Pasadas las 18, la plaza Belgrano se colma de visitantes. Sobre Balcarce, una columna de puestos con sus gazebos llamaba la atención de los que pasaban por el lugar. Bolsos, carteras, joyería, alpargatas, perfumes, peluches, quesos y dulces eran algunas de las propuestas. Con una variedad infinita, las vendedoras le pusieron color a la jornada del jueves. Eran las emprendedoras de Pro Mujer, que dos veces al mes ofrecen sus productos en una feria, a precios accesibles y con una excelente calidad.
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Pasadas las 18, la plaza Belgrano se colma de visitantes. Sobre Balcarce, una columna de puestos con sus gazebos llamaba la atención de los que pasaban por el lugar. Bolsos, carteras, joyería, alpargatas, perfumes, peluches, quesos y dulces eran algunas de las propuestas. Con una variedad infinita, las vendedoras le pusieron color a la jornada del jueves. Eran las emprendedoras de Pro Mujer, que dos veces al mes ofrecen sus productos en una feria, a precios accesibles y con una excelente calidad.
Dar a conocer lo que hacen y comunicar dónde se las puede encontrar son los objetivos. De distintos puntos de la ciudad, llegan con sus productos para instalarse y comenzar a trabajar a partir de las 11.
"Vendo quesos, quesillo, miel de caña y dulce de cayote. Los quesillos están a 40 pesos y el frasco de cayote, a $50", contó Rosa Quiroga, que rápidamente ofreció un postre regional para el fin de semana por solo 90 pesos.
Esta mujer vive en barrio San Benito y, además de participar de las ferias de Pro Mujer tiene un puesto en Pellegrini y San Juan, donde cuenta con la autorización municipal para ofrecer su mercadería sin riesgos ni complicaciones.
Rosa llegó a la plaza acompañada de su pareja, que se fue a trabajar y cerca de las 19 se acercó para ayudarla desarmar el puesto.
Araceli Esteban vende fragancias ambientales y también fundas para almohadones. "Todas se hacen con tela de tapicería de primera calidad", detalló, mientras señalaba los productos sobre la mesada.
Araceli vive en Ciudad del Milagro y es una de las elegidas para la venta de este mes. Los sábados, esta mujer junto a su hija venden en la plaza Gemes, frente a la Legislatura, y los domingos en el paseo Balcarce.
Las fundas más sencillas cuestan entre 100 y 300 pesos, depende del trabajo de bordados que tenga, mientras que los almohadones completos pueden llegar a valer hasta 350 pesos.
Unos metros más adelante está Claudia, que con 18 años acompaña en la venta y producción de peluches a su mamá. Sobre dos mesones gigantes ofrece diferentes muñecas y personajes de los programas de televisión.
Los costos van desde $150 a $450. Más allá se ubican los puestos de venta de bijouterie, joyería en asta y alpaca y perfumería.
Pro Mujer llegó a Salta en 2005. Surgió con el objetivo de ayudar a mujeres de escasos recursos a emprender sus propios proyectos. Además de créditos, la organización brinda capacitaciones y atención médica para ellas y sus familias.
Beneficios
Pro Mujer ofrece una variedad de servicios de salud que incluyen ginecología, pediatría, odontología, pruebas de detección para enfermedades crónicas y asesoramiento.
Con mínimos requisitos, como DNI, factura de un servicio y un grupo de mujeres de por lo menos 15 miembros, se puede acceder a los beneficios y asistencia que ofrece la entidad para los microemprendimientos.
La asociación es la razón social indispensable para ser parte de Pro Mujer, que otorga créditos en forma escalonada. La ayuda arranca con un préstamo de inicio para la mujer emprendedora de 6 mil pesos, mientras que para el sector clientas el monto asciende hasta 50 mil pesos. En este rango acceden los negocios que tienen más desarrollo, los que ya tienen un perfil de hasta 150 mil pesos. En el caso de Salta solo se llegó a la categoría clientes.
Daniela Rodríguez, secretaria de prensa de Pro Mujer, detalló que el monto máximo al que accede una emprendedora es a 37 mil pesos. Las beneficiarias cuentan con un plazo de pago de 3 a 6 meses y se paga un interés es del 7,2 por ciento mensual.
Puntos de contacto
Las sedes de Pro Mujer en Salta están ubicadas en España 1440, Urquiza e Islas Malvinas y Onofre BecBedder 555, en Ciudad del Milagro.
Las beneficiarias también acceden a un seguro de vida. La atención médica se presta en los consultorios de Jujuy 215.
Pro Mujer nació hace 25 años en Bolivia, de la mano de Lynne Patterson, norteamericana, especialista en educación temprana, y la psicóloga boliviana Carmen Velasco. Se dedicaban a la educación popular.
Ellas se dieron cuenta de que formar no alcanzaba para que las mujeres vulnerables salieran de la pobreza y fue así que comenzaron con el proyecto de entregar microcréditos, impulsando el desarrollo en forma colectiva.