El 2017 fue un año signado por los golpes pequeños y grandes de los llamados motochorros. Este grupo de delincuentes, según las víctimas, goza de una llamativa impunidad dentro del esquema táctico de la policía. Los motochorros despidieron el año 2017 con un suculento botín, 1.500.000 que encontraron en un asiento trasero. El caso no sorprendió a nadie en esta capital, porque de esos robos hubo varios, todos casi sin resolver y los resueltos dejaron o sembraron dudas acerca de la verdadera culpabilidad de los detenidos, entonces.
Esta vez motochorros robaron un dineral perteneciente a una concesionaria en avenida Paraguay.
El dinero estaba siendo trasladado hacia una entidad bancaria y se hallaba en el interior de una mochila que manipulaba un empleado de confianza de la concesionaria.
Es el segundo robo que sufre una empresa dedicada al rubro automotriz y como en otra oportunidad los delincuentes no atacaron al voleo, sino sobre seguro.
Fuentes cercanas a la seguridad consultadas por El Tribuno aseguran que se trató de dos delincuentes, pero otras fuentes indicaron que pudo haber habido un apoyo logístico superior y que en pocos minutos los delincuentes ya se habían deshecho de la millonaria suma, transfiriendo la mochila al grupo de apoyo.
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El 2017 fue un año signado por los golpes pequeños y grandes de los llamados motochorros. Este grupo de delincuentes, según las víctimas, goza de una llamativa impunidad dentro del esquema táctico de la policía. Los motochorros despidieron el año 2017 con un suculento botín, 1.500.000 que encontraron en un asiento trasero. El caso no sorprendió a nadie en esta capital, porque de esos robos hubo varios, todos casi sin resolver y los resueltos dejaron o sembraron dudas acerca de la verdadera culpabilidad de los detenidos, entonces.
Esta vez motochorros robaron un dineral perteneciente a una concesionaria en avenida Paraguay.
El dinero estaba siendo trasladado hacia una entidad bancaria y se hallaba en el interior de una mochila que manipulaba un empleado de confianza de la concesionaria.
Es el segundo robo que sufre una empresa dedicada al rubro automotriz y como en otra oportunidad los delincuentes no atacaron al voleo, sino sobre seguro.
Fuentes cercanas a la seguridad consultadas por El Tribuno aseguran que se trató de dos delincuentes, pero otras fuentes indicaron que pudo haber habido un apoyo logístico superior y que en pocos minutos los delincuentes ya se habían deshecho de la millonaria suma, transfiriendo la mochila al grupo de apoyo.
El robo
Según una fuente policial, dos delincuentes se movilizaban ayer cerca de las 9 en una motocicleta de gran cilindrada.
Los motochorros sorprendieron al personal de la concesionaria con movimientos casi de película y se llevaron la mochila donde estaba el dinero.
El golpe millonario tuvo como víctima a la firma Horacio Pussetto, ubicada frente al mercado Cofruthos
Según la versión oficial los dos sujetos se movilizaban en una moto de gran cilindrada y en el mismo semáforo de la avenida Paraguay, ni bien salieron los empleados del predio comercial de la firma fueron atacados desde atrás por uno de los motochorros que destruyeron el vidrio trasero de un VW Gol en el momento en que se encontraba detenido por la luz roja del semáforo.
Sin mediar palabras y con total conocimiento sustrajeron del asiento trasero solo la mochila que contenía el dinero.
Quizá, dijo una fuente, “el robo les llevó a los motochorros apenas 20 segundos, pero la planificación y los datos precisos de la hora y cantidad de dinero que portaban los empleados puede haberle costado mucho tiempo más”, reflexionó.
La policía no informó sobre las acciones que está llevando a cabo para dar con los delincuentes o la banda de ellos que está operando en esta capital y que cada tres meses dan un golpe millonario casi con los mismos argumentos.
Apenas conocida la noticia el Centro de Coordinación Operativa articuló la asistencia con las patrullas más cercanas al lugar del hecho y trascendió que se llegó a visualizar a los motochorros causantes.
No hubo detenciones, por ahora, ni menos recupero del jugoso botín con el que los más temibles delincuentes actuales cerraron el año.