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Premian el proyecto sobre los chicos bagayeros

La realidad de la ciudad se mostró en la Feria de Ciencias. Por esto, el colegio 5040 recibió el premio nacional.
Domingo, 17 de diciembre de 2017 00:00

Unos 300 chicos se dedican al bagayeo en la frontera entre Orán y Bolivia. Esta realidad fue puesta en evidencia por un grupo de estudiantes del colegio 5.040, que por tan aguda visión de la realidad, recibió el primer premio nacional de la Feria de Ciencias.

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Unos 300 chicos se dedican al bagayeo en la frontera entre Orán y Bolivia. Esta realidad fue puesta en evidencia por un grupo de estudiantes del colegio 5.040, que por tan aguda visión de la realidad, recibió el primer premio nacional de la Feria de Ciencias.

El equipo obtuvo el premio por el proyecto de investigación social "Jóvenes hormigas en la frontera". La distinción le fue otorgada por el Ministerio de Educación de la Nación y otra de parte de la Embajada de Estados Unidos. Recibieron, además, un reconocimiento de la Universidad y el Gobierno de Chubut.

Los estudiantes fueron distinguidos durante la Feria de Ciencias en Tecnópolis, Buenos Aires.

Débora Florencia Lufiego y Érica Luján Alberto, del colegio 5.040, representaron a sus compañeros, estuvieron acompañados y asesorados por la profesora Ivana Acosta.

Los chicos son alumnos de 3§ año primera división del colegio y trabajaron un poco más de un año en la investigación social sobre la cantidad de jóvenes adolescentes que realizan el bagayeo para sobrevivir.

"Fue una emoción inmensa haber representado a Orán en las instancias nacionales, significó un logro para toda la comunidad educativa que trabaja desde el amor y vocación por la docencia", expresó la vicedirectora Ivana Acosta.

Este año decidieron presentarlo en la Feria de Ciencias a nivel regional. Y contra todo pronóstico llegaron a Buenos Aires, donde obtuvieron el primer premio nacional.

 

Cómo se dieron cuenta

En el 2016 realizaron un estudio de Ciencias Sociales bajo la tutoría del profesor de geografía Felipe Paredes, en la materia mientras cursaban el 2§ año, el tema a desarrollar era "pobreza y vulnerabilidad social".

"En el aula teníamos seis compañeros que llegaban tarde, faltaban o se dormían en el aula, y aunque trataban de ocultarlo, el motivo era porque trabajaban cargando bultos en la frontera para colaborar con sus familias", conto Débora Lufiego, alumna que por un tiempo junto a su familia se dedicó a esta dura tarea. "Para mi significaba una tarea demasiado pesada, teniendo en cuentas las altas temperaturas y el peso de los bultos", contó.

Ente año fue la propia vicedirectora Acosta quien los incentivó a presentarse en la feria de ciencias representando el colegio más conocido como Unidad Educativa del barrio Gemes de la ciudad de Orán.

El proyecto lleva el nombre de "Jóvenes hormigas en la frontera" y describe la cantidad de adolescentes entre 14 y 19 años que trabajan en la frontera como bagayeros para ayudar a sus familias y que, por ende, llegan muy cansados a la escuela, se duermen en clase o se contagian de enfermedades endémicas propias de la zona de selva tropical.

 

Los resultados

Después de encuestas, entrevistas, trabajo de campo, el informe estaba listo para mostrar una cruda realidad por la que atraviesan un gran porcentaje de los jóvenes de Orán. Los resultados arrojaron que el 12% de los jóvenes entre 15 y 19 años trabajan de bagayeros y asisten al BSPA, al colegio secundario 5.023 y al colegio 5,040, donde gran número de la matricula proviene de familias vulnerables, alrededor de unos 300 alumnos, y la mayoría lleva realizando esta tarea de 2 a 3 años

En este informe se puede conocer la realidad de personas con condiciones socioeconómicas desfavorables involucrado en esta red de contrabando, algunos sin conocer que forman parte del narcotráfico hormiga y que en su carga muchas veces llevan distintos tipos de drogas. "Los adolescentes y jóvenes que trasladan mercadería de contrabando desde Bolivia se encuentran presionados por la situación de pobreza que atraviesan y al ejercer dicha tarea se involucran en actividades de gran riesgo físico, emocional y psicológico", contó la alumna Érica Alberto, y agregó: "Alumnos que tienen 18 años o más viajan a distintos puntos del país llevando la mercadería del contrabando".

"Nos conmueve ver cómo llevan un gran peso sujetado por una vincha plástica y apoyan la carga desde la nuca en una postura que les traerá graves consecuencias en sus columnas", expresó Érica.

El contrabando no es un destino

A partir de ver la realidad del bagayeo adolescente, el grupo de trabajo decidió difundir en los medios de comunicación la investigación, recorrer los colegios y barrios brindando información y talleres de concientización, y fueron muchos los testimonios recogidos: El médico Darwin Paredes dijo: “Como médico de guardia del hospital local atiendo diariamente a pacientes que son trabajadores de frontera y las afecciones que presentan son las lesiones en la columna vertebral debido al peso, también concurren porque han sido víctimas de actos de violencia, golpeados o asaltados, lesiones con armas de todo tipo. Con esta actividad corren riesgos de vida, también tenemos que considerar que Orán es una región de dengue, hantavirus y leishmaniasis y los bagayeros son los más expuestos a contraerlas”.
Un estudiante de 1º año, de 13 años, expresó: “Yo empecé trabajando de bagayero porque no tengo quien me ayude, mi madre falleció cuando tenía 8 años y mi padre está en Formosa. Vivo con mi tío y con él vamos a hacer pasar lonas. Gano 800 pesos por día y me alcanza para ayudar a mi hermano de 10 años que no puede bagayear todavía. Estudio porque me gustaría ser profesor de matemáticas”.
Otro estudiante de 2º año del BSPA, de 20 años, contó: “Trabajo de bagayero porque no consigo trabajo digno y lo que me pagan me permite mantener a mi familia, no pienso trabajar de esto siempre, no soy ejemplo para mi hijo siendo contrabandista por eso estudio y quiero superarme”.
 

 

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