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Puna: encanto, magia y devoción en las alturas

Sabado, 02 de diciembre de 2017 12:13

El pueblo jujeño celebra con gran devoción todas sus manifestaciones religiosas, además de poseer una gran cantidad de iglesias y capillas de valor histórico incalculable. La Provincia cuenta con un nutrido calendario de festividades religiosas, producto de la importante raigambre de la fe católica en toda su población. En Jujuy como en ningún otro lugar del país, el ritual religioso católico convive con las antiguas tradiciones ancestrales de los pueblos de esta región, produciéndose una verdadera fusión que da origen a un sincretismo de lo andino y lo occidental, en un rico ritual litúrgico con importantes y fervientes manifestaciones de religiosidad. Son dignas de destacar, las antiguas capillas, muchas de fines del siglo XVII, que aún se conservan, esparcidas por todo el territorio provincial con campanarios que sobresalen hasta en remotos y apartados pueblitos del altiplano. Es frecuente y característico también ver pasar de un pueblo a otro, pequeñas procesiones llamadas “misachicos”, integradas por fieles que llevan Santos en andas, rezando y cantando al son de bandas de sikuris, bombos, erkes, quenas y cajas, rogándole a la Madre María o la Madre Tierra (Pachamama) salud y buenas cosechas.

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El pueblo jujeño celebra con gran devoción todas sus manifestaciones religiosas, además de poseer una gran cantidad de iglesias y capillas de valor histórico incalculable. La Provincia cuenta con un nutrido calendario de festividades religiosas, producto de la importante raigambre de la fe católica en toda su población. En Jujuy como en ningún otro lugar del país, el ritual religioso católico convive con las antiguas tradiciones ancestrales de los pueblos de esta región, produciéndose una verdadera fusión que da origen a un sincretismo de lo andino y lo occidental, en un rico ritual litúrgico con importantes y fervientes manifestaciones de religiosidad. Son dignas de destacar, las antiguas capillas, muchas de fines del siglo XVII, que aún se conservan, esparcidas por todo el territorio provincial con campanarios que sobresalen hasta en remotos y apartados pueblitos del altiplano. Es frecuente y característico también ver pasar de un pueblo a otro, pequeñas procesiones llamadas “misachicos”, integradas por fieles que llevan Santos en andas, rezando y cantando al son de bandas de sikuris, bombos, erkes, quenas y cajas, rogándole a la Madre María o la Madre Tierra (Pachamama) salud y buenas cosechas.

Salinas grandes

Perfecto paisaje para hacernos creer que nos encontramos en un planeta distinto, o dentro de un cuento de ciencia ficción. Allí todo es blanco sal y, cuando llueve, las grietas del piso desaparecen y todo se transforma en un infinito espejo que refleja cada cosa que hacemos. Un lugar único.

Cuesta de Lipán

Paso obligado para llegar a las Salinas Grandes. Su punto más alto se encuentra en el Abra de Potrerillos, a 4.170 metros sobre el nivel del mar. Para los visitantes del salar se recomienda llevar lentes de sol para proteger la vista y mucho abrigo.

Salinas Grandes está ubicada a 190 kilómetros de la capital de Jujuy. Serranías de El Horconal se encuentran a 150 kilómetros de San Salvador.

 

Cultura viva

Esta provincia se muestra inalterada y mágica. Sus esencias culturales, aún latentes, recorren cada rincón de su geografía como hace miles de años. El carnaval en febrero o marzo o la ceremonia a la Pachamama en agosto son algunas de las innumerables alternativas culturales que ofrece la Provincia. En la Puna, fiel reflejo del altiplano andino, encontraremos vestigios de pobladores que sellaron hitos en Argentina y Sudamérica, como el Camino del Inca, o las manifestaciones de arte rupestre, petroglifos o restos arqueológicos de diversos orígenes. Y qué decir de Casabindo, con su corrida de toros, manifestación ferviente de reminiscencias españolas, cuya fama trascendió en toda la región, o la presencia del único Marquesado de la Argentina en la localidad de Yavi. Las Yungas se muestran con sus costumbres, leyendas y rituales totalmente diferentes a las de los pueblos andinos. En esta región habitan los descendientes de las culturas Ava Guaraní y San Francisco, tan exuberantes y fantásticos como la misma selva que habitan y a la que pertenecen. Los Valles, fieles testigos del pasado histórico de Jujuy, ofrecen sus museos, con testimonios y reliquias de un singular valor histórico y cultural.

Serranías de El Horconal

Ubicada a 25 kilómetros de la ciudad de Humahuaca, esta serranía es una formación única, por su dimensión y cantidad de colores, los cuales varían entre blanco, ocre, amarillo, rojo, entre otros. Esta serranía puede apreciarse por completo desde el mirador ubicado al frente, a una altura de 4.344 metros sobre el nivel del mar.

Salinas Grandes está ubicada a 190 kilómetros de la capital de Jujuy. Serranías de El Horconal se encuentran a 150 kilómetros de San Salvador.

Cerro de los ocho hermanos 

Yavi

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