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Subordinados a los intereses

Lunes, 18 de diciembre de 2017 00:00

Domingo Cavallo era un ministro duro, a veces inflexible y poco negociador. Manejó la economía durante su gestión (tanto con Carlos Menem y Fernando de la Rúa) con un estilo absolutista y personal, hasta que un día aflojó.

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Domingo Cavallo era un ministro duro, a veces inflexible y poco negociador. Manejó la economía durante su gestión (tanto con Carlos Menem y Fernando de la Rúa) con un estilo absolutista y personal, hasta que un día aflojó.

Corría el mes de junio de 1991 y Norma Beatriz Guimil de Plá (más conocida como Norma Plá), una ferviente defensora de los jubilados, lo interpeló en vivo.

El fugaz diálogo hoy se recuerda y aquella imagen con Domingo Cavallo, totalmente quebrado es una "cachetada" a las reglas del mercado.

Norma Plá, en aquellos años, era la más combativa representante de los jubilados. La dirigente había elegido los días miércoles para pedir por los 450 pesos. Norma decía: "Yo gano 150 pesos, me arreglo porque me ayudan mis hijos, pero hay otros que están todavía peor que yo. Pedimos 450 pesos de jubilación ¿es mucho?", interpeló al "súper" ministro.

Cabe destacar que por efecto de la inflación un billete de 100 equivaldría a uno de 10 en 1999, es decir que teniendo en cuenta los sucesivos cambios de moneda, el valor de esos años, era casi nada.

Ese día de junio Norma explotó. Arengó a otros ancianos y juntos decidieron ingresar al Congreso de la Nación, donde Domingo Cavallo (el padre de la Convertibilidad del 1 a 1 y del corralito) rendía explicaciones a una comisión parlamentaria. Se reunieron en una habitación del amplio salón y frente a las cámaras de televisión quedó inmortalizado el momento.

Ella estaba entrenada: peleaba contra policías, saltaba vallas y trepaba puertas de emblemáticos edificios. Tuvo más de 20 procesos por ataques con huevos y harina y por eso acumuló otros tantos juicios. Incluso, para un fin de año, amenazó con suicidarse en la Plaza de Mayo.

El 5 de junio acorraló a Domingo Cavallo y lo hizo derramar lágrimas. La historia de ese momento quedó inmortalizada por la televisión y hoy, volvió a ser pasada por algunos canales. "No llore señor ministro, no llore. Tenga fuerza para defender lo suyo. Usted tiene madre... pero seguro que no está en la Plaza Lavalle con nosotros. Debe estar mejor", fueron las palabras de Norma Plá.

Cavallo recordó a su padre, un laburador cordobés y explotó de emoción. La emoción que hoy es patrimonio de muy pocos, porque aquellos que tienen el poder de decisión utilizan los magros salarios de los jubilados como ajuste.

El diputado Marcos Cleri, del Frente Renovador definió la situación que muy pocos se atreven a ver: "Si prosperan estos proyectos las provincias serán muy perjudicadas, se les quiere imponer un ajuste brutal, que nos hace retroceder casi 200 años. El federalismo está siendo pisoteado por el Ejecutivo nacional y también por las ambigedades y la debilidad de algunos gobernadores, que contrastan con la decisión, la firmeza y la buena administración que sí se puede ver, por ejemplo, en la provincia de San Luis", señaló el legislador santafesino. Está todo decidido, a partir del compromiso de los gobernadores. Es decir nosotros elegimos a nuestros representantes, pero el gobernador les dice qué hacer. Las cenizas de Norma Plá fueron esparcidas en la emblemática plaza Lavalle, donde acampó durante 81 días al frente de la protesta de los jubilados, un lugar cercano, donde nuevamente hoy se decidirá el futuro de los jubilados, aunque otra vez subordinados a intereses políticos.

 

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