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Martina Rodríguez Lara, una salteña a la Escola Bolshoi de Brasil

La adolescente salteña fue seleccionada entre 650 aspirantes para estudiar en la filial latinoamericana de la institución de enseñanza de ballet más respetada del mundo. 
Miércoles, 06 de diciembre de 2017 09:17

Quince años de edad y un propósito: llegar a ser una rutilante estrella en el universo de la danza clásica. Un propósito en parte heredado y en mayor dosis devenido de la disciplina, la constancia y una irrenunciable pasión por el ballet. En febrero próximo Martina Rodríguez Lara se mudará a Joinville (Santa Catarina, Brasil), donde estudiará tres años en la Escola Teatro Bolshoi, la filial en Latinoamérica de la prestigiosa academia rusa. Con 15 años concursó en octubre pasado y obtuvo una beca entre 650 aspirantes de su categoría. 
Previamente se había preparado para el exigente examen con su maestra, Andrea Montero, y también había viajado una semana a Buenos Aires para recibir entrenamiento de los maestros Raúl Candal, Stella Saladino y Katty Gallo. Superó la etapa de las pruebas físicas y brilló por su excelente técnica en una clase eliminatoria de barra, centro y puntas. 
Allá estará bajo la tutela de una madre sustituta, cuya hija también cursa en el Bolshoi. 
Hasta los 10 años Martina estudió en Tucumán con las profesoras Priscila y Patricia Reginato, porque su mamá, Guadalupe Lara (36), integraba el Ballet de la Provincia de Tucumán. Cuando ambas se mudaron definitivamente a Salta se inscribió en la academia de Miriam Pedrazzoli y al cierre del estudio de esta maestra continuó su formación con Andrea Montero. “Desde chiquita siempre quise bailar y a veces cuando acompañaba a mi mamá a sus ensayos me ponía a bailar al costado o me quedaba mirando. Creo que mi mamá hizo que me gustara la danza, pero sin que ella se lo propusiera. Ella nunca pensó que me iba a gustar como me gusta ahora”, señala Martina. Guadalupe Lara, parte del elenco del Ballet de la Provincia de Salta, también recuerda a su hija intentando imitar los ágiles y caprichosos movimientos de los solistas. “Pronto me dijo que quería bailar y la llevé pensando que se iba a cansar, porque la vida del bailarín es bastante sacrificada, pero nada que ver. Ahora estoy feliz con que entre en la Escola Bolshoi, porque ahí los forman como bailarines, pero también como personas. Tendrá la posibilidad de estudiar historia del arte, música y pedagogía, a la par del secundario y la danza clásica”, detalla. Aunque se halla en la víspera de una oportunidad inigualable, el derrotero internacional de Martina comenzó el año pasado cuando en el estudio Danzar de Patricia Arnoldi audicionó para obtener una beca de capacitación ante el propio director de la American Academy of Ballet (AAB), Laurence Kaplan. Luego de ganarla, viajó dos semanas a Nueva York, donde tomó clases con la primera bailarina de la ABB Luciana Paris. Además en febrero de este año se perfeccionó con el maestro Emanuel Abruzzo, en el marco del Danzaimpulso que organizan Andrea Montero y Candela García Schwarcz. Abruzzo, impresionado por las dotes naturales de Martina, le concedió una beca completa de un mes en el International Ballet Intensive de Atlanta (EEUU), donde concurrió en junio-julio últimos. Allá en Brasil la espera la primera salteña en trasponer el portal de la Escola Bolshoi, Julia Matioli (10). Esta niña está viviendo desde febrero de este año con sus dos hermanos y sus padres en Joinville.
 

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Quince años de edad y un propósito: llegar a ser una rutilante estrella en el universo de la danza clásica. Un propósito en parte heredado y en mayor dosis devenido de la disciplina, la constancia y una irrenunciable pasión por el ballet. En febrero próximo Martina Rodríguez Lara se mudará a Joinville (Santa Catarina, Brasil), donde estudiará tres años en la Escola Teatro Bolshoi, la filial en Latinoamérica de la prestigiosa academia rusa. Con 15 años concursó en octubre pasado y obtuvo una beca entre 650 aspirantes de su categoría. 
Previamente se había preparado para el exigente examen con su maestra, Andrea Montero, y también había viajado una semana a Buenos Aires para recibir entrenamiento de los maestros Raúl Candal, Stella Saladino y Katty Gallo. Superó la etapa de las pruebas físicas y brilló por su excelente técnica en una clase eliminatoria de barra, centro y puntas. 
Allá estará bajo la tutela de una madre sustituta, cuya hija también cursa en el Bolshoi. 
Hasta los 10 años Martina estudió en Tucumán con las profesoras Priscila y Patricia Reginato, porque su mamá, Guadalupe Lara (36), integraba el Ballet de la Provincia de Tucumán. Cuando ambas se mudaron definitivamente a Salta se inscribió en la academia de Miriam Pedrazzoli y al cierre del estudio de esta maestra continuó su formación con Andrea Montero. “Desde chiquita siempre quise bailar y a veces cuando acompañaba a mi mamá a sus ensayos me ponía a bailar al costado o me quedaba mirando. Creo que mi mamá hizo que me gustara la danza, pero sin que ella se lo propusiera. Ella nunca pensó que me iba a gustar como me gusta ahora”, señala Martina. Guadalupe Lara, parte del elenco del Ballet de la Provincia de Salta, también recuerda a su hija intentando imitar los ágiles y caprichosos movimientos de los solistas. “Pronto me dijo que quería bailar y la llevé pensando que se iba a cansar, porque la vida del bailarín es bastante sacrificada, pero nada que ver. Ahora estoy feliz con que entre en la Escola Bolshoi, porque ahí los forman como bailarines, pero también como personas. Tendrá la posibilidad de estudiar historia del arte, música y pedagogía, a la par del secundario y la danza clásica”, detalla. Aunque se halla en la víspera de una oportunidad inigualable, el derrotero internacional de Martina comenzó el año pasado cuando en el estudio Danzar de Patricia Arnoldi audicionó para obtener una beca de capacitación ante el propio director de la American Academy of Ballet (AAB), Laurence Kaplan. Luego de ganarla, viajó dos semanas a Nueva York, donde tomó clases con la primera bailarina de la ABB Luciana Paris. Además en febrero de este año se perfeccionó con el maestro Emanuel Abruzzo, en el marco del Danzaimpulso que organizan Andrea Montero y Candela García Schwarcz. Abruzzo, impresionado por las dotes naturales de Martina, le concedió una beca completa de un mes en el International Ballet Intensive de Atlanta (EEUU), donde concurrió en junio-julio últimos. Allá en Brasil la espera la primera salteña en trasponer el portal de la Escola Bolshoi, Julia Matioli (10). Esta niña está viviendo desde febrero de este año con sus dos hermanos y sus padres en Joinville.
 

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