor de los derechos de los niños”.

“Nuestra posición no era en contra de la religión católica sino a favor de los derechos de los chicos”, señaló, en diálogo con El Tribuno, tras el fallo que ordenó que este tipo de enseñanza se dicte fuera del horario escolar. 

La madre relató que se decidió a participar de la causa por “constantes situaciones de discriminación” que vivían sus dos hijos, que iban a la primaria en 2010, cuando se presentó la demanda. Este año, uno de ellos está cursando la secundaria y la otra ya egresó. 

Alaniz relató que sus hijos debían permanecer afuera del aula durante la hora de religión porque la familia había decidido que no tuvieran esta enseñanza y que se quedaban sin la supervisión de ningún adulto.

“El hecho de que un niño sea marcado todo el tiempo por ser diferente en la escuela, hace que, en vez de contener y proteger, se excluya y se marque a los alumnos por ser diferentes”, manifestó.

La madre también negó que los programas de religión contemplen valores universales y contenidos de todos los credos, como se sostenía desde el Ministerio de Educación de Salta. Afirmó que las clases eran solo de catequesis católica y que las pruebas están en los cuadernos o los programas.

“Se generaban situaciones de discriminación por parte de los docentes que llevaban adelante esas clases y separaban a los compañeros porque se estaban dando contenidos religiosos” describió.

La madre comentó también que las familias debían llenar un formulario en el que tenían que expresar si querían que sus hijos estudiaran religión y qué credo preferían. De esta manera, se veían obligados a revelar su culto, lo que también fue considerado anticonstitucional por el fallo de la Corte Suprema. 

La mujer agregó que sus hijos asistieron a diferentes escuelas y que las políticas eran siempre las mismas. “Ellos entendían el por qué del reclamo. Les explicamos siempre que, si en algún momento lo decidían, iban a practicar una religión, pero que eso era personal y privado”, detalló.

“Simbólico”

A lo largo de los siete años que pasaron desde que se inició el reclamo judicial, en general, las familias demandantes prefirieron no hablar para preservar a los niños.

“La actitud de muchos docentes dejaba mucho que desear. Fomentaban la discriminación. Al hijo de una de nosotras no lo dejaron participar en una clase en la que se estaba hablando de la creación. Él quería comentar algo sobre la teoría del big bang porque lo había visto en un documental, pero no lo dejaron opinar”, recordó.

“Creemos en la laicidad de la escuela pública y también la gratuidad. Estamos conformes con el fallo. Detrás nuestro hay muchas historias. Nos parece que hemos ganado una lucha y que es muy simbólico que la Corte Suprema de Justicia haya dictaminado a favor de los derechos de los niños”, expresó María Alaniz, miembro de Adiunsa (Asociación de Docentes e Investigadoras de la UNSa). 

El tema de la educación religiosa en Salta generó un debate que se siguió a nivel nacional en agosto, cuando la Corte Suprema de Justicia convocó a una audiencia pública en Buenos Aires.

Durante cuatro jornadas, que se transmitieron en directo por el Centro de Información Judicial, 40 personas expusieron sus argumentos a favor y en contra. 

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