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El salteño que es un éxito internacional con sus duendes

Estuvo de gira por Colombia, Ecuador, Perú y Chile dando seminarios de muñecos soft.
Viernes, 22 de diciembre de 2017 22:05

En Colombia, Ecuador y Perú está muy extendido el “Hágalo usted mismo”. Tanto que mientras en otros países las telenovelas de la tarde captan el interés de las audiencias, en esas naciones los programas que instruyen sobre cómo hacer manualidades dejan sin efecto la siesta. Además, la temporada para elaborar objetos navideños, por ejemplo, se inicia de marzo a octubre de cada año y los talleristas visitan todas las ciudades en giras financiadas por particulares. 
El salteño José Quiroga (35) es desde hace un tiempo parte de este engranaje y dice que a ser un artista itinerante y convocado lo llevaron sus duendes. Él vive en Córdoba desde hace unos años y desde el 19 de agosto y hasta fines de noviembre de este año realizó un exitoso recorrido de capacitación por esos países, a los que se sumó a última hora Chile. 
Todo comenzó cuando con un amigo, Joaquín Torres, se pusieron a improvisar unos duendes en porcelana fría. 
José los coleccionaba desde los 12 años, pero esta práctica mengua la hacienda de cualquiera y por ello otros amigos le sugirieron que los hiciera para vender y así autofinanciarse. José tenía alrededor de 40 en stock cuando quedó sin trabajo. “No hacía duendes lindos, pero mis amigos y familiares un poco que me mentían y me decían que estaban hermosos, y lo más churo es que me los compraban. Sabía que tenía que mejorar, porque no quedaba conforme con lo que estaba haciendo y empecé a tomar cursos y seminarios con Cristina Armata y Marcela Alemán”, relató a El Tribuno. 
Él es licenciado en Enfermería y aunque distribuía sus CV por toda institución del área de la salud de que tenía conocimiento los meses pasaban y no hallaba empleo. Fue entonces cuando decidió creer más que nunca que los duendes no son muñecos, sino entidades y les pidió su intervención mágica. Se paró serio ante sus caras de porcelana y trapo con una solicitud especial. “Un día los junté a todos en la mesa y les dije: ‘Che, consíganme trabajo, ábranme los caminos porque, si no, se hunde el barco y nos hundimos todos’. No lo pude creer cuando a la semana me llamaron de la Coca-Cola para trabajar ahí como enfermero”, recordó. En esa compañía trabajó un año y mientras enderezaba sus financias, su hobbie de artesano en duendes fue mejorando en tal grado que lo llamaban para que capacite en Tucumán. “Hice un clic cuando un día casi me suspenden del laburo porque llegué tarde. Mi madre me dijo que no podía estar acá y allá, que tenía que decidir qué hacer”, comentó. José renunció a su puesto y se puso un taller en Salta, en el que enseñaba a hacer duendes.
Sus familiares se sorprendieron y no agradablemente. “Me decían que estaba loco, que cómo iba a dejar mi profesión por hacer muñequitos”, continuó José. En octubre del año pasado él obtuvo el primer premio en la Convención de Pintura y Arte Decorativa, realizada en el Centro Cultural América. Impresionados por las publicaciones que él hacía en el Facebook Duendelandia Argentina lo convocaban desde Santa Fe, Mendoza y Buenos Aires. Para atender tantos requerimientos se radicó en Córdoba. Allí lo contactaron de Colombia para que participe en la Convención Internacional Pintura Manualidades, que se efectuó del 27 al 30 de abril de este año en Bogotá. También intervino en el programa de TV “Aprenda y venda”, de la señal Teleamiga, y “Hágalo en casa”, del canal “Anti Stress”. Ahora se trajo de su viaje cien ejemplares de la revista “Haga y Venda” de ediciones ColorRevista, en la que enseña su técnica para elaborar muñecos soft y que se agotó apenas salida. De descanso en su tierra, se encuentra abocado a la confección de una nueva serie de muñecos, inspirados en el circo. El campo de las manualidades es muy competitivo porque las buenas ideas son copiadas por los que suceden a los que surfean las primeras olas, es decir, a aquellos que irrumpieron con ideas innovadoras. “Hay que ir mostrando algo distinto siempre, pero lo importante es no perder el norte ni la esencia”, definió. En sus seminarios virtuales interactúan alumnos de EEUU, España, Dinamarca, Costa Rica, entre otros países. José dice que apunta a una capacitación que sea trascendental. “Trato de que sea terapéutico, que la gente forje lazos de amistad”, define. Una señora de Barranquilla le envió hace tiempo la foto de un duende hecho por ella que había desagradado a los seguidores de la página. Es más, le habían recriminado que la alentara a seguir en la materia. Pero ella fue a un seminario presencial. Se acercó a José y le dijo: “Me vas a tener que ayudar porque tengo las manos así”. Le mostró cómo la había dejado imposibilitada una enfermedad progresiva. “La abracé y la invité a pasar. Esto es así, uno cree que enseña pero uno es el que aprende”, comenta José. 

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En Colombia, Ecuador y Perú está muy extendido el “Hágalo usted mismo”. Tanto que mientras en otros países las telenovelas de la tarde captan el interés de las audiencias, en esas naciones los programas que instruyen sobre cómo hacer manualidades dejan sin efecto la siesta. Además, la temporada para elaborar objetos navideños, por ejemplo, se inicia de marzo a octubre de cada año y los talleristas visitan todas las ciudades en giras financiadas por particulares. 
El salteño José Quiroga (35) es desde hace un tiempo parte de este engranaje y dice que a ser un artista itinerante y convocado lo llevaron sus duendes. Él vive en Córdoba desde hace unos años y desde el 19 de agosto y hasta fines de noviembre de este año realizó un exitoso recorrido de capacitación por esos países, a los que se sumó a última hora Chile. 
Todo comenzó cuando con un amigo, Joaquín Torres, se pusieron a improvisar unos duendes en porcelana fría. 
José los coleccionaba desde los 12 años, pero esta práctica mengua la hacienda de cualquiera y por ello otros amigos le sugirieron que los hiciera para vender y así autofinanciarse. José tenía alrededor de 40 en stock cuando quedó sin trabajo. “No hacía duendes lindos, pero mis amigos y familiares un poco que me mentían y me decían que estaban hermosos, y lo más churo es que me los compraban. Sabía que tenía que mejorar, porque no quedaba conforme con lo que estaba haciendo y empecé a tomar cursos y seminarios con Cristina Armata y Marcela Alemán”, relató a El Tribuno. 
Él es licenciado en Enfermería y aunque distribuía sus CV por toda institución del área de la salud de que tenía conocimiento los meses pasaban y no hallaba empleo. Fue entonces cuando decidió creer más que nunca que los duendes no son muñecos, sino entidades y les pidió su intervención mágica. Se paró serio ante sus caras de porcelana y trapo con una solicitud especial. “Un día los junté a todos en la mesa y les dije: ‘Che, consíganme trabajo, ábranme los caminos porque, si no, se hunde el barco y nos hundimos todos’. No lo pude creer cuando a la semana me llamaron de la Coca-Cola para trabajar ahí como enfermero”, recordó. En esa compañía trabajó un año y mientras enderezaba sus financias, su hobbie de artesano en duendes fue mejorando en tal grado que lo llamaban para que capacite en Tucumán. “Hice un clic cuando un día casi me suspenden del laburo porque llegué tarde. Mi madre me dijo que no podía estar acá y allá, que tenía que decidir qué hacer”, comentó. José renunció a su puesto y se puso un taller en Salta, en el que enseñaba a hacer duendes.
Sus familiares se sorprendieron y no agradablemente. “Me decían que estaba loco, que cómo iba a dejar mi profesión por hacer muñequitos”, continuó José. En octubre del año pasado él obtuvo el primer premio en la Convención de Pintura y Arte Decorativa, realizada en el Centro Cultural América. Impresionados por las publicaciones que él hacía en el Facebook Duendelandia Argentina lo convocaban desde Santa Fe, Mendoza y Buenos Aires. Para atender tantos requerimientos se radicó en Córdoba. Allí lo contactaron de Colombia para que participe en la Convención Internacional Pintura Manualidades, que se efectuó del 27 al 30 de abril de este año en Bogotá. También intervino en el programa de TV “Aprenda y venda”, de la señal Teleamiga, y “Hágalo en casa”, del canal “Anti Stress”. Ahora se trajo de su viaje cien ejemplares de la revista “Haga y Venda” de ediciones ColorRevista, en la que enseña su técnica para elaborar muñecos soft y que se agotó apenas salida. De descanso en su tierra, se encuentra abocado a la confección de una nueva serie de muñecos, inspirados en el circo. El campo de las manualidades es muy competitivo porque las buenas ideas son copiadas por los que suceden a los que surfean las primeras olas, es decir, a aquellos que irrumpieron con ideas innovadoras. “Hay que ir mostrando algo distinto siempre, pero lo importante es no perder el norte ni la esencia”, definió. En sus seminarios virtuales interactúan alumnos de EEUU, España, Dinamarca, Costa Rica, entre otros países. José dice que apunta a una capacitación que sea trascendental. “Trato de que sea terapéutico, que la gente forje lazos de amistad”, define. Una señora de Barranquilla le envió hace tiempo la foto de un duende hecho por ella que había desagradado a los seguidores de la página. Es más, le habían recriminado que la alentara a seguir en la materia. Pero ella fue a un seminario presencial. Se acercó a José y le dijo: “Me vas a tener que ayudar porque tengo las manos así”. Le mostró cómo la había dejado imposibilitada una enfermedad progresiva. “La abracé y la invité a pasar. Esto es así, uno cree que enseña pero uno es el que aprende”, comenta José. 

Duendes, no muñecos

José comentó que “duende” proviene de un vocablo egipcio y significa “el que habita”. El hábitat natural de estos elementales era el bosque, y la depredación humana los llevó a migrar. “El hombre puede ver al duende solo si este se deja ver. Ellos saben esconderse e identificar las malas vibras, por eso tienden a esconderse de las personas”, dijo José. A los destinatarios de su trabajo les advierte que un duende no es un juguete, sino que para convivir con él hay que tomar pequeños recaudos. El primero es ponerle un nombre y buscarle un lugar fijo en el hogar para que resida. “También les sugiero que siempre le pongan un vaso de leche, caramelos o monedas si le piden cosas. En mi caso ellos ya tienen su ollita de barro y en ella les hago ofrendas simbólicas”, relató. Añadió que las manifestaciones de los duendes se perciben en pequeñas travesuras, como cuando cambian de lugar objetos o los esconden. Aunque no se siente un profesor, sí tiene reflexión por la docencia. “En mi curso a la gente que viene a armar un duende le doy todo lo que sé. Lo principal es dedicarle tiempo. Yo le llamo asentar el traste en la silla y empezar con prueba y error hasta alcanzar los resultados”, resumió. 
 

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